Cian Heaton

Capítulo 10: Tasha

¿Amigos? Claro, ¿qué otra cosa pretendía? Sé que no puedo esperar más de eso de Cian porque él no está listo para una relación y yo no soy candidata debido a mi embarazo.

No entiendo por qué me molesta que él no se sienta atraído por mí… ¿A quién quiero engañar? Claro que me molesta porque él me gusta mucho y desearía que nuestras circunstancias fueran otras, donde nos conociéramos, él no tuviera un trauma con el pasado y yo sin embarazo de por medio. Aunque si no estuviera embarazada, probablemente sería diferente.

Volteo a mirar a Tyron y suspiro.

—¿Saldrías con una mujer embarazada de otro hombre?

Mi amigo aleja la mirada de los papeles y enarca una ceja en mi dirección.

—Si fuera tan encantadora como tú, claro.

Ruedo los ojos.

—Mi pregunta es seria, Ty.

Ríe.

—Mi respuesta también. Si esa mujer me gustara mucho y no hubiese problemas con el padre del bebé, sí saldría. ¿Quién te interesa?

—Nadie, era solo una pregunta.

—La cual no hubieras hecho sin un propósito. En todo caso hubieras preguntado si saldría con una madre soltera, no una mujer embarazada.

Odio que Tyron me conozca tan bien, me atrevo a decir que, en ocasiones, más que Lola y eso que no hablo tanto con él como con ella. Solo que siempre me gustó pedirle consejos desde la perspectiva masculina, aunque todos los hombres son diferentes.

Si bien, los hombres son más básicos. Lo que puede funcionar para una mujer, para otra no. En cambio, para los hombres sí, en su mayoría, porque hay excepciones.

—Mejor dejamos la charla ahí.

—Willa quiere que estés con su hermano.

—¿Ah sí? Imagino que se refiere a Cian.

—Claro. Rex está felizmente casado y no le interesa otra mujer que no sea Lola.

Sonrío.

—Hacen linda pareja y me encanta verlos juntos.

—Lo sé. Entonces, ¿te interesa?

Señalo mi vientre.

—Estoy embarazada y decidí quedarme con el bebé. Ahora vómito todas las mañanas y recién me siento mejor al mediodía.

—Vaya, entonces hay interés. —se levanta.

—No dije eso. —lo señalo con el dedo.

—Tampoco lo contrario—lo fulmino con la mirada—. Bien, haré de cuenta que no sé nada y no me meteré en medio. Eso le dije a Willa.

—¿Qué me dijiste?

Abro los ojos cuando Willa entra en la oficina seguida de Leo. ¿Habrá escuchado la conversación? No, lo dudo. Leo está con ella.

Saludo al pequeño con un abrazo, quien me da un dibujo.

—Lo hicimos como trabajo final de la escuela de verano. Val, Mario y yo hicimos para todos. Val te dará uno también.

Lo abrazo.

—Gracias. Me encanta—beso su mejilla—. Lo colgaré en el refrigerador.

Él sonríe.

—Tengo que darle este a los abuelos y este es para el tío Cian. ¿Mamá, podemos ir a dárselos?

—A tus abuelos sí, a Cian hoy no.

Observo a Leo y me pregunto si yo tendré un niño o una niña. Me encantaría que fuera tan dulce y educado como Leo, aunque una niña me entusiasma más y amo como es Valentina.

Veo a Tyron abrazar a Willa mientras esta habla de algo que no presto atención y me alarmo por desear algo así.

Luego de mis dos compromisos fallidos y relaciones casuales los últimos dos años, comienzo a desear tener a alguien con quien compartir mis días y las noches, alguien con quien hablar de todo.

Cuando Cian viene a mi mente, decido despedirme de la pareja e ir a casa.

Me despido de Tyron, de Leo y salgo de la oficina. En eso me cruzo al nuevo empleado de Tyron. Un joven de veintitantos años con más músculos que cerebro que sabe de autos. No dejó de mirarme desde que entré y no estoy de humor para lidiar con ligones.

Él se acerca con una sonrisa y sé lo que dirá antes de que abra la boca.

—Hola, preciosa. Eres la mujer más…

—Linda, hermosa o lo que sea que hayas visto—lo corto—. No voy a intimar contigo y, al menos que quieras ser el padre del bebé que llevo en el vientre—acaricio mi panza—, dudo que lo nuestro vaya a funcionar. Sin mencionar que no me gusta el colágeno, prefiero el ensure—espero que diga algo, pero se quedó mudo—Me encojo de hombros—. Nos vemos.

Sigo caminando, esperando que haya captado el mensaje y no vuelva a intentar ligar conmigo.

No creo que sea un mal chico, pero es joven para mí, pues me gustan los de mi edad o un par de años mayor. El hombre tarda en madurar y por eso es mejor buscar hombres más grandes, aunque tampoco me gustan con demasiada diferencia de edad, mucho menos los que están a un paso de la tumba como le sucedía a una ex compañera de la Universidad.

Yo lo intenté una vez luego de conocer a un hombre mayor bastante agradable y divertido, hasta que vi su trasero caído y arrugado. Salí corriendo sin llegar más lejos. Por suerte, solo compartimos una cena y no hubo nada más. Si le vi el trasero, fue porque apareció semidesnudo frente a mí. Cosas de la Universidad que nunca les contaré a mis hijos ni nietos.



#132 en Otros
#70 en Humor
#489 en Novela romántica
#221 en Chick lit

En el texto hay: embarazo inesperado, drama, madre soltera

Editado: 28.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.