Se besaban con desesperación, él quería todo de ella y ella todo de él.
Pero ella tenía miedo de cómo reaccionaría a sus cicatrices.
Él pasó sus labios por su cuello haciéndola sentir millones de cargas eléctricas en su cuerpo.
—Espera—Lo separó.
Él la miraba atento.
—Si no quieres hacerlo, no voy a...—Lo interrumpió.
—Sí quiero, Thomas...Pero tengo miedo—Él frunció su nariz confundida. —Tengo muchas cicatrices por mis brazos, clavículas, piernas...—Él la calló besando sus labios.
—Entiéndelo de una vez, Chloe... Eres perfecta... Yo solo pienso en lo afortunado que soy de tenerte.
Besó sus labios de nuevo y las prendas comenzaron a estorbar, se torturaron una eternidad hasta por fin volverse uno solo.
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Editado: 26.09.2018