Cicatrices invisibles

Capítulo 16: Un Nuevo Comienzo

El sol apenas comenzaba a filtrarse por la ventana cuando Akihiro despertó. Sentía el calor suave del cuerpo de Ren acurrucado contra él, respirando pausadamente, aún sumido en el sueño.

"Se ve tan tranquilo…" pensó Akihiro, esbozando una sonrisa. "Después de todo lo que ha pasado, merece despertar con algo bonito."

Con cuidado, deslizó su brazo de debajo de Ren y se levantó de la cama sin hacer ruido. Caminó hasta la cocina y comenzó a buscar ingredientes. Aunque no era un chef experto, sabía preparar un desayuno decente.

En pocos minutos, la cocina se llenó con el aroma de café recién hecho y tostadas doradas. Preparó un plato con huevos revueltos, tocino y una pequeña ensalada. Para la bebida, optó por un batido de frutas.

—Perfecto, murmuró para sí mismo mientras servía todo en la mesa.

Ren se removió en la cama, sintiendo la calidez a su lado desaparecer. Parpadeó lentamente y estiró la mano, pero Akihiro ya no estaba.

Un instante de pánico cruzó por su mente. "¿Se fue?" Pero en ese momento, un delicioso aroma llegó a su nariz.

Curioso, se levantó y caminó hasta su armario. Su mirada se dirigió instintivamente hacia los vestidos.

Ayer había sido la primera vez que usaba uno fuera de casa, y para su sorpresa, le había gustado.

"Quizá… debería intentarlo otra vez."

Tomó un vestido más sencillo, de tela ligera y color celeste, con un corte hasta las rodillas y mangas cortas. Al ponérselo, se miró en el espejo y, por primera vez en mucho tiempo, no sintió rechazo hacia su reflejo.

Cuando Ren llegó a la cocina, se detuvo en la entrada, sorprendido.

Akihiro estaba allí, sirviendo dos platos en la mesa, con el cabello algo despeinado y un delantal atado descuidadamente sobre su ropa.

Akihiro levantó la vista y sonrió al verlo.

—Buenos días, dormilón.

Ren sintió un calor en su pecho al escuchar esa voz tan cálida.

—Hiciste todo esto… para mí?

—Claro. Quería que despertaras con un buen desayuno.

Ren bajó la mirada, sintiéndose avergonzado pero feliz. Alguien estaba haciendo algo por él sin esperar nada a cambio.

Akihiro notó el cambio en su expresión y, al observarlo mejor, sus ojos brillaron con sorpresa.

—¿Otro vestido? preguntó con una sonrisa.

Ren asintió tímidamente.

—Me… me gustó cómo me sentí anoche.

Akihiro apoyó su mentón en una mano, mirándolo con admiración.

—Te ves hermoso.

El corazón de Ren latió con fuerza. No estaba acostumbrado a recibir cumplidos sinceros.

Akihiro le señaló la silla.

—Ven, come antes de que se enfríe.

Ren se sentó frente a él y tomó el primer bocado. Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Está… delicioso.

Akihiro soltó una carcajada.

—¡Ja! Me alegra que no haya sido un desastre.

Ren sonrió. Por primera vez en mucho tiempo, su mundo no se sentía gris.

Tal vez, solo tal vez… había encontrado a alguien con quien podría ser él mismo.




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