La despedida de April fue muy divertida, lo poco que recuerdo fue que decidimos ir a una discoteca por unas horas y luego hacer una pijamada en casa de Marina, terminamos muy cansadas.
Después de ese día todo siguió con normalidad, todo lo que faltaba para la boda se concluyó y así pasó Abril para llegar a Junio, el día al fin había llegado y todos nos alistamos para la boda.
La ceremonia iba a ser al aire libre durante el atardecer, el lugar era hermoso. Ellos escogieron un salón con jardín privado muy amplio, el lugar se decoró con luces y arreglos florales, las damas teníamos vestidos de color rojo vino, los padrinos tenían trajes azules con corbatas en color rojo también. Sin duda alguna todo apuntaba que sería la boda perfecta y nada podría arruinarlo.
Mi situación con Jay no había cambiado, nos manteníamos distanciados y durante la boda me quedé junto a Anny, lo extraño era que Jon se encontraba con él y parecía que querían juntarnos.
—¿Qué les sucede hoy? —mi pregunta tomó por sorpresa a la morena quien disfrutaba de su bebida.
—¿A qué te refieres?
—Jon y tú me pidieron que me alejara de Jay, pero ahora pareciera como si tuvieran un plan para juntarnos —tenía mi mirada fija en ella quien trataba de no toparse con esta.
—Estás paranoica, vamos a disfrutar la fiesta —tomó mi mano y me arrastró hasta la pista de baile.
Suspiré derrotada y dejé de lado ese tema, con las chicas formamos un grupo y empezamos a bailar, era un día para divertirse y soltar el estrés de todo.
Las canciones pasaban y el ánimo de la fiesta aumentaba, todos saltaban y cantaban las canciones a todo pulmón, hasta que el dj decidió que era tiempo de algo más tranquilo y romántico, deje de bailar y vi como mis amigas iban con sus novios, estaba por ir a mi mesa cuando sentí como me empujaron hacia el torso de una persona, supe en los brazos de quién estaba nada más sentir su perfume, al alzar la mirada me topé los esos ojos azules que conocía muy bien acompañados de una sonrisa nerviosa.
—¿Estás bien? —me ayudó a enderezar me y quedamos en posición de baile.
—Sí, gracias —de alguna manera no apartaba la mirada, nuestras miradas tenían una conexión que parecía no romperse con nada.
—¿Bailamos?
—Bueno creo que ya estamos bailando.
Ambos reímos por la situación y empezamos a movernos de forma suave al ritmo de la música.
—Y, ¿cómo va todo con Jenny?
No sabía porque esa pregunta salió de mis labios -si sentía mucha curiosidad por el tema- me mordí el labio arrepintiéndo me por lo dicho.
—No se nada de ella desde la gala.
Sin dejar que respondiera hizo que diera una vuelta para seguir bailando, su respuesta me tomó por sorpresa, juraba que ellos dos estaban juntos.
—¿No regresaron?
—No.
—¿Por qué?
—Ya no siento nada por ella, me di cuenta que no valía seguir aferrándome y que mi corazón ya pertenece a alguien más —ambos dejamos de movernos, pero manteníamos la cercanía mientras hablábamos.
—¿Estás enamorado?
—Así es.
—Me alegro por ti, sabes que me preocupas mucho.
—¿No preguntarás quién es?
—¿Me lo dirás?
—Sí.
—¿De quién te enamoraste?
—De ti.
Un nudo se formó en mi garganta luego de esas dos palabras, dos sencillas palabras que bastaron para acelerar mi corazón y hacerme temblar, dos palabras que trajeron calma a mi mente y alegría a mi alma, dos palabras que fueron ratificadas con un beso, un beso que llegó luego de unos segundos en shock para traerme a la realidad y hacerme saber que no estaba soñando, era real. Jay estaba enamorado de mí y yo de él.
Editado: 06.10.2021