Chispas

Capítulo 32

-Estás ardiendo, Emma.

Fred me había metido en su cama en la habitación de invitados después de cambiar la ropa empapada a una camiseta de House of Heros y unos boxers suyos. No me puedo quejar y él no pidió permiso. Él era mi pareja e iba a cuidar de mí. Cuando saco mi camisa por encima de mi cabeza y vio las marcas alrededor de mi cintura, estaba pensando en todo, menos en verme desnuda. Su mente corría con maldiciones y cosas que quería hacerle a Theo.

Cosas malas.

-Estoy bien -grazne.

-No estás bien -dijo mientras me cubría con las mantas hasta la barbilla. -¿Sigues con frío?

Asentí con la cabeza. Me estaba congelando.

Se quitó la camisa y los pantalones, quedándose sólo en calzoncillos, y se subió a mi lado. Quedamos con nuestras caras frente a frente mientras curvaba sus piernas y brazos, presionando nuestros cuerpos cerca para que pudiera calentarme. Me frotó el brazo con la mano y lanzó un suspiro de frustración.

-Fred. Estoy bien -le asegure.

-Sólo porque lo manejaste por ti misma. Yo no estuve allí para mantenerte a salvo.

Quería que me besara aunque no me sintiera bien, para alejar su ira. Apreté mis labios contra los suyos, con la esperanza de aliviar un poco su tensión, y sentí su brazo relajarse un poco, pero sus labios no estaban en ello. Me aparté decepcionada y lo mire bajo la luz de la lámpara.

-Pero yo estoy bien -proteste.

-Sí, pero no gracias a mí. O a Adam. ¿Qué estabas haciendo con él de todos modos? -Preguntó en voz baja.

-Él vino a la cena cuando me iba. Acababa de recibir tu mensaje y me dijo que sabía que te habías ido y pensé que había venido a hacerme compañía.

Fred asintió con la cabeza y frunció los labios con enojo.

-El bueno de Adam.

-No le dije nada divertido y estuvo completamente normal conmigo, como solía ser. Entonces comenzó a llover y nos quedamos en casa, pero estábamos empapados y hacía tanto frío. Mi padre lo llevó a casa y me di una ducha. Luego, un poco más tarde, Theo entró por mi ventana y me dijo que su padre te había disparado en una emboscada en su casa.

Me estremecí al pensar en ello. Él me apretó con más fuerza.

-No voy a ninguna parte. No te voy a dejar aquí sin mí -me aseguro.

-Al principio pensé que estaba soñando, porque me quedé dormida un par de minutos, pero era tan real y... -Olfatee y pude sentir las lágrimas ardiendo mientras mi cuerpo empezaba a revivir el dolor de oír esas palabras. -Y él dijo...

-Shh. No, Emma. Te lo dije, no te voy a dejar. Tú y yo, juntos siempre. A partir de ahora seré probablemente alguna forma o versión de un tirano. Esta es tu única advertencia.

Me eché a reír y volví a sorber por mi nariz.

-Eso está bien. No me importa, sólo quiero estar contigo.

-Y lo estarás. Lo primero es lo primero. Tenemos que pensar en algo para decirle a tu padre para que no se asuste y puedas tenerlo en tu vida, pero fuera del lazo. No quiero echarlo a perder con él.

-Yo tampoco, pero ¿qué vamos a decir? Estoy segura de que no se me ocurre nada.

-Bueno, estaba pensando que podías decirle -y mi padre puede ir a hablar con él sobre eso, -que mi familia se va de vacaciones por un par de semanas a algún lugar y que quiero llevarte con nosotros. Mi papá puede ser muy persuasivo.

-Eso podría funcionar. ¿Vamos a permanecer en tu casa?

-No. Nos vamos lejos, solos tú y yo. Pero tu padre no tiene porque saberlo. Cuanto más lejos estés, más difícil es para los echoling encontrarte. Mi papá se quedara aquí y tratando de pensar en cómo resolver esto mientras yo me preocupo por mantenerte a salvo.

Aunque la idea de estar a solas con Fred me parecía muy atractiva, me preocupaba demasiado.

-¿A dónde vamos?

-Deja que yo me preocupe por eso.

-¿No sabes, o no quieres decirme?

-Es mejor que no lo sepas, por si acaso pasa algo hasta que podamos salir.

-Ah -dije con entendimiento. No quería que Theo o su tío supieran nuestra ubicación por mis sueños y nos siguieran hasta allí.

-Bueno, tengo que buscar mis cosas para trabajar antes de irnos.

Me acurruqué más cerca y gruño.

-Todavía estás muy caliente, Emma.

-Gracias.

Él se rió y me sonrió, porque eso es lo que había querido.

-Sí, eres ardiente, pero también estás caliente. Tal vez debería decirle a Gran o a alguien que te consiga algo para eso.

Lo agarre por el estómago.

-Por favor, no te vayas.

Cedió con un movimiento de cabeza y acarició mi nariz. Sus dedos peinaron mi pelo, metiéndolo detrás de mi oreja, y trazando mi mejilla.

-Estaba muy preocupado por ti. Durante todo el camino aquí le grite al tío Ben para que condujera más rápido. Te escuche llamar en mi mente y era como clavos en la cabeza. Ya había sentido tu ansiedad pero pensé que me necesitabas allí durante un bajón, así que les dije que me iba, pero entonces tu corazón se detuvo durante unos segundos. -Se rió sin humor. -Me asusté y luego comenzaste a respirar de nuevo, de una forma locamente rápida. Y sabía que algo estaba mal, así que les dije y todos ellos saltaron al coche conmigo. Se sentía como si me estuviera muriendo.

-Debe haber sido cuando me dijo que tu padre y tu estaban muertos. Tiene un coche igual que el del padre de Adam así que cuando me dijo que Adam me esperaba, le creí. Lo siento.

-Nuhuh -canturreó él y me besó en los labios con dulzura. -No es tu culpa. Estoy tan contento de que estés bien. -Besó mis labios otra vez y empecé a sentirme más caliente y con más energía. -En el futuro, cuando tu pareja muere. Lo sabes. Lo puedes sentir. Es insoportable, como si estuvieras muriendo también.

-Eso suena divertido -dije secamente.

-Nunca tendrás que preocuparte por eso. Te lo dije, no te voy a dejar.

Cerré la distancia para darle un beso y me dejó por unos segundos, pero luego me empujó suavemente hacia atrás.

-Sabes que quiero, pero necesitas descansar, Emma. Has pasado por mucho esta noche y yo también, preocupándome como un loco por ti. Tenemos un montón de tiempo para eso más adelante - dijo completamente preocupado.




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