-Él nos trajo hasta aquí, de hecho -dije casualmente-. Sí, él está bien con Fred.
-¿Cuándo vas a volver?
-Te vas, ¿por qué es importante?
-Voy a volver en un par de semanas para terminar de empacar y todo eso. -Se acercó a mí, como si fuera a mantener la conversación más privada-. Pensé que podíamos conseguir estar juntos cuando vuelva. Para hablar.
-¿Sobre qué? Daniel...
-Sólo escúchame, ¿bien? Sé que metí la pata en tu casa la otra noche. Fui un estúpido, pero estoy en un nuevo territorio contigo. Es importante para mí que tratemos de solucionarlo. Te echo de menos, mucho, Emma. -Extendió la mano para tomar la mía y la tiré hacia atrás para frotar mi cuello antes de que pudiera alcanzarla.
Su mente estaba limpia y bien ventilada, no estropeada con engaño o maldad. Sus pensamientos me dijeron que estaba diciendo la verdad. No estaba celoso, él realmente me echo de menos. De hecho, la única razón por la que me dejó el verano pasado fue porque su padre le había presionado para hacerlo. Le dijo que sería más fácil para mí de esa manera y que nunca sería capaz de concentrarse o hacerlo en la universidad si me arrastraba hasta allí.
Daniel se debatía entre hacer felices a sus padres y a mí. Pensó que simplemente seríamos amigos y que yo lo esperaría hasta que se instalara en la universidad y luego volver y hacer las cosas bien para mí. Pensó que haría felices a todos. No tenía ni idea de que yo tomaría la ruptura tan duro y dejaría de hablar con él y se arrepintió inmediatamente. Quería recuperarme pero no me podía decir lo que había hecho y por qué. Estaba avergonzado y ahora tenía miedo por mí. Yo estaba cometiendo un error con este chico porque estaba enojada. Él me extrañaba, todavía me amaba y me quería. Yo era su mayor arrepentimiento y él era miserable.
Me sentí como si me hubieran dado una patada en el estómago.
-Emma. -Se frotó la cara-. No sé qué hacer, aquí. Te amo y no quiero verte herida. Ojala pudiera hacerte ver lo mucho que lo siento y lo mucho que quiero hacer las paces contigo.
-Daniel. Lamento que las cosas sucedieron de la manera que lo hicieron. Estoy segura de tenías presión, sobre la universidad y todo eso. No tenías idea de lo que estaba pasando en mi vida. Debería haberte hablado de mi mamá. No estábamos tan cerca como debería haber sido, como las parejas reales. Siempre te conocí. Siempre estuviste ahí y era cómodo. No quería llevarlo más lejos contigo, pero por alguna razón, pensé que siempre estaríamos juntos. Lo siento, pero ya es demasiado tarde. No se trata sólo de Fred, nunca fui lo que soy en realidad, contigo. Ahora, soy quien siempre tenía que ser. -Me encogí de hombros y oí llamar a su entrada de vuelo por el altavoz-. Vas a ser tan grande en Florida. Sé que tu padre está orgulloso de ti.
-Sí -murmuró-. Él lo es. No creo que valió la pena.
-Lo valió. Ya lo verás.
-Eso espero. -Asintió con la cabeza sobre mi hombro-. Fred.
-Daniel -dijo Fred con amabilidad y me entregó mi bebida-. Que mundo pequeño.
-Sí. Bueno, me voy. Nos vemos por ahí, Emma.
Él gritaba en su mente. No quería marcharse y me dolía verlo así. Él sólo quería una oportunidad más. Tan desesperadamente.
-Adiós.
Empezó a volverse, pero se detuvo.
-Llámame... o algo. Quiero saber cómo lo estás haciendo. Que estás bien. ¿Sí?
-Por supuesto. -Sonreí y cedí. Fui a abrazarlo brevemente.
Él me apretó tan fuerte, que podía sentir su aliento en mi pelo y sus manos apretadas contra mi espalda. Me di cuenta de que Fred había bloqueado sus pensamientos de mí. Ni siquiera podía sentir sus emociones. Pensé que no podía ser bueno. Daniel me sostuvo durante mucho tiempo, antes de que finalmente, dije algo para ponerle fin.
-Que tengas un buen vuelo, ¿bien?
-Sí. -Daniel se tiró hacia atrás y miró entre Fred y yo-. Tú también. Nos vemos.
-Adiós.
Una vez que se hubo marchado me volví y esperaba ver un rostro molesto en Fred, pero me sorprendió. Él parecía divertido.
-Eres tan dulce. -Me dio un beso en la mejilla y luego se sentó-. ¿Cómo está tu bebida? No tenían soda de crema, así que traje...
-Espera. -Me senté a su lado y lo miré, perpleja-. ¿No estás enojado?
-No. ¿Por qué iba a estarlo?
-Bueno, sólo abracé a mi ex-novio justo en frente de ti para empezar.
-Te olvidas. -Puso su vaso en el suelo y se volvió hacia mi cara culpable, y puso su mano sobre mi rodilla-. Puedo ver con claridad en tu mente. No puedes ocultar nada de mí. Tampoco yo, a menos que estemos tratando. Vi que estabas molesta por la forma en que él todavía se siente por ti. Que odias cómo sucedió todo, pero no te arrepientes. No tienes sentimientos persistentes por él, sólo sentiste pena y no querías hacerle daño. No hay nada malo en ello. Ahora... -Apretó sus labios-: Lo admito, no es divertido ver a mi chica con sus brazos alrededor de otro chico, pero vi en tu mente, esto fue como una despedida con él. Nunca tuviste la despedida, el "cierre" que te dije que necesitabas. Bueno, ahora lo has hecho.
-Eres bastante increíble -dije en voz baja.
-Oye, esa es mi línea -dijo él sonriendo.
-Lo digo en serio. Cualquier otro hombre se molestaría.
-Cualquier otro hombre -se acercó-, no estaría en la cabeza de su novia. -Me besó-. Tengo una ventaja que otros chicos no tienen. Además, está la cosa de alma gemela -dijo con ligereza y agitó la mano como si no tuviera importancia.
-Sí, sólo eso. -Sonreí hacia él-. Así que, nunca me dijiste lo que era tu habilidad.
-Bueno. -Espero y me miró un poco extrañado.
Sentí a su diversión irse lejos, sustituida por la humillación y la inquietud pasando a través de mí y me sentí como una idiota por no obtenerlo antes. Él había estado escondiéndolo de mí. No había recibido aún su habilidad, lo cual era algo inaudito.
-Ah, Fred. -Puse mi mano sobre su rodilla-. Lo siento. Estaba tan involucrada en mi propio drama que ni siquiera me preocupé por la tuya. ¿Qué significa eso? ¿Tal vez no te has dado cuenta de qué se trata todavía?
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Editado: 06.07.2025