Hasta que por fin, recupero el habla.
"¿JiMin?"
"Hey, YoonGi" saludas con una pequeña sonrisa curvando tus hermosos labios. "Definitivamente TaeHyung mintió, no te ves como un muerto viviente".
Mis ojos van de tu suave y esponjoso cabello castaño a la camisa blanca que deja ligeramente al descubierto tus lechosas clavículas marcadas, doy una rápida mirada a los jean celeste que se ajustan perfectamente a tus curvas, traes unos zapatos negros de gamuza que te hacen ver un poco, solo un poco más alto.
"¿JiMin?" repito incrédulo cuando mi cerebro se percata de que si eres real.
"Ah, seguramente te parecerá raro que traiga tu comida" dices sin perder la sonrisa y levantando un poco las bolsas blancas en tus manos "¡Lo bueno de todo esto es que encontré tu casa! Las indicaciones de Tae son terriblemente malas, el no pudo venir, no se ha estado sintiendo bien..."
"¿Enfermé a TaeHyung?" pregunto sintiéndome horriblemente culpable, casi y puedo imaginar la cara del castaño enfermo y eso solo lo empeora. El en verdad había sido tan amable.
"Bueno... no es como si tu.... no quería decirlo así, pero sí. Eso es exactamente lo que pasó" ríes. Supongo que mi cara de perrito apaleado debe apenarte, porque pronto me regalas una de esas miradas llenas de compasión y dices "Oye... descuida, el estará bien. Es una gripe, en una semana estará bien, además fui a su casa y su madre apenas y lo deja pararse de la cama, lo está cuidando bien" me tranquilizas con voz suave.
"Oh, bueno" te sonrió agradecido "Muchas gracias por decírmelo, te invitaría a pasar pero puede que enfermes..."
"Oh no, descuida. Soy inmune a esas cosas, además estoy en un pequeño descanso. Tú solo invítame."
¿Estas coqueteando conmigo? No lo tengo muy claro, nunca fui bueno en eso pero no puedo evitar sonreír un poco.
"En ese caso..." abro la puerta por completo y me hago a un lado para que entres. Caminas tímidamente hacia el interior y cierro la puerta.
"Traje mucha comida" dices y suena casi como una disculpa, "No tenía idea de cuanta hambre podrías tener, lo siento".
"Uh... bueno solo somos yo y mi gato aquí, pero puedes acompañarnos si quieres". Sonríes cuando asientes con la cabeza y te pido que me sigas a la cocina. Mientras abres las bolsas para sacar los tuppers de cartón, busco en la alacena un par de platos de cerámica, dos pequeños tazones para sopa y un par de vasos plásticos de colores, estoy sirviendo la sopa y tú solo aguardas ahí, hasta que lo escuchas.
El maullido agonizante de un gato que en definitiva es demasiado gordo como para morir de hambre hace que gires el rostro y yo agradezco tener un gato porque cuando tu mirada se detiene justo en el marco de la puerta, ahí donde señor Park olfatea curioso el aroma del almuerzo, puedo ver dos corazones remplazando tus pupilas.
"¡¿Es tu gato?!" chillas acercándote unos pasos al felino, quien no deja de hacer rodar sus triangulares orejas, como si quisiera identificar el sonido de tu voz. "Hola... hola amiguito" canturreas con voz aguda. Señor Park te observa, no demasiado curioso, no demasiado desinteresado mientras limpia una de sus patas delanteras. Él debe pensar que no eres el sujeto que usualmente trae la comida porque no estás gritando todo el tiempo. Mi gato entrecierra un poco los ojos y ladea la cabeza antes de parpadear en tu dirección y decidir que te aceptará como un nuevo amigo. El camina hacia ti y aplasta un poco su cabeza contra una de tus piernas para que rasques tras sus orejas.
Me sorprendo. Le gustas JiMin, le gustas a Señor Park.
A mí también me gustas a decir verdad, pero que alguien le guste a mi gato suele ser mucho más complicado.
"Oye... tú de verdad le agradas" rió mientras te veo repartir suaves mimos tras sus orejas. Señor Park de pronto se recuesta, dejando al descubierto su esponjoso vientre blanco, y tú pareces encantado mientras hundes tus dedos en el espeso pelaje.
"Dios, mi gato te ama", susurro sorprendido cuando veo a Señor Park rodar con un pequeño ronroneo de pura felicidad.
"¿En serio?"
"Créeme que sí, él es... es más difícil que eso" explico señalándolo con la cabeza "no le muestra la panza a todos. Jamás deja a TaeHyung llegar a ese extremo, lo ha intentado un par de veces pero lo muerde. No tan fuerte, claro... algo así como una advertencia".