Yo esperaba y rezaba que fueran las voces que quería, la de los Jacobson, Fred, pero no lo eran. Vi la cara de Theo por encima de mí mientras sonreía.
-¿Delicada todavía?
Me dejé caer en la derrota y quería gritar cuando empezaron a tirar de mí hacia arriba. Dos días. Dos días me habían dejado aquí abajo. Toda el agua me dejó y me pareció que el aire caliente ayudaría, pero no lo hizo, lo hizo peor. Mi piel se quemó y se estremeció al mismo tiempo. Quien sea que estaba tirando estaba gritando y tirando con tanta fuerza que la mesa estaba golpeando en las paredes, golpeando mis músculos con fuerza.
Se sentía como si mis huesos estaban golpeando uno contra el otro. Me oí gritar y gemir. Me dolía el pecho con ello. Grité el nombre de Harry y pensé que, rogué para que me oyera.
Cuando llegué a la cima, rodé fuera de la mesa y al lado del pozo a la tierra con fuerza en la hierba. Jadeaba y temblaba. Abrí los ojos y vi que la esposa de Sikes no estaba allí, pero Theo, su tío y otros tres tipos estaban. Me preguntaba cómo iban a ayudarme sin poner marcas de ofensa en mí, pero, por la expresión en sus rostros, no tenían intenciones de eso.
Theo sonrió cruelmente a mí y me agarró del brazo, tirando de mí hacia arriba antes de sacudir de nuevo su mano silbando.
-Esto todavía pica tan mal como lo hizo la primera vez.
-Está bien. No podemos hacer esto afuera ella va a hacer mucho ruido. Adentro, ahora- gritó Sikes.
Oh no. Qué- Entonces, sus pensamientos estaban sonando para mí. Él estaba tan, tan loco. No quería hacer esto y, de hecho, no tenía ninguna intención de ver. Él iba a dejar que Theo desatara en mí y ver cuántas marcas de delitos podría poner en mí al mismo tiempo. A ver si me afectaba o drenaba tanto que ello cambió algo. Yo no podía permitir eso. Negué con la cabeza.
-No. No, por favor para- le supliqué a Sikes. Mire a la derecha a él para implorar su humanidad. -Por favor no me lastimen más. Sólo tengo diecisiete años. No puedo soportar más esto. Duele tanto, por favor.
Apartó la mirada y repitió su orden.-Llévenla Adentro.
Grité cuando Theo vino a traerme una vez más, envolviendo un puño en mi pelo. Algo plateado y reluciente brillaba a la luz en su mano. Sentí el pinchazo y la presión sobre mi hombro y el borde de mi garganta antes de que registrara lo que había hecho. Me había cortado con un cuchillo.
Arrojé mi mano en mi hombro y sentí la masa pegajosa caliente entre mis dedos. También sentía calidez mojada arriba en el frente de la camisa.
-¡Theo! ¡NO! -Gritó Sikes y lo empujó a un lado. -¡No te di permiso para hacerle daño con los bienes terrenales, sólo sobrenatural! ¡Finn, llévala adentro, ahora!
Empujé a el que vino a continuación, todos ellos vinieron por mí. Sentí unos pinchazos y golpes en varias partes todos sobre mí, ya que todos trataron de contenerme, pero estuvieron sacudiendo sus manos de nuevo en el dolor a sí mismos. Colgué mis brazos fuera y mi cerebro dio una patada en las maniobras de karate, pero mi cuerpo no tenía fuerzas detrás de él como sin convicción se defendió con patadas débiles y bloques.
Pensé, si tan sólo pudiera mantenerlos a raya, tal vez algo iba a suceder. Y luego lo hizo. Uno de los hombres, Finn supuse, gritó y gritó, me agarró de los brazos y me levantó en pie. Él me apretó contra su pecho por detrás y envolvió una mano alrededor de mi boca, sin dejar de gritar en su propia agonía, pero decidido a terminar con esto ahora. Mordí su mano tan fuerte como pude y me empujó lejos en el instinto, sobre el borde del acantilado.
Oí gritos y gritos mientras volaba por el aire. Sikes rugió por encima de mí mientras caía, en voz alta y en su mente,
- ¡No!
Miré hacia abajo y vi solamente verdes oscuros y azules moviéndose rápidamente hacia mí.
Aterricé en agua helada congelándome. Mirando violentamente a mi alrededor y tragué. Luché contra ello pero al igual que en el acantilado, yo no tenía fuerzas para hacer realidad el progreso. Así que tome un aliento profundo y deje que la corriente del río me llevara. Flotaba toscamente hasta que sentí arañazos y sacudidas en las piernas. Miré hacia arriba para ver que estaba chocando contra un árbol caído, inclinado sobre la orilla del río.
Llegué y tire, lentamente me las arreglé para ponerme mitad fuera del agua. Yo sabía que no era inteligente sentarse aquí a la vista. Estaba segura de que Sikes y su grupo estaría buscandome. Pero mi cuerpo no iría más lejos. Pasé con mi mitad superior en la sucia helada orilla y mi mitad inferior sumergida en ramas de los árboles y el agua helada sucia.
No tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero estaba oscuro cuando me desperté de nuevo. El dolor que disparo a traves de mí era como nada que hubiera sentido antes. Me recorrió, en una misión para acabar conmigo.
No podía gritar, sabía que me estaban buscando y que les llevaría a mí.
Además, yo sabía este era en el recinto Thompson. Quién sabe cuántos de ellos viven aquí, pero quería gritar tanto. Luché contra ello. Mi boca se abrió en un grito silencioso mientras mi cuerpo se convulsionó y se inclinó por reflejo a los calambres, mis dedos cavaron en la tierra. Me contorsione en mí misma mientras escupía y escupía agua del río cuando trataba de subir al banco y fuera del agua helada.
Finalmente me levanté completamente fuera del agua y brazos se arrastraron hasta la hierba seca hasta pasado la playa. Me di la vuelta para tumbarme en mi espalda y trate de recuperar el aliento.
Pude ver todas las estrellas, al igual que aquella noche en Mugly's con Fred. Al igual que la noche en la playa que fui tomada. Me imaginaba a Fred a mi lado, tomando mi mano y nosotros sólo mirabamos a ellos con tanta indiferencia como lo habíamos hecho antes. Mi pecho se afianzó como pensaba de él. Las estrellas rebotaron en mi visión mientras mi cabeza golpeó contra el suelo debajo de ella. Tenía que llegar a Fred. Yo era libre. Tenía que empezar a moverme.
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Editado: 06.07.2025