Cicatrices invisibles

Capítulo 18: El Día en Que el Amor Triunfó

El gran día había llegado.
Después de semanas de preparativos, de emociones revueltas, risas y nervios compartidos… Ren y Akihiro estaban por unir sus vidas para siempre.

El salón donde se celebraría la ceremonia estaba adornado con flores blancas y tonos celestes —los colores favoritos de Ren—. Una suave música instrumental llenaba el ambiente con calidez, y los invitados comenzaban a llegar, entre sonrisas emocionadas y miradas curiosas.

En uno de los camerinos, Ren se miraba en el espejo con el corazón latiendo con fuerza.

Llevaba un vestido blanco sencillo pero elegante, con encaje en el pecho, tirantes finos y una ligera cola que arrastraba con gracia. Su cabello estaba recogido hacia un lado con una pequeña corona de flores. Su expresión, sin embargo, no era insegura como antes. Se veía feliz. Pleno. Radiante.

A su lado, una de las amigas que había conocido gracias a Akihiro lo ayudaba con los últimos detalles.

—Estás hermoso, Ren. —dijo ella, emocionada—. No puedo creer que haya llegado este día.

Ren sonrió, apretando entre sus dedos un pequeño ramo de flores azules.

—Yo tampoco… —murmuró—. Pensé que nunca iba a encontrar algo real. Pensé que el amor no era para mí…

Cerró los ojos por un momento, recordando cada herida, cada traición, cada noche en que deseó desaparecer…
Pero ahora estaba ahí. De pie. Con un anillo en el dedo. Con el corazón lleno.

Del otro lado, Akihiro también se preparaba, usando un traje negro ajustado con detalles en celeste que hacían juego con el estilo de Ren. Se peinó hacia atrás y respiró profundo frente al espejo.

—¿Nervioso? —le preguntó uno de sus amigos.

Akihiro sonrió de lado.

—No. Estoy más seguro que nunca. Nunca imaginé amar a alguien como lo amo a Ren.

—Y se nota —dijo el amigo, dándole una palmada en la espalda—. No todos pelearían con medio mundo por alguien así.

Ambos rieron, recordando el altercado con el ex de Ren. Pero eso ya estaba lejos. Hoy solo existía el presente.

La música cambió, anunciando el inicio de la ceremonia.

Akihiro se colocó en el altar, con la mirada fija hacia el pasillo.
Los invitados se pusieron de pie.
Y entonces, lo vio.

Ren apareció por el arco de entrada, caminando lentamente, con el vestido ondeando a su paso y la sonrisa más hermosa que Akihiro había visto jamás.

Sus ojos se encontraron… y no se soltaron ni un segundo.

Ren llegó al altar, y Akihiro le ofreció su mano. La tomó con suavidad.
Ambos temblaban ligeramente, pero no por miedo, sino por emoción.

El juez los miró con una sonrisa.

—Estamos aquí reunidos para celebrar la unión de dos almas que decidieron amarse más allá del pasado, del miedo y del dolor.

Las palabras fueron simples, pero para ellos, cada frase era un eco de lo que habían vivido.

—¿Akihiro, aceptas a Ren como tu esposo?

—Sí, lo acepto. Para siempre.

—¿Ren, aceptas a Akihiro como tu esposo?

Ren sintió las lágrimas querer escapar. Sonrió.

—Sí. Lo acepto con todo mi ser.

—Entonces, los declaro oficialmente unidos en matrimonio.

Los invitados aplaudieron mientras Akihiro tomaba el rostro de Ren entre sus manos y lo besaba con ternura, con amor, con una promesa silenciosa:
"Nunca más estarás solo."

Y así, entre aplausos, lágrimas y amor verdadero, comenzó una nueva historia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.