Fred nos llevó a un estacionamiento oscuro en el bosque. Tome mi suéter fuera en el coche y nos amontonamos fuera. Como se apoderó de las dunas se podía ver el color rojo y naranja en la hoguera iluminando la arena y los árboles detrás de él. Había probablemente cincuenta personas por ahí en la playa.
Sammy saltó rápidamente del coche, Louis detrás de ella. Fred y yo caminamos lentamente mano en mano. Tomé mis zapatos fuera y los puse en la pila junto con una gran cantidad de otras chicas que no había usado zapatos apropiados para la arena.
Muy pocas personas llamaron a Fred y les saludó con la mano o dijo hola, chocó puños. Un hombre se acercó y nos ofreció bebidas.
-Yo no bebo-, le dije mientras él forzaba la cálida chapoteante bebida en mi mano.
-Es sólo soda, cariño,- dijo y guiñó un ojo antes de tropezar lejos.
Yo no sabía si estaba bromeando o no, pero Fred tomó la bebida de mí y lo tiró a la basura que pasamos.
-Voy a conseguir algo que podamos beber en un minuto-, susurró mientras caminábamos hacia el fuego.
Me pregunté por un segundo lo que su tono quería decir, pero lo olvide una vez vi a la multitud. Todos se volvieron hacia nosotros cuando un chico gritó en voz alta a Fred.
Sentí mis mejillas arder y estaba contenta de que el resplandor rojo del incendio lo ocultara. Y juro que había un par de chicas mirando a mí, francamente dándome miradas sucias. Las miré con curiosidad mientras Fred abrazo a un chico y se golpeaban la espalda con sus puños.
-Hey, hombre. Me alegro de que hayas podido venir.
-Sí. Gracias por la invitación. Haydn, esta es Emma.
-Hola-, dije en voz baja.
-Hey, aquí.- Él sonrió ampliamente. -Fred, amigo, has estado resistiendo. Es un placer conocerte, Emma. Cualquier amigo de Fred es un amigo mío. -Sonreí y él miró hacia atrás a Fred. -¿Dónde has estado, hombre? No te he visto en un tiempo.
Fred asintió con la cabeza hacia mí.
-Emma no vive aquí, así que he estado viajando de vuelta adelante y hacia atrás.
-No pensé que estabas saliendo con alguien. Le dije a Ashley que podía venir porque tú podrías estar aquí.
Gemí en silencio.
-Hombre, vamos. Te lo he dicho antes, no estoy interesado en Ashley, en absoluto. Nunca lo estuve.
-¡Fred!- canturreó dulcemente Ashley en cuestión detrás de nosotros. Incluso llegó a él y le agarró del brazo. -Estoy tan contenta de que estés aquí por fin. Te he estado esperando. Es tan aburrido sin ti -, se quejó ella.
Ella me miró y sonrió con amabilidad. Fred la sacó de sus manos haciéndola poner mala cara más pronunciada.
-Vamos a ir a buscar algo para beber-, Fred anuncio y tiró de mí por mi mano.
Ashley gritó detrás de nosotros.
-Voy a tomar un Martini, sucio.
Lanzó una mirada rodante de ojos sobre su hombro a ella.
-Dale un descanso.
-Ven a verme una vez que lleves a casa a la preescolar para satisfacer su toque de queda.
Se dio la vuelta para mirarla.
-Basta, Ashley. ¿Realmente tienes que preguntar por qué nunca quería salir contigo?
Se veía realmente lastimada y yo quería sentir lástima por ella. Su mirada de dolor se volvió a mala mientras ella nos volcó fuera antes de girar y casi tropieza con un tronco. Reí en el hombro de Fred.
-Oh, no. ¿De verdad nos acaba de volcar de un tirón apagado?
-Sí.- Él no se rió sin embargo. -Lo siento mucho. Desearía no haber venido aquí, ahora. Esta no es mi escena, a pesar de llegar a ella mucho porque no hay nada más que hacer, pero creo que Sammy podría tener diversión.
-Está bien. No estoy preocupada acerca de Ashley. No estoy preocupada de nada. -Lo abracé alrededor de su cintura, presionando mi cara contra su pecho. -Voy a estar con estas personas en unas semanas de todos modos, ¿no? Será mejor que me acostumbre a ella.
-Supongo. Realmente me hace quedar mal con mi elección de amigos.
-Sólo he conocido a dos de ellos. Vamos a tomar una copa y luego me puedes presentar a alguien que quieras.
-¿En serio?- preguntó con curiosidad y me miró. -pensé que odiabas esto.
-Lo hago un poco-, admití riendo. -Pero quiero que me guste.
-Sé que probablemente he dicho esto veinte veces ya pero... eres increíble.
Él ahuecó mi cara y me besó con suave presión. Metí mis manos en su chaqueta abierta, agarrando alrededor de su espalda en busca de calor y cercanía. Mis labios hormigueaban y se extendió a mis mejillas, mi cuello. Me aleje antes de que nos dejaramos llevar demasiado lejos y se lamió los labios. Me sentí suspirar, su aliento soplando en mi cara.
-¿Bebida?
-Sí-, respondí en un chillido y miré hacia arriba para ver su sonrisa de suficiencia.
-Fred- Me volví para ver un aspecto muy agradable y muy alto chico de cabello negro paseando hacia nosotros con una ancha sonrisa fácil. -¡Mi hermano de otra madre! Hombre, ¿dónde has estado?
Se abrazaron y verbalmente pincharon un lado a otro; riendo, a continuación, Fred tomó mi mano.
-Emma, este es Victor. Victor, esta es Emma. La chica de la que te estaba hablando.
Mi mirada se disparó a él por la sorpresa. No sabía que él le había dicho a alguien de nosotros, en particular a alguien de la escuela.
-Emma, Emma, Emma- canturreó Victor y me abrazó. -No puedo decirte lo feliz que estoy de conocerte, chica. Tú sabes, mi chico no ha dejado de hablar de ti.
-Vic, vamos. Sólo hemos hablado como tres veces -, Fred dijo y podía sentir su vergüenza y también su alegría acerca de este chico me gustaba.
Este era su mejor amigo, el amigo que mencionó ese día. Tenía un acento sureño más pronunciado que era muy lindo. Su cabello era corto y tenía un pendiente en una oreja. Sus gafas de sol colgaban en el collar de su camisa polo y no llevaba zapatos.
-Sí, y esas fueron todas sobre esta chica, justo aquí- él negó con la cabeza, señalándome por encima de mi cabeza y se rió. -He sido amigo de Fred durante diez años y nunca lo he visto con una chica, ni una sola vez. Ni siquiera al baile de graduación, él sólo lo omite. El chico es un monje.
#6951 en Fantasía
#2518 en Personajes sobrenaturales
#13604 en Novela romántica
#2701 en Chick lit
Editado: 06.07.2025