Cian Heaton

Capítulo 3: Cian

Tasha se come toda la comida diciendo que no sabía que tenía tanta hambre hasta que la lasaña estuvo frente a sus ojos. Se vio tan deliciosa que terminé pidiendo una porción para mí a pesar de que ya había almorzado, aunque no sé si un café y sándwich cuentan como almuerzo.

Saber que está embarazada me tomó por sorpresa y eso explica el motivo por el que estaba llorando el día que la conocí. La noticia debió ser un golpe duro y debió dolerle que el padre de su hijo no quisiera hacerse cargo, porque estoy casi seguro de que él no quiere saber nada y por eso ella estaba tan mal y no quiere hablar al respecto.

Me enoja los hombres irresponsables y es tan injusto que se puedan librar de la responsabilidad solo porque no tienen al bebé en su vientre.

A Lola, esposa de mi hermano Rex, le pasó y tuvo una etapa difícil como madre soltera, aunque lo hizo bien y su hija Valentina es fantástica. Ahora cuentan con el apoyo de mi hermano.

—¿Te pasa algo?

Salgo de mis pensamientos.

—¿Qué?

—Tienes mirada de asesino serial y el pan en tu mano no está feliz con que lo aprietes tan fuerte.

Bajo la vista a mi mano y suelto el pan desarmado, sintiéndome como idiota.

—Pienso que el padre de tu hijo es un idiota y que no está bien que te haya dejado sola.

Bebe agua.

—¿Lo conoces?

—No, solo deduje que no se quiso hacer cargo de su hijo y por eso llorabas la noche que nos conocimos… Si es que te acuerdas y no estabas tan ebria. No deberías beber alcohol estando embarazada.

Ella frunce el ceño.

—No estaba ebria la noche que nos conocimos y lloraba de impotencia. Por supuesto que no se quiso hacer cargo y eso me da igual. Es un imbécil que no merece que lo odie ni le reclame. Dios le cobrará su infidelidad y para mí es mejor que no forme parte de mi vida porque no sería un buen padre. Si lloraba esa noche fue por enterarme del embarazo, por no tomar la pastilla del día después cuando él avisó del condón roto y por no sentirme lista para ser madre—ríe—. Ni siquiera estoy segura de que seré buena madre. La mía es un completo desastre como tal. Tal vez lo mejor sea interrumpir este embarazo y terminar con todo el drama de una vez por todas.

Saber que está pensando en abortar al bebé me produce un sabor amargo en la boca del estómago, ni siquiera entiendo el motivo.

Aunque tal vez sea mejor que se deshaga del bebé antes que lo traiga a este mundo y sufra el desprecio de su madre.

—Que tus padres sean de cierta manera, no significa que tú seas igual. Los malos padres no indican que los hijos sean malos padres también. Podemos decidir ser diferentes.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—Yo no.

—Pues deberías reconsiderarlo.

—Mejor no te metas en ese tema. No conoces a mi madre y dudo que alguna madre pueda superar su narcisismo y desinterés en su única hija. Tampoco eres el padre del bebé.

Abro la boca para contarle como eran mis padres y la vuelvo a cerrar. Está claro que ella no conoce mi historia familiar y no deseo hablarle de esta para que sienta pena por mí o mis hermanos.

Creo que lo mejor es irme para no involucrarme más de la cuenta, pues los problemas de ella con su madre, su bebé y el padre de este, no son asunto mío. Es su decisión y a mí no me corresponde opinar.

—Tienes razón. No sé de que hablo. Si quieres tener al bebé o deshacerte de él, es tu decisión y no puedo juzgarla—saco la billetera y coloco unos billetes sobre la mesa—. Y como ya me aseguré de que comieras, el color regresó a tu rostro y vives cerca, puedo irme tranquilo sabiendo que estarás bien. Espero que la decisión que tomes te ayude a estar en paz contigo misma.

Dicho eso, me doy la vuelta y me alejo sin esperar a que ella diga algo. No sé que podría decir.

Está claro que no le da igual el padre del bebé y parece que ni le interesa su hijo. Tal vez sea lo mejor, pues no tendría sentido que traiga a un bebé a este mundo si no lo desea. Sería peor que ese niño o niña sufra el rechazo de ambos padres.

No estoy diciendo que estoy a favor del aborto, claro que no lo apruebo, al menos que sea en casos específicos cuando se debe a violaciones o la mujer embarazada tiene problemas mentales o el niño no se está desarrollando correctamente, solo que cuando se está de pocas semanas, es diferente. También podría darlo en adopción.

¿Por qué me preocupo por esto? El bebé no es mío y Tasha no es nada mío, así que debe darme igual lo que haga o deje de hacer.

Cuando subo al auto, recibo un mensaje de Rex preguntando donde estoy. Le pedí a Lola que fuera a buscar a la tía al aeropuerto sin darle explicaciones. Nada más dije que se presentó un contratiempo.

Le respondo el mensaje a mi hermano antes de poner el auto en marcha.

Cian: De camino a dejarte el auto.

Rex: Pasa a buscarme a mi estudio y vamos a mi casa. Lola está allá con nuestra tía.

Cian: ¿Y Willa?

Rex: Tyron la llevará cuando salga de la escuela.



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En el texto hay: embarazo inesperado, drama, madre soltera

Editado: 28.05.2025

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