Cian Heaton

Capítulo 8: Tasha

Tengo una revolución de emociones luego de ver al bebé en mi vientre. Lola me dijo que podría pasar porque a ella le sucedió con Valentina, pero no creí que las emociones fueran tan intensas.

Aunque ya era consciente de que llevo una vida en mi interior, no supe el significado verdadero hasta ese instante, cuando escuché el corazón.

Por suerte, la ginecóloga y obstetra de Lola tiene los aparatos para hacer los ultrasonidos, así que no tuve que sacar turno para hacerme el ultrasonido y luego ver a la doctora. Pude hacer todo el mismo día, aunque tuviera que pagar bastante por ello.

—¿Tienes alguna pregunta, Tasha?

Miro a la doctora.

—En caso de que decidiera deshacerme del bebé, ¿podría tener hijos en el futuro? Aunque no estoy segura de querer ser madre, pienso.

—Cada cuerpo es diferente. En su mayoría, las mujeres pueden volver a concebir sin problema, siempre que el aborto sea hecho apropiadamente y no en alguna clínica clandestina, porque ahí sí es más complicado.

Asiento.

—¿Soy mala persona por querer hacerlo?

La doctora ríe.

—No, claro que no. Yo no juzgo a nadie.

—¿Usted lo haría?

Ella se queda con la mirada seria. Lola aprieta mi brazo. ¿Fue una pregunta indebida?

—Yo personalmente no. Descubrí que estaba embarazada el mismo día que a mi esposo con mi mejor amiga en la cama—Lola y yo compartimos una mirada—. Es una decisión personal.

—¿Tuvo a su hijo y no se arrepintió?

Río.

—Tuve un embarazo de riesgo en pleno divorcio; aun así, no me arrepiento. Mi hija hoy en día tiene trece años y es lo mejor que me pasó en la vida. Si bien está en la etapa en que odia a los padres.

Reímos.

—Temo esa etapa. —musita Lola.

—Solo hay que darle espacio y buscar la manera de ser una mamá amiga, no tan mamá protectora y no tan amiga.

Lola recibe los consejos con atención y yo me distraigo con una mosca volando hasta que me da indicaciones y cuidados que debo tener en caso de seguir adelante con el embarazo. En caso de que decida quedarme con el bebé, debo volver a otra consulta dentro de mes y medio para saber como va todo y conocer el género del bebé, si es que deseo saberlo.

Una revolución de mariposas que no son mariposas de amor, sino de otra clase, vuelan locamente en mi estómago.

¿Tendré un niño o una niña?

Hasta esta mañana me levanté con la idea de terminar con el embarazo; sin embargo, luego del ultrasonido, de conocer la historia de la doctora, de pasar tiempo con Valentina y meditar conmigo misma, comienzo a pensar que lo correcto es tenerlo.

¿Y si no puedo volver a tener hijos en el futuro?

Primero pensé que me arrepentiría de tenerlo. Luego de ver a la pequeña semilla y escuchar sus latidos, me di cuenta de que nunca podría rechazarlo una vez nacido y me esforzaría por ser una buena madre. Yo no tuve el mejor ejemplo y puedo tomarlo como un mal ejemplo para saber como no debo ser.

Tengo de referencia a Lola que es una madre excelente, también la madre de Tyron e incluso Willa que es fantástica con Leo y con todos los niños.

Mi hijo o hija no necesita un padre para ser feliz. Es mejor que me tenga solo a mí antes que compartirlo con un inútil bueno para nada que solo nos cause dolores de cabeza.

Cuando nos despedimos de la doctora y salimos de la clínica, me despido de Lola. Ella debe ir por Valentina a la escuela y yo decido caminar un poco para aclarar mi mente.

Me detengo en una plaza con juegos y observo a algunos niños jugando y corriendo. No puedo evitar que el corazón se me acelere imaginando a mi hijo o hija pidiéndome ayuda para a subir al tobogán.

Llevo la mano al vientre y mi mente se aclara por completo, decidiendo que lo correcto es tener al bebé.

Mientras sigo caminado, considero llamar a Harry, el donador de esperma, para informarle que decidí quedarme con el bebé y que espero que me firme un papel renunciando a los derechos del bebé gestante en mi vientre y luego de nacido… Y con ese pensamiento me doy cuenta de que tengo la decisión tomada.

Busco a Harry en mis contactos y presiono llamar. No tengo idea si está en Londres o en otra parte, con la mujer o con otra amante, y me da igual. Prefiero terminar con esta mierda ahora.

—Hello.

—Harry, soy Tasha. —respondo en español sabiendo que él habla español, además de inglés.

—Oh, no puedo hablar…

—Me da igual, seré breve. Voy a tener al bebé y usaré el dinero que me diste para el bebé. No quiero que me pases manutención ni nada parecido, solo que firmes un papel renunciando a tus derechos sobre el bebé y quiero que renuncies a estos desde ahora porque no voy a tolerar que dentro de unos meses quieras ser parte de…

—De acuerdo, envía por fax lo que quieres que firme y lo haré. No me interesa ser padre, ni con mi esposa, ni con nadie. Tengo cuarenta y tres años, ya no estoy para eso.



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En el texto hay: embarazo inesperado, drama, madre soltera

Editado: 28.05.2025

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