Capítulo 70

Me enseñó una visión de nosotros en la playa, caminando agarrados de la mano, él persiguiéndome por la orilla mientras pasábamos junto a un fuego de campamento a la noche. Él besándome en una gran mecedora de porche mientras me presionaba aún más en sus grandes cojines y almohadas.

Estábamos sentados en una enorme mesa de desayuno blanca junto al alféizar de la ventana, leyendo un libro juntos y comiendo trozos de naranja. Envuelvo mis piernas a su alrededor mientras flotamos en la piscina y el me besa.

Cuando retiró la cara de la mía yo estaba sin aliento, pero me había olvidado del avión.

- ¿Esos son tus planes para mí?-bromeé.

-Absolutamente-sonrió, su hoyuelo volviéndome loca y me pellizcó la nariz-. Estamos a diez mil pies. ¿Cómo te sientes?

-Perfecta. Gracias.

-Bien, podemos dormir. Tenemos un vuelo largo pero cuando lleguemos allí será realmente tarde y cuesta una hora llegar a la casa.

-Vale. Oye -agarré su brazo-, gracias.

- ¿Por qué?

-Por todo. Por tratar con mi ex, mi hermano, mi padre. Mis inseguridades sobre todo eso, por venir a buscarme, por alejarme de todo, por explicarme las cosas cien veces, por calmarme en el avión, por tener paciencia conmigo. Por decirme siempre la verdad aunque te avergüence o creas que no me gustará.

-No tienes que agradecerme por esas cosas-dijo dulcemente pero forzadamente, y envolvió su mano alrededor de mi nuca y sus dedos se cerraban y se flexionaban mientras me hablaba-. Ahora eres mía, Emma. Siempre estarás en primer lugar y haría cualquier cosa por ti. Cualquier cosa.

-Lo sé. Y por eso te amo.

-También te amo, nena. No hay manera de que pueda quererte más de lo que lo hago en este mismo momento.

Sonreí a sus palabras, sintiendo el cariño y la caricia detrás de sus palabras. Me incliné hacia delante y le besé, abrí mi boca y dejé que mi lengua tocara su labio inferior, entonces lo tiré suavemente entre mis dientes. Su aliento salió de golpe. Sonreí internamente y lo atraje más cerca agarrando su camiseta en un puño. Dejé que mis dedos trazaran su mandíbula y su cuello y la llevé a su pelo. Pasé mis dedos a través de su pelo, tirando suavemente. Oí y sentí su pequeño gemido, así que decidí apartarme de él. Sus ojos estaban brillantes y relucientes, con algo sobre lo que no quería pensar en un avión. Se chupó el labio inferior y continuó respirando de forma irregular.

Sólo para que lo sepas, me vuelvo loca cuando me llamas nena.

-Lo recordaré-dijo sin aliento.

Me reí.

-Es bueno saber que no soy la única afectada.

-Ya te lo dije. Soy mucho peor que tú -se inclinó hacia delante, tanto que nuestras caras casi se tocaban-. Eso no estuvo bien. No puedo exactamente hacer algo al respecto en un avión, ¿o sí?-me mordisqueó la barbilla y luego besó el mismo lugar. Tragué saliva y él sonrió- Ahora estamos a mano.

Me reí sin aliento y me mordí el labio. Su sonrisa era presumida mientras levantaba su mano para cubrirme la mejilla. Luego deslizó sus dedos por mi brazo hasta mi cadera y contuve el aliento cuando encontró mi muslo y luego mi pierna... mientras sacaba una almohada de debajo de mi asiento. Oh hombre. Fred iba a jugar sucio. Parecía que el aire del avión no funcionaba bien.

Él se rio entre dientes con mis pensamientos mientras me ponía la almohada bajo mi cabeza, inclinando mi asiento hacia atrás.

-Touché-murmuré y él se rio más fuerte.

-Habrá mucho tiempo para eso -aseguró divertido.

-Entonces, ¿qué es este tatuaje que tienes en la muñeca?-lo rocé con mis dedos-Lo he visto en tu familia también.

-Es nuestro blasón Virtuoso para el clan Jacobson. Aquí todas las familias tienen un blasón. El nuestro es la media luna, simple y con clase. Nacemos con ellos y sólo otros Aces pueden verlo. Es otra manera más para mostrarles a los demás quienes somos, a qué Clan pertenecemos.

-Pero en los demás he visto nombres. Los nombres de sus parejas.

-Sí-se chupó el labio, lo que yo había aprendido que era una táctica para pensar-Bueno... eso nos pasa. Verás, no estamos seguros de los detalles exactos pero supuestamente, la primera pareja lo empezó. La primera vez que practicaron la Mutualidad el uno en el otro, los tatuajes aparecieron junto con los nombres de sus parejas en la parte interior de sus muñecas. Desde entonces, todos nacimos con el tatuaje de nuestra familia. Verás, cuando una pareja juntan sus muñecas, las dos mitades del tatuaje se convierten en uno solo y sus nombres crean un contorno o frontera. Es realmente genial, en realidad.

- ¿Entonces que hay sobre nosotros? Yo no tengo uno-dije frotando mi muñeca, y me sentí extrañamente triste por alguna razón por ese hecho.

-Puedes hacerte uno, si quieres.

- ¿Cómo se hizo la abuela el suyo?

-Se lo hizo para el cumpleaños del abuelo un año-se rio entre dientes- ¿Has visto alguna vez llorar a un hombre adulto?-se rio otra vez.

Pensé que eso era increíblemente dulce y me supuse que podría hacerme uno, pero por alguna razón, no parecía lo mismo. Me sentí excluida. Harry nunca tendría una pareja para su tatuaje a no ser que yo me lo hiciera, cosa que yo podría hacer.

La Primera Clase era agradable, aunque no tenía ni idea de cómo era la Clase Turista. Comimos la cena que nos trajeron y pusieron una película, pero seguí el consejo de Harry y me acurruqué a su lado tanto como pude con mi manta y mi almohada.

-Duerme, Emma. Estaré justo aquí.

Su mano se deslizó bajo mi manta y agarró mi mano. Cerró sus dedos alrededor de los míos y tiró de ella, la apretó contra su pecho, presionándola contra su corazón así yo podría sentir los dos latidos del corazón. El mío y el suyo, siempre los dos juntos. Ambos nos dormimos en una paz maravillosa.

Me desperté más tarde en la tranquila y oscura cabina. No tenía ni idea de qué hora era pero necesitaba pensar cuando Fred no estaba en mi mente, así que me quedé allí, viendo que estaba de cara a mi en su asiento. Su pelo había caído sobre su frente y alrededor de sus orejas. Lo peiné y recorrí con mi pulgar su hoyuelo y escuché su pequeño sonido de satisfacción.