Su esposo fue rápidamente a buscarla.
Al llegar a la mansión buscó por todos lados llamándola, pero no obtuvo ninguna respuesta. No estaba ella ni algún empleado, solo encontró bultos de cenizas.
Un pensamiento invadió su mente.
— Fue secuestrada — imágenes horribles inundaron su mente.
El empezaba a desesperarse y solo pedía que su esposa e hijo estuvieran bien.
Rápidamente salió de la gran mansión para dirigirse al pueblo más cercano, ya que hace unos meses atrás un sacerdote que siempre estuvo observando cada movimiento de su familia, le dio a entender que sabia, que ellos... Eran vampiros.
Al acercarse al pueblo pudo ver que este se incendiaba, había muchos humo que pintaba el cielo de negro.
Al estar cada vez más cerca su corazón latía más rápido por lo desesperado que estaba, pronto el se encontró con los padres de su esposa.
— Novak, ¿qué esta pasando? — preguntaba Haley, el padre de su esposa.
— El... Asesino a todos, y se llevo a Alisa —
— ¡¿Qué?¡, no puede ser verdad - decía Nerea madre de Alisa al borde de las lágrimas.
— Debemos ir por ella — dijeron los hermanos de Alisa y todos llegaron rápidamente al pueblo.
Después de unos segundos llegaron.
La escena era impactante para cualquier humano, pero para ellos no significo nada.
Por todos lados solo habían cuerpos, algunos desmembrados, otros solo decapitados pero sangre por todos lados, era una escena familiar para los vampiros, pero aún así se les hacia difícil concentrarse en su búsqueda pero era más importante buscar a Alisa que la sangre.
Se dividieron ha buscarla pero a lo lejos vieron a la persona que buscaban, pero no estaba sola. Estaba acompañada del hombre el cual les hizo la vida difícil por mucho tiempo, el sacerdote del pueblo, Lucian.
Ellos estaban en lo alto del la iglesia, la chica estaba cubierta de sangre mientras el sacerdote la amenazaba con un cuchillo, que al parecer... Era especial.
Ellos rápidamente se acercaron al lugar, Novak iba a subir por su esposa pero antes de que pudiera hacer algo ella se abalanzo al sacerdote, clavándose el arma y cayendo de lo alto de la iglesia.
Toda la iglesia estaba en llamas, y ellos dos cayeron en el centro de todo el desastre, su esposo solo pudo gritar su nombre.
— ¡ALISA! —
Y como si el cielo también estuviera triste por lo acababa de pasar, comenzó a llover y después de unos segundos se apago todo el fuego.
El caminaba hacia el lugar en donde había caído su amada esposa, con cada paso que daba el sentía que su corazón pesaba, ademas de un vacío que cada vez se hacia más grande.
El lloraba por el dolor de perder a los dos seres que más amaba; su esposa e hijo, el esperaba por lo menos encontrar el cadaver de ellos aunque sabia que era imposible, el no perdió las esperanzas pero al llegar no encontró nada más que escombros.
Su corazón se sintió vacío, sintió una tristeza que jamás había sentido antes.
— ¡Aaah! — el grito de dolor, por haber perdido al ser que más amo.
Pero poco después escucharon un llanto.
— ¡Bua, bua! — todos se sorprendieron y empezaron a buscar de donde provenía.
Entre medio de los escombros encontraron a un bebé, y junto a el un collar que al parecer lo había protegido del fuego.
Novak sostuvo al niño en sus brazos y este dejo de llorar, supo de inmediato que el era su hijo, ya que se parecía a su Alisa, además de tener algo único de su amada esposa.
Ella desde su nacimiento fue diferente de los demás vampiros, destacaba de estos por sus ojos claros que tenían un brillo único, y eso es lo que su hijo había heredado de su madre, tenia el mismo color de ojos y su brillo especial.
Novak sólo lloro abrazándolo, al ver que el bebé era igual a su esposa, no pudo aguantar verlo y se lo entrego a los padre de Alisa.
El solo le dio un nombre y se fue sin mirar atrás dejando a su hijo, pero consigo llevaba un enorme dolor en su corazón.
Fin.
— ¿Qué les pareció el final? — decí Amaris una de mis amigas.
— Horrible. El estaba desesperado por encontrar a su familia. Desafortunadamente su esposa murió pero su hijo aún vivía, el hijo que su esposa amaba y lo dejo — decía enojada Iris.
— Bueno Iris, aunque lo amaba no podia verlo sin recordar que su esposa estaba muerta.
No pudo protegerla tal vez pensó que tampoco podría proteger a su hijo y pensó que estaría mejor con sus abuelos —
— Ciara, no lo defiendas — decía Iris mirándome enojada — nada justifica un abandono —
— Sólo trataba de ponerme en sus zapatos. Amaris, ¿cómo se llama el libro? — tenia mucha curiosidad por el, tenia la sensación de haberla leído antes.
— De hecho no tiene nombre —
— ¿No tiene nombre? —
— No, solo tiene una fecha y todos conocen esta historias por números, es 1779 —
— Que raro —
— ¿Verdad?, pensé lo mismo cuando lo compre, dicen que es una historia muy antigua y recientemente se esta volviendo popular — decía muy alegre — además que es de un autor anónimo de hace doscientos años —
— Wao, muy antiguo — dijo Iris — bueno Amaris, ¿para qué querías vernos? —
— Cierto, unos amigos me invitaron a una fiesta y queria que fueramos juntas —
— ¿Una fiesta?, ¿en pleno inicio de semana? —
— ¿No crees que es raro? —
— Lo sé, pero hace mucho que no salimos juntas — Iris y yo nos miramos para después asentir.
— Esta bien —
Aceptamos porqué la queríamos mucho como una hermana menor.
Después de estar un tiempo en la cafeteria nos despedimos para ir a nuestras casa y poder prepararnos para la fiesta.
— —
Después de algunas horas ya estábamos llendo a la fiesta.
— Me estoy arrepintiendo — decía Iris algo nerviosa — tengo un mal presentimiento —
— Vamos Iris, no te preocupes — dije un poco emocionada.
Llegamos a una casa que parecía antigua y en la cual habían muchas personas el ambiente de fiesta se veía desde lejos.