El sábado llegó y me encontraba ansioso, aún no asimilaba el hecho de que se lo pedí a Emma y ella aceptó, para mí suerte tenía un traje perfecto para la gala.
Nos dieron el día libre a todos para prepararnos así que tenía tiempo, mi día comenzó normal: hice ejercicio, desayuné,arregle mi departamento, lleve a lavar mi camioneta, hice las compras para la despensa, almorcé y ahora me encontraba planchando la camisa que iba a ponerme.Tal vez estoy haciendo cosas de más, pero necesitaba calmar la ansiedad que me provocaba el hecho de ir a la gala con Emma, si no me distraía pensaría de más todo lo que debía y no hacer.
En un abrir y cerrar de ojos ya eran las siete de la noche, estacione la camioneta frente al edificio de Emma y subí hasta su departamento, no podía evitar tamborilear mi pierna con los dedos por los nervios, una vez frente a la puerta toque el timbre y me esforcé por lucir tranquilo, más todo intento se fue al tacho cuando ella abrió la puerta. Decir que se veía hermosa se quedaba corto,lucía un precioso vestido azul, su cabello castaño caía sobre sus hombros con suaves rizos formando una cascada, sus ojos resaltan gracias al maquillaje. Me quedé sin palabras al momento de verla.
—Guau Jay, te ves muy guapo —me elogio ella al darse cuenta de que las palabras no salían de mi boca.
—Tu… —aclare mi garganta luego de salir de la impresión— te ves preciosa Emma, tu vestido es hermoso.
—Gracias, ¿nos vamos? —en sus mejillas apareció un tono rosa leve haciéndola ver adorable.
—Claro.
Ella tomó sus cosas, se puso su abrigo y tomó mi brazo para bajar, el camino al lugar fue tranquilo ambos íbamos en silencio pero no era incómodo, ya tendría tiempo de hablar con ella en la gala.Cuando llegamos todos ya estaban ahí, el ambiente era ameno y había música sonando, se podía ver a muchos hablando y bebiendo vino mientras que esperaban a que empiece la subasta que se iba a realizar.
—¡Jay! ¡Por aquí!
Patrick alzó el brazo para indicarnos donde se encontraban, con Emma de mi brazo nos acercamos y saludamos a todos.
—Te ves preciosa Emma.
—Gracias Kev, tú te ves muy bien.
—Debo admitir que ese traje te sienta muy bien Jay —me reí ante la falsa sorpresa de Anny, ella iba de la mano con Jon.
—Deberías esforzarte más con los cumplidos Ann, tú no te ves nada mal.
—No pidas demasiado.
Mientras conversábamos veía a los demás de vez en cuando, podía distinguir a varios conocidos de otras estaciones cuando vi un rostro demasiado familiar, fueron escasos segundos y no sabía si era mi imaginación o realmente ella estaba aquí.
—Damas y caballeros, los invitamos a sentarse para dar inicio a la subasta.
La voz del presentador regresó mi atención a mis amigos y nos dirigimos a nuestra mesa, estábamos cerca de la pista de baile y junto a nosotros se encontraban los de la estación 16.
—¿Te encuentras bien Jay? —miré a Emma quien estaba a mi lado izquierdo, supongo que debió darse cuenta.
—Sí, estoy bien —sonreí para distraerla más no funcionó del todo.
Ella iba a refutar cuando la subasta comenzó, lo más seguro es que olvidaría el tema por un buen rato.
Todos los nervios que había sentido durante el día se fueron cuando llegamos a la gala, ver a mis amigos me relajo y me dispuse a admirar el lugar, todo era muy elegante y sofisticado, no parecía una fiesta del departamento de policía. La subasta fue entretenida -lo cual es raro ya que no subastaron nada relativamente interesante- los comentarios de los ganadores y el presentador dieron rienda suelta a las risas y el ambiente relajado, todos se mantenían atentos a lo que sucedía, de lo contrario muchos terminarían dormidos.
Una vez finalizó, empezó la cena, nos sirvieron cordero con puré de papas, salsa y verduras variadas, de postre hubo una tartaleta de fresa con crema pastelera.
—No pensé que la cena iba a ser tan buena —todos miramos a Patrick quien se devoraba el postre en pocos bocados.
—Por Dios Pat, calma nadie te va a robar la comida —lo regaño su novia, era gracioso verlos ella de vez en cuando parecía su madre.
—Lo siento.
Todos reímos ante la escena y terminamos de cenar, la música cambió de ser solo para acompañar el ambiente a una que nos invitaba a bailar, varias parejas se levantaban para brillar un poco en la pista de baile y mis amigos hicieron lo mismo.
—¿Bailamos?
Estaba tan concentrada en lo que sucedía que no había notado que Jay se puso de pie, extendió su mano hacia mí y la tomé con timidez.
—Solo te advierto que no sé bailar bien —me levanté y dejé que me guiara entre las parejas en la pista de baile.
—Puedes pisarme los pies todo lo que desees.
Me reí ante la broma, él colocó una mano en mi cintura sin soltar la otra y empezó a moverse despacio siguiendo la melodía, al principio se me dificultó un poco seguirle el ritmo por miedo a pisarlo, pero termine relajándome y bailando con fluidez.
—Y, ¿qué tal el trabajo? —decidí hablar luego de unos minutos en silencio, quería olvidar el peligro que corrían sus pies.
—Fue una semana agitada, los casos parecían interminables —suspiro con pesadez, imagino lo agotado que debía estar— es reconfortante los días de descanso que nos dieron por la gala, ya imaginarás lo irritada que se encontraba Anny.
—Si lo imaginó, debió ser un estrés para todos el trabajo —él rió cuando captó el mensaje oculto en mis palabras, sabía que no solo me refería al trabajo.
—Si ella te escucha, se vengará, lo sabes. ¿No?
—Tú solo mantén la boca cerrada —lo miré fijamente y él asintió fingiendo temor.
Bailamos un par de canciones para luego volver a la mesa, todos conversaban de distintos temas hasta que recordé la noticia que debía darles.
—Chicos tengo noticias para ustedes —todos me observaron con atención— termine mi libro y ya se está detallando la publicación.
—Felicidades, sabía que lo lograrías.
Editado: 06.10.2021