Cicatrices Que Nos Unen

Capítulo 20: Las consecuencias.

Al día siguiente, Miranda despertó con un nudo en el estómago. No sabía cómo enfrentar a Dereck después de lo que había pasado. Sabía que él solo había intentado protegerla, pero también sabía que su reacción había sido exagerada. En una oportunidad, había oído a unas compañeras murmurar que Dereck, en el pasado, era un "busca problemas". Pero Miranda no podía creer que fuera el mismo Dereck que ella conocía: el chico tierno, inteligente y protector que siempre estaba ahí para ella.

Mientras desayunaba, recibió un mensaje de Beca: "¿Estás bien? Anoche fue una locura."

Miranda suspiró y respondió: "No sé, Beca. Todo fue tan confuso."

Beca no tardó en responder: "Dereck está destrozado. Creo que deberías hablar con él. Dereck ha cambiado mucho desde su adolescencia, y aún más desde que te conoció. Es más atento, más... digamos que es más gente y menos animal, por así decirlo. Dale una oportunidad. Él solo actuó para protegerte. Recuerda que viene de un hogar difícil, donde su padre golpeaba a su madre. Quizás anoche, al verte indefensa ante Gael, se activó ese instinto protector."

Miranda no supo qué responder. Sabía que Beca tenía razón, pero no estaba lista para enfrentar la conversación. Sin embargo, las palabras de Beca resonaban en su mente. Dereck había cambiado, y ella lo sabía. Era el mismo chico que la hacía reír con sus ocurrencias, que la apoyaba en todo, que siempre estaba ahí cuando lo necesitaba. Pero anoche, había visto un lado de él que no conocía: un lado más impulsivo, más protector, pero también más vulnerable.

Por otro lado, Dereck pasó la mañana en su casa, repasando una y otra vez lo que había sucedido. Sabía que tenía que disculparse con Miranda, pero no sabía cómo hacerlo sin empeorar las cosas. Finalmente, decidió enviarle un mensaje: "Miranda, lo siento por anoche. No debería haber actuado así. Solo quiero cuidarte. Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar qué pase."

Miranda leyó el mensaje y sintió que las lágrimas volvían a sus ojos. Sabía que Dereck era sincero, pero también sabía que necesitaba tiempo para procesar todo. Desde la partida de Gael, solo había sentido tristeza, pero gracias a Dereck, había podido reír de nuevo. Era la primera vez que lo veía molesto, y eso la había tomado por sorpresa.

—¿Qué hago? —pensó Miranda, sintiendo que su corazón estaba dividido entre el pasado y el presente.

Más tarde ese día, Miranda decidió llamar a Beca. Necesitaba hablar con alguien que entendiera la situación.

—Hola, Beca —dijo Miranda, con un tono cansado.

—Hola, Miranda. ¿Cómo estás? —preguntó Beca, con preocupación.

—No lo sé. Anoche fue... demasiado. No sé cómo sentirme.

—Entiendo —dijo Beca—. Pero tienes que verlo desde la perspectiva de Dereck. Él no es violento, Miranda. Solo estaba protegiéndote. Gael no debería haberte besado sin tu consentimiento, y Dereck reaccionó como cualquier persona que te quiere lo habría hecho.

—Lo sé, pero... ¿por qué tuvo que ser así? ¿Por qué no pudo simplemente hablar con Gael en lugar de pelear?

—Porque a veces las palabras no son suficientes —respondió Beca—. Y porque Dereck te quiere, Miranda. No como amigo, sino como algo más. Y eso lo hace actuar de manera diferente.

Miranda guardó silencio por un momento. —No sé si estoy lista para eso, Beca. Todavía estoy confundida.

—Y está bien —dijo Beca—. Nadie te está presionando. Pero no dejes que esto arruine su amistad. Habla con él. Escucha lo que tiene que decir.

Miranda asintió, aunque Beca no podía verla. —Tienes razón. Gracias, Beca.

—De nada. Y, Miranda... —dijo Beca, con un tono más ligero—. Si necesitas distraerte, siempre podemos salir a tomar un helado. O a molestar a Walter.

Miranda rió por primera vez en horas. —Eso suena bien.

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