Chispas

Capítulo 34

-¿Ni siquiera puedes dejarla sola cuando se está recuperando, primo? -Dijo e incluso yo podía escuchar el dolor y la rabia en su voz.

-¿Qué, Adam? -Preguntó Fred con dureza contra mis labios.

-Vine a ver cómo está Emma. No sabía que estarías aquí, también.

Fred se volvió hacia él y le frunció el ceño.

-Sabes que he estado con Emma por la noche debido al echoling. ¿Qué estás haciendo?

-¿Qué? -Él se encogió de hombros inocentemente. -Nada.

Fred se movió hasta yacer sobre su espalda mientras hacía ruidos de disgusto. Me senté y traté de domar mi cabello en algún grado, mientras que Adam se dejaba caer sobre el borde de la cama.

-Estoy bien, Adam. Gracias.

Me miró y lo vi en sus ojos. La simpatía, el enojo, la culpa por esta marca negra en mi cara; mientras suspiraba y me cubría la cara con las manos.

-Adam, puedes decirle a Gran qué bajaré en unos minutos, si me ayuda con... estas cosas, por favor. -Eché un vistazo a través de mis dedos. Él continuó mirándome con una mueca suave. -Y ve, para que pueda vestirme.

-Oh, sí. Correcto. -Se levantó y se detuvo en la puerta. -Uh, Fred, ella dijo que tiene que vestirse.

-Sí -cantó Fred arrastrando las sílabas.

-Así que, vamos. Sé un caballero. Fuera.

-Adam -le dije un poco más agudo de lo que pretendía. Suavice mi voz y continúe. -Adam, ya hablamos de esto, ¿recuerdas? Me lo prometiste. Fred y yo vamos a estar juntos y todos vamos a ser familia y vas a tener que superarlo. Él no necesita salir, de hecho, no quiero que lo haga. ¿Está bien? Por favor, asegúrate de que Gran todavía este aquí.

-Bien.

Él se fue en un arranque de rabia y la puerta se cerró un poco más fuerte de lo necesario.

-Whoa -murmuró Fred.

-¿Qué?

-Eso fue tan... -no terminó en voz alta, pero en su mente pensó que era "caliente" que me enfrentara a Adam y me miraba con esos ojos que me decían exactamente lo que iba a suceder.

Me tomó la cara entre sus manos y me atrajo hacia él. Sus labios se deslizaron sobre los míos. Su mano encontró mi pierna y asumí que iba a tirar de mí en su regazo cuando oí un golpe leve y luego el crujido de la puerta abierta. Me aparté de Fred, humedeciendo mis labios y me asome para ver a Peter en la puerta con una ceja arqueada con una expresión preocupada y divertida mientras me acomodaba de nuevo en la cama y Fred se frotaba la cara con las manos en frustración.

Peter se aclaró la garganta antes de hablar.

-Buenos días. Espero que los dos hayan dormido bien. Emma, Gran está aquí y está más que dispuesta a ayudar con las marcas cuando sea que... termines aquí.

-Papá -gruñó Fred.

Peter sólo se rió y dijo que le escribiera a papá antes de que se fuera, cerrando la puerta detrás de él.

-Hay demasiada gente en esta casa -murmuró Fred y echó hacia atrás la manta.

Me reí mientras me ayudaba a levantarme y enviaba un mensaje de "Me fui temprano. Nos vemos más tarde esta noche. Te quiero" a papá, sabiendo cómo estaba no quería preocuparlo más de lo debido. Pues seguramente ni siquiera notó lo que pasó con Theo hacía unas horas y yo prefería que siguiera así.

Al parecer, la madre de Adam había encontrado algo de ropa en algún lugar para mí y estaba cuidadosamente doblada sobre el borde de la cama. Miré a mí alrededor y no vio otra puerta en la habitación para escapar pero trate de no preocuparme por la modestia. Fred era mi alma gemela, después de todo y había visto todo lo que había que ver ayer por la noche de todos modos, cuando me cambio de ropa.

Por lo tanto, me saque los calzoncillos de encima, dejando a su larga camisa para cubrirme cuando me resbalé en los pantalones vaqueros. Luego me volví a mirar por encima del hombro a Fred y vi que me miraba con una mirada tan hambrienta y llena de deseo, que me hizo sonrojar carmesí mientras él luchaba por ponerse su camisa.

Sonreí un poco, me mordí los labios y me saque la camisa por encima de mi cabeza, manteniéndome de espaldas a él. Cuando eche un rápido vistazo atrás él parecía a punto de desmayarse por lo que rápidamente me puse la camisa y me di la vuelta para encontrarlo justo en frente de mí.

-Eso no fue agradable -dijo en voz baja.

-¿Ah? -dije con falsa inocencia.

-Ooooh -gruñó con ira fingida. -No, no fue en absoluto agradable. -Tocado mis labios suavemente con los suyos mientras tomaba mi mano y me sacaba de la habitación. -Será mejor que salgas de mi habitación mientras todavía tengo un poco de cordura.

Sacudí la cabeza hacia él, confundida, cuando se detuvo en la escalera.

-Quiero advertirte, sé cómo eres con respecto a las multitudes. Definitivamente hay una multitud abajo. Y todos van a quejarse y preocuparse por ti todo el día, tal vez más, y van a sacar el alquitrán fuera de ti. -Quería reír. ¿Quién dice alquitrán? -Pero si es demasiado, di la palabra y yo...

-Fred, estoy bien. Tu familia es tan dulce.

-Nuestra familia -corrigió él y sonreí.

-No te preocupes por mí... Creo que me estoy enamorando de ellos. -Sostuve mi pulgar y los dedos índice y pulgar a una corta distancia. -Un poquito -le dije y sonrió ampliamente.

Se acercó un escalón por debajo de mí, a la misma altura que yo y cogió mis manos entre las suyas, dándome confianza.

-Eres increíble -dijo, y sacó nuestras manos entrelazadas para besar el dorso de mis dedos y luego me condujo por los últimos escalones hacia una cocina llena de ojos vigilantes, cansados y preocupados todos fijos en mí.




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