Corrimos dentro de The Litte Mom and Pop Shop por algunas provisiones cerca de la casa y secretamente reí mientras el agarraba mis comidas favoritas y me sonreía.
Lo ayude a llevar todo dentro desde el Jeep y ponerlo por ahí. La casa estaba vacía de cualquier otra persona y no se veía como si alguien hubiera estado allí.
―¿Quieres ir a la playa? No puedo conseguir a papa por teléfono, pero apuesto a que quien sea que estén enviando estará aquí pronto. Por mi parte, no estoy preocupado acerca de eso.
―Tampoco yo. Iré a ponerme el traje de baño.
Fui al baño y me lo puse. Una vez más, no podía creer lo que estaba viendo. Me había olvidado de mi vestido de playa así que me asome y lo oí haciendo ruido en la cocina, colocando los comestibles. Hice una pausa por eso. Justo mientras agarraba mi bolsa el dio vuelta a la esquina y su mente choco contra la mía con su deseo y esfuerzo. Esfuerzo para mantenerse bajo control y no apresurarme a pesar de lo que sus entrañas gritaban por mí.
Encontré mi vestido y fui a ponerlo por encima de mi cabeza, pero él estaba allí, delante de mí, deteniéndome con sus manos cubriendo las mías. Llevaba un traje de baño también, solo el traje, y sentí que mi piel se quemaba caliente.
―Lindo traje ―dijo con voz ronca.
―No fue lo más escaso que podría haber comprado ―me defendi.
―Gracias a Dios por eso ―murmuro, y me atrajo hacia el.
Me agarro con fuerza alrededor de mi cintura y su boca tomo la mía con abandono. Sus labios se movían contra los míos con intención y propósito. Su lengua y sus dientes jugaban con mis labios y jadee ante el placer de ello. Cuando empujo mi cabello de mi hombro y beso mi cuello, me estremecí. Entonces sus manos se deslizaron hacia abajo para deslizarse por mi cadera a la parte posterior del muslo y luego de regreso, todo el tiempo, sus labios mordisqueando mi clavícula y la garganta. Nunca había estado tan enfocado en explorarme antes.
Juro que las estrellas rebotaron detrás de mis ojos en la intensidad de su deseo, su amor, su necesidad de consumir y ser consumado.
Finalmente entendí lo que quería decir con eso. Nuestros cuerpos fueron hechos para ser cautivados y tomados por nuestra pareja. Lo seseaba y sabia sin duda alguna que él me deseaba. Era instinto. Así que los empuje hacia atrás mientras él seguía embelesándome, su barbilla y labios rozando contra la suave piel de mi cuello y mandíbula.
Cuando llegamos a la silla lo empuje a sentarse y me senté en su regazo, con una pierna a cada lado de él.
―Emma ―se quejo―me estas matando.
Detuve su débil protesta con un beso y sentí sus manos tensarse y captar el lugar donde mis caderas y muslos se conectaban. Abri mi mente amplia y dispuesta y empuje dentro de la suya. Vi su barrera protectora para mi y empuje mas alla de eso, mas alla de todo y directo a la medula. Ya no me importaba si era demasiado y me dominaba. Lo quería.
Cuando finalmente lo sentí a mi alrededor, por todas partes, en mis venas, mi sangre, en mi piel, me centre en el. Senti su conmocion por lo que hacia, el darse cuenta de lo que estaba haciendo, su asombro necesitando y queriendo hacerlo, entonces su moderación mientras me empujaba hacia afuera.
―Emma, espera ―dijo contra mis labios cuando se apartó lo suficiente para hablar―Creo que deberíamos esperar un minuto.
―¿Para qué? ―susurre y tire de su labio inferior entre los míos.
Gimió y gruño, su acelerada respiración deslizándose por mi cara y cuello.
―Emma. Yo no…
El no quería herirme. Pensó que podía dejarse llevar. Su padre le dijo que la mutualidad era tan buena y hasta mejor en algunos aspectos que sexo real porque era tan íntimo y algo que nosotros dos solo podemos hacer con el otro. No había manera de estar más cerca física o mentalmente, pero también le dijo que era muy fácil perdernos en él y Fred estaba preocupado de que me envolvería demasiado en ella para pararme en solo mutualidad y lamentarlo más tarde.
Lo queria tanto pero me necesitaba absolutamente segura de que era lo que yo queria y no solo sus sentimientos en mi mente, sentí su anhelo por mi.
Puse mis manos a cada lado de su cara.
―Nunca me harias daño. Se eso mas que cualquier otra cosa, sobre todo después de haber estado en tu mente. Nunca haría nada que no quisiera hacer y no me preocupa perdernos a nosotros mismos tampoco. ¿No he tenido siempre un caballero? ―bromee y bese su hoyuelo.
―Nena, sabes que quiero, pero ¿Por qué tú lo haces? ¿Es por mí? No puedo evitarlo, sé que has visto en mi mente lo que yo deseo, pero puedo esperar, no estoy presionando.
―Lo se. Quiero porque te amo.
El me miro, mi cara muy cerca de la suya. Su mente era una maraña de emociones y mientras sus ojos recorrían mi rostro sonreí de felicidad al ver su rendición. Empuje de nuevo en su mente, envolví mis brazos alrededor de su cuello y bese sus labios antes de poner mi frente contra la suya. Me acerco más contra el en si regazo con las manos en mis caderas y lo sentí entrar en mi mente, como el clic de una cerradura.
Escuche el aumento de mi respiración a la complementación de nuestra fusión, pero no sentí mis respiraciones. No sentí nada más que él. Sus sentimientos de querer, su pecho subiendo bajo sus respiraciones, sus manos en mis caderas mientras sus dedos flexionados se sentían como míos. Era muy extraño sentir su sangre fría corriendo por sus venas calientes. Entonces era yo otra vez, pero él seguía allí, en mí y consumiéndome.
Su mente siembre la misma, adoración y preocupación inundando mi mente por mí y su deseo de complacer a su familia, para que todos seamos felices. Eso me hizo amarlo aún más por ello.
Más pensamientos volaron a mí en una alineación difícil a medida que presionábamos aún más en la cabeza del otro. Sabía que él estaba sintiendo y viendo las mismas cosas, pero diferente, porque era todo por mí. Tuve una visión de el en el jardín infantil leyendo su primera palabra, murciélago. Entonces vi a su papa ensenarle a montar su motocicleta en su fiesta de graduación. Un destello de él cortando el pasto de su casa, el olor a verano y verde que me rodeaba. Cuanto amaba la pizza barbacoa. Echaba de menos a sus amigos de la escuela pero los dejaría a todos por una oportunidad en Arizona. Admiraba a sus profesores.
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Editado: 06.07.2025