Lo siguiente que se es que estoy ahí, en una fría sala de espera y TaeHyung está cerca del mostrador coqueteando con una enfermera rubia y somnolienta, de verdad quiero irme en este momento, la cabeza comienza a darme vueltas y necesito, necesito recostarme. Me pongo de pie y estoy listo para marcharme cuando lo escucho.
Cuando te escucho, chico lindo.
"¿Tae?"
Y mierda. Quiero correr hacia algún lugar, pero me siento atrapado cuando te veo caminar hacia nosotros con ese uniforme. Tus zapatos hacen un ruidito gracioso contra las baldosas grises, de hecho, si no me sentiría tan mal, todo esto sería divertido.
"¿Estas bien, Tae?"
"¡Jiminie!, no sabía que estarías aquí", dice sonriéndote y tú le devuelves el gesto, hasta que de pronto tu mirada se encuentra conmigo.
"Hola", saludas caminando en mi dirección. Y creo que ahora si no me siento bien porque no recuerdo haberte tenido tan cerca en ningún otro momento, "¿Todo bien?" preguntas deteniéndote justo en frente de mi.
Dios, que ojos chico lindo. Me miras así, como si pudieras atravesarme, como si tus ojos café tuvieran rayos laser. Pareces preocupado y yo intento recordar cómo hablar hasta que siento a TaeHyung golpear mi espalda y solo quiero que la existencia de alienígenas sea confirmada para que aparezcan justo ahora, justo aquí, me vaporicen, y me salven de lo que sea que el dirá porque siento que será algo estúpido.
"¿YoonGi hyung parece muerto, eh?" ríe TaeHyung golpeando mi hombro " Apuesto a que nunca has visto a alguien tan pálido, Jiminie... el vomitó hace un rato y lo arrastré aquí, no se siente muy bien".
Si. Ahí está.
Justo la presentación que necesitaba.
"Oh... esto..." dices moviendo tus manos "esto está muy tranquilo ahora y debo hacer unas rondas pero tengo unos minutos" me sonríes "... qué dices si vienes conmigo y te reviso un poco".
"Uh... claro."
Creo que estoy imaginando cosas porque he visto al niño raro guiñarte un ojo chico lindo, él te guiño y tú empujaste su hombro antes de pedirme que te siguiera.
Y ahora estoy sentado aquí, sobre una camilla tras unas cortinas blancas aislándonos de todos en medio del silencio.
"YoonGi", dices en voz baja y suave.
Y yo... yo solo me derrito un poco.
"¿Eh?" contesto sobresaltado. Es la primera vez que te escucho decir mi nombre. Suena bien. No es un gran nombre, pero las cosas cambian cuando lo dices de esa manera.
"Así que te llamas YoonGi", susurras llevando tus pequeñas manos a mi cuello, no tengo idea de que es lo que estás haciendo pero tu piel se siente tan fresca cuando palpas mi nuca, y estas tan cerca que puedo ver un pequeño lunar en tu mentón y algunas pecas doradas en tus mejillas. Cielos chico lindo, ¿cómo alguien podría dejarte ser doctor? Siento que es una pésima idea, es decir, ¡Mírate!... Estas a punto de matarme con tu belleza, oh no... no quiero imaginar lo que le haces a los pacientes con problemas cardiacos cuando sonríes así.
"¿Qué... qué haces?" pregunto en un murmullo.
"Tomé tu temperatura y ahora veo tus ganglios... y sí. Infección viral".
"¿Eh? "
Sonríes de nuevo y siento mis mejillas calentarse.
"Gripe. Tienes temperatura, es el ciclo de la gripe" informas sin dejar de sonreírme, "en unos días te sentirás mucho peor, así que te daré el nombre de unas pastillas, las compraras en la farmacia de afuera y te pediré que descanses, ¿de acuerdo?".
"¿Eso quiero decir que si estoy enfermo?"
"Solo es gripe. Necesitarás descanso, comida caliente e ibuprofeno, pero descuida, no morirás".
"No puedo faltar al trabajo". No quería decirlo en voz alta pero no pude evitarlo. Entrecierras un poco los ojos y me das una mirada acusadora. Curioso, porque de pronto no puedo contener la risa.
"¿Qué es divertido?" dices curvando una de las comisuras de tu boca.
"¿Por qué me miras así? ¿Vas a regañarme o algo?"