Seguí aturdida sus instrucciones y fui a mi armario a coger mi capucha negra. Ni siquiera cambie mi camisola y mis pantalones de dormir verdes. Solo me deslice en mis sandalias y lo deje abrirme la puerta y llevarme escaleras abajo. Pase por el reloj en el salón y vi que eran las 9:51 ahora. Mi padre debe estar dormido, porque la casa estaba en silencio y oscuridad. No encendí ninguna luz, solo lo seguía afuera.
El auto estaba en marcha y con las luces apagadas, La luz de mi porche estaba encendida y hizo la luz de la neblina pareciera brillar. Envolvi mi chaqueta apretada a mi alrededor. La lluvia se sentía bien en mi caliente e hinchada cara, pero sabia que no tenia importancia. El llanto no se detendría a corto plazo.
¿Cómo se puede seguir sin tu alma gemela? Apenas habíamos llegado a estar juntos y ahora me lo habían quitado sin previo aviso y sin causa, algo dentro de mi había desaparecido. No solo estaba alterada, herida y rota. Yo estaba furiosa. Un sollozo desesperado se encontraba atrapado en mi garganta y Theo me miraba con simpatía.
―Vamos, Emma. Vamos a salir a la lluvia.
Asentí con la cabeza y sali del camino hacia el auto. Mire otra vez mi casa a oscuras y sabía que nada volvería a ser lo mismo de nuevo. El abrió la puerta para mí y vacile. No sé por qué, pero lo hice. Me sentía como si entrar en el auto lo haría oficial o...tal vez Theo parecía estar apurándome a lo largo de todo. Me pregunte por qué. Examine una vez más la posibilidad de que esto fuera un sueño, pero no podía ser.Todo era demasiado real. Mire en el interior del coche al conductor, Adam, pero se alejo de mi, con la cabeza hundida en sus manos.
Fue entonces cuando supe que algo no estaba bien. Sabia que Adam e incluso si su tío y su primo estaban muertos, nunca se quedaría solo sentado allí. Hubiera salido y saludado nada más. Se preocupaba por mí, sabiendo cómo me siento con mi alma gemela ida y lo más importante, y lo que debería haber notado antes, nunca habría enviado a Theo en mi casa sabiendo cómo me sentía sobre él. Y eso significaba que la historia de Fred muerto era probablemente una mentira también. La esperanza se disparó en mi pecho. Trate de detenerme sin ser obvia. La sangre en mis venas me gritaba correr. Decidí jugar fuera fácil.
―Oh. Deje mi teléfono. Tengo que agarrarlo así puedo llegar a mi papa más tarde o él se asustara y llamara a la policía o algo asi ―murmure y me frote los ojos, tratando de verme molesta y olvidadiza.
―Nah. Puedes usar el mío. Está bien. Vamos, vamos.
―No, solo lo cogeré realmente rápido. No sabría ninguno de los números porque están en mi teléfono, asi que. Esta justo a lado de la puerta.
Me volví para ir y el agarro la capucha de la chaqueta, tirando de mi hacia atrás y haciéndome golpear contra el coche.
―Demonios. Estábamos tan cerca, Emma. Tan cerca de la salida fácil ―Vino directamente a mi cara, pero sin tocarme―¿Qué nos delato, eh? Estaba a punto de derramar lágrimas si eso era lo que hacía falta para hacerte entrar al coche, ¿Qué fue? ―pregunto burlonamente.
El conductor se bajó y rodeo el coche cuando me quede en silencio. Era un chico joven como Theo, uno de los que habían estado en el cine el dia en que fui con Adam. Me sonrio cuando tomo el lugar junto a Theo.
―Metete en el coche, Emma ―ladro Theo. Negue con la cabeza―Estoy preparado para sentir la quemadura de la marca de ofensa con tal de tener tu trasero en ese coche. Asi que. ¿La manera fácil o la difícil?
Me quede allí y los mire. No tenia manera de salir de allí, ninguna en absoluta. Mire entre ellos varias veces y cuando el suspiro, sabia que mi estancamiento había terminado.
―También te duele, ¿no es asi? ¿Estas segura de que quieres hacer esto? ―pregunto mientras daba un paso unos centímetros hacia delante, casi tocándome.
Me quede en silencio otra vez, pero recordando algo que Fred me había dicho acerca de llamarlo. Que si yo estaba angustiada, se daría cuenta, y sabría que algo andaba mal, y vendría corriendo. Asi que lo hice. Grite su nombre en mi mente fuerte y largo.
¡Fred! ¡Ayuda! ¡Fred!
―Está bien.
Me agarro del brazo y sentí el ardor y la sacudida en mi piel. Se estremeció y apretó los dientes, pero trato de empujarme hacia la puerta abierta del coche. Intente soltarme, pero el apretó un puño y empujo con más fuerza. Asi que le di una patada en la espinilla y me aparte de la puerta para correr. Aulló, agarro mi muñeca y me dio una mirada al rojo vivo que asustaría a cualquier hombre.
Luego extendió su brazo hacia atrás y me dio una bofetada en la mejilla. Nunca había sido golpeada antes. Y nunca me había preocupado por ello pero, asumi que probablemente dolia mas de lo que normalmente haría porque tenia el sentido de mi mejilla para advertirme apagado, asi como el dolor de la bofetada. Mi visión se mancho por un segundo con estrellas blancas borrosas. Me sentí como si me hubiera desmayado y luego recuperado la conciencia. Todavia estaba empujándome hacia la puerta y me negaba a hacerlo. Empece a gritar, en mi mente y en mi boca.
―¡Cállate! ―grito Theo.
―¡Callala y métela en el auto ahora mismo! ―grito el otro más fuerte.
Estaba sorprendida de que todavía nadie hubiera venido para ver lo que estaba sucediendo.
-¡Ayuda! ¡Déjenme ir! ¡Ayuda!
Justo cuando él me coloco en la puerta del coche recordé algo. Algo provocado, más bien, en mi mente. Un destello de algo que cruzo delante de mis ojos y me encontré haciendo alguna cosa extraña una patada giratoria y vi a Theo bajar del césped a su espalda.
-¿Qué demo...- Theo dijo mientras me miraba con disgusto.
-¡Deja de jugar y métela en el auto!- gritó el chico y se acercó para ayudar. Me agarró del brazo y salto hacia atrás cuando sintió la descarga a través de mi piel. - ¡Oh! Mierda No estabas bromeando, hombre. Eso duele jodidamente como el infierno.
Theo saltó al mismo tiempo que surgió el coche. Él se adelantó y mi mente se cargo. El primer flash vino y fue un revés y después una patada lateral. No tenía ni idea de cómo llamarlo, pero yo sabía exactamente que era.
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Editado: 23.10.2024