En un día normal en Newlace, los alumnos asisten a sus clases designadas, los profesores se ponen a enseñar, lo típico que pasa en una escuela... Una escuela normal, lo que sucede es que Newlace no es una escuela normal.
—¡Oigan! ¡Es cierto! ¡Chloe Astroy está aquí en Newlace! —gritó una niña de cabellos castaños.
Todos los que estaban en los pasadizos voltearon a ver al trío de amigos, Chloe destacaba muy fácilmente así que no había duda de que era ella.
Todos conocen la trágica historia del antepasado de Chloe y como su línea familiar había obtenido aquella maldición de la cual no muchos eran conscientes. En la ciudad, en la calle, a donde quiera que vaya, se le quedaban mirando, otros susurraban, y los más valientes le pedían autógrafos. Chloe no estaba acostumbrada, desde niña era casi invisible para todos, incluidos sus padres, y que de la noche a la mañana todos sepan quien es y deseen estar cerca de ella era algo a lo que aún no se acostumbraba.
Una niña de cabello rojizo se acercó al trío entre la multitud, buscó rápido una hoja y una pluma y se la pasó a Chloe. Esta (que no estaba acostumbrado), extrañada por alguna razón, le firmó. Al devolverle la hoja ella sonrió. Miró a Chloe, Nick y Lucy tímidamente dijo:
—Me pueden decir Bianca. Espero que seamos amigos.
Y se fue con la cabeza abajo.
—Chloe, no te juntes con ella —Chloe lo mira confundido cuando Nick y Lucy se lo advierten.
—Para mí se ve muy agradable —contradice Chloe.
—Es muy rara, por eso no tiene amigos.
Cuando pasó la emoción de Chloe Astroy todos se dirigieron a sus clases y el trío no fue una excepción.
—Buenos días alumnos.
Todos saludaron en coro: «Buenos días»
—Hace un momento acaba de comenzar a circular un rumor que afirma que Chloe Astroy está aquí en Newlace, quisiera que se presente por favor.
—Soy yo profesor —Chloe se paró de su asiento.
—Que les parece, no había visto a una Astroy desde el siglo pasado. Mucho gusto señorita Astroy, soy el profesor Fredderick Devittre o solo profesor Devittre como usted prefiera, soy el encargado de enseñarle el curso de Conjuros.
—De acuerdo profesor, muchas gracias por la bienvenida.
—Hoy volveremos a repasar los palabrerios correspondientes para invocar cierto poder —se detuvo y empezó a mirar a sus alumnos— ¡Astroy! —exclamó viéndola a ella. Todos se giraron hacia Chloe—. Venga adelante —ordenó el profesor sin despegar la vista de ella.
Chloe se paró agarrando firmemente su varita nariz estrella y caminó hasta el frente del aula. Casi llegando se tropezó, pero un chico castaño la sujetó evitando que cayera encima de él. Sonriéndole, ella le dijo «gracias» mientras terminaba de bajar. Recién se había divulgado la noticia de que Chloe Astroy estaba en la escuela pero tanto Nick como Lucy sabían que en todos los rincones de los sectores hablaban de lo bonita que era, o al menos eso sabían, sería raro si se enteraran que entre profesores dicen eso.
Cuando llegó, Devittre terminó de escribir algo en la pizarra y se puso frente a ella mirándola detalladamente.
Nick jugaba con sus dedos. Chloe apenas era nueva y el profesor es muy poderoso, si se baten a duelo es demasiado obvio quien ganará, por lo que es preocupante. Miró a Lucy que se encontraba a su costado, se notaba que tampoco quería que se batieran a duelo. Nick se imaginó a Lucy haciendo barras al profesor y sintiendo lástima por Chloe, creo que aún no le había agarrado 100% cariño.
—De acuerdo señorita Astroy, le voy a lanzar un hechizo, no quiero que se asuste ya que no es para hacerle daño. Deberá tratar de detenerme con el conjuro que he escrito en esta pizarra: «Deparo» —Nick lo miró extrañado, no sabía que es lo que haría el profesor.
La cara de Lucy estaba enrojeciendo pero por furia, Lucy cuando se enoja, se enoja. Estaba a punto de reclamar lo injusto que era para Chloe realizar un conjuro de defensa sin siquiera saber la teoría de alguno, justo antes de hacerlo el profesor interrumpió su pensamiento.
—¡Nivellus! —gritó Devittre. De la nada apareció una nube de nieve y empezó a nevar encima y únicamente en el sitio donde estaba parada Chloe. Esta, asustada, afirmó firmemente su varita. Se podía notar que si la seguía apretando de esa manera se le harían callos.
—¡De-Deparo! —dijo Chloe con timidez. Nada le pasó a la nube más ahora nevaba con más intensidad que el uniforme se le cubrió de nieve.
—Señorita Astroy, mire el conjuro de la pizarra y trate de detener el conjuro, le sugiero que a la hora de hablar lo haga con más seguridad, firmeza y con voz fuerte —ordenó el profesor mientras Chloe apuntaba con su varita a la nube de nieve.
Chloe no sabía muy bien lo que hacía pero había visto películas de magia donde dicen hechizos y mágicamente estos se cumplen, parecía y era algo sencillo pero Chloe ya se lo había tomado muy en serio, como si fuera de vida o muerte.
Nick vio como Chloe, murmurando, se memorizaba el hechizo. Todos los chicos la miraban atentamente, esperando alguna reacción impresionante, después de todo es Chloe Astroy la que va a hacer el conjuro. Ella respiró profundamente y le apuntó a la nube. Con un grito dijo:
—¡Deparo! —miró fijamente a la nube como si su mirada tuviera rayos láser que ayudarían a la nube a desaparecer, la nube finalmente desapareció.
Todos aplaudieron, incluso el profesor Devittre. Todos los hombres de todos los sectores se pararon y le aplaudieron sonoramente. Ella hizo una reverencia mientras se sonrojaba y se fue a su sitio, de camino a este los chicos sólo le decían cumplidos y uno que otro piropo como «se puede tener belleza y cerebro a la vez» «hermosa y lista, sin duda quiero a alguien así», Chloe tenía la cara roja de la vergüenza. Eso hasta que un alumno se paró de su asiento y se acercó hasta ella.