Capítulo 27: Bajo la luna llena.
Mientras se dirigían a la playa en el auto de Dereck, la atmósfera era relajada pero llena de energía. Beca y Walter iban en el asiento trasero, riéndose de alguna broma interna, mientras Miranda y Dereck estaban en el frente.
—¿Segura que quieres ir a la playa a esta hora? —preguntó Dereck, viendo a Miranda de reojo.
—Totalmente segura —respondió Miranda, con una sonrisa—. Necesito un poco de aire fresco y el sonido del mar siempre me ayuda a pensar con claridad y tomar decisiones.Alguien me enseño eso—mira de forma acusadora a Dereck.
—¿Y qué es lo que necesitas pensar con tanta claridad? —preguntó Beca, inclinándose hacia adelante desde el asiento trasero.
Miranda se rió. —Cosas de la vida, Beca. No todo tiene que ser un misterio.
—Claro que no —intervino Walter—, pero siempre es más interesante cuando lo es.
Dereck sonrió, disfrutando de la dinámica entre sus amigos. Aunque todavía estaba preocupado por lo que Miranda pudiera estar pensando respecto a Gael, trató de relajarse y disfrutar del momento.
Al llegar a la playa, el sonido de las olas y la brisa marina los recibieron con una calma reconfortante. La luna llena iluminaba el agua, creando un reflejo plateado que parecía interminable.
—Esto es increíble —dijo Miranda, caminando hacia la orilla.
—No está mal —admitió Beca, siguiéndola—. Aunque todavía creo que es una locura venir a la playa a esta hora.
—Locura es quedarse en casa cuando podrías estar aquí —respondió Miranda, riendo.
Walter y Dereck las siguieron, llevando una manta y las cervezas que sobraban. Extendieron la manta en la arena y se sentaron, disfrutando del sonido relajante de las olas.
—¿Sabes? —dijo Walter, viendo a Miranda—, tienes razón. Esto es mucho mejor que quedarse en casa viendo películas.
—Lo sabía —dijo Miranda, sonriendo—. A veces solo necesitas un cambio de escenario para ver las cosas de otra manera.
Dereck la miró, preguntándose si sus palabras tenían un doble significado. —¿Y qué es lo que estás viendo de otra manera? —preguntó, tratando de sonar casual.
Miranda lo miró, sosteniendo su mirada por un momento antes de responder. —Muchas cosas, Dereck. Muchas cosas...
El silencio que siguió fue cómodo, lleno de entendimiento no dicho. Beca y Walter intercambiaron una mirada, sabiendo que algo estaba pasando entre sus dos amigos, pero decidieron no intervenir.
—Bueno —dijo Beca, rompiendo el silencio—, ¿quién quiere otra cerveza? ¿O empezamos con la botella de Dereck?
—Podemos empezar con la botella —respondió Walter, levantando la mano.
—Me parece bien —dijo Miranda, sonriendo.
Dereck asintió, y Beca repartió un trago para cada uno. Miranda lo tomó de un solo trago, y Dereck le dijo que debía beberlo despacio.
—No te emociones —dijo Dereck, riendo—. No quiero que te marees.
—No te preocupes —respondió Miranda, sonriendo—. Sé lo que hago.
Mientras bebían y disfrutaban de la noche, la conversación fluyó naturalmente, llena de risas y momentos de complicidad.
—¿Sabes? —dijo Miranda, recostándose en la arena—, esto es exactamente lo que necesitaba.
—¿Qué? ¿Una noche en la playa con nosotros? —preguntó Beca, riendo.
—Sí —respondió Miranda, cerrando los ojos—. Y más.
Dereck la miró, sintiendo que tal vez las cosas estaban a punto de cambiar, pero la incertidumbre de saber a favor de quién lo tenía preocupado.
La noche continuó con más risas y conversaciones, y aunque Dereck todavía tenía preguntas sin responder, decidió disfrutar del momento.
—Gracias por esto —dijo Miranda, viendo a Dereck con una sonrisa sincera.
—De nada —respondió él, devolviéndole la sonrisa—. Siempre estoy aquí para ti.
Walter y Beca habían decidido acercarse más a la orilla para dejarles un poco de privacidad a sus amigos. Beca sabía que habían interrumpido una conversación importante, y Dereck necesitaba salir de dudas.
Miranda se sentó y se abrazó a sí misma. Dereck lo notó y le preguntó si tenía frío.
—Solo un poco —respondió Miranda.
—¿Quieres irte? —preguntó Dereck, preocupado.
—No —dijo Miranda—, pero si te puedes sentar más cerca de mí, estaría bien.
Dereck sonrió ampliamente y se acercó a ella. —Claro que sí.
Miranda lo miró directamente a los ojos. —¿Todavía quieres saber sobre mi conversación con Gael?
Dereck asintió, aunque su corazón latía con fuerza. —Sí, si quieres contarme.
Miranda comenzó a hablar, su voz suave pero firme. —Gael fue mi primer amor, mi primer beso, mi primer novio. Fue alguien muy importante en mi vida, pero...
Dereck sintió que el mundo se detenía por un momento. Sabía que la decisión que Miranda había tomado podría cambiar todo entre ellos.Ya que estaba seguro que Gael no dejaria que Miranda siguiera su anistad con el.
—Gael no supo valorar nada de eso —continuó Miranda, levantándose de la arena y tambaleándose un poco debido al alcohol que había consumido.
Dereck se levantó rápidamente, preocupado. —Creo que mejor nos vamos. Necesitas descansar.
—No —dijo Miranda, negando con la cabeza—. Necesito decirte esto.
Se colocó de frente a él, y durante unos segundos, solo se miraron. El sonido de las olas y la brisa parecían desaparecer en ese momento.
—Ya tomé mi decisión —dijo Miranda, con voz firme—. Me tardé un poco en darme cuenta, pero por fin dejé de escuchar a la razón y comencé a escuchar a mi corazón.
Dereck la miró, sin saber qué esperar.
—Me siento feliz a tu lado, Dereck —continuó Miranda—. Cuando estoy contigo, siento que puedo hacer cualquier cosa. No puedo estar cerca de ti sin sentir cómo mi corazón se acelera.
Dereck la interrumpió, tratando de mantener la calma. —Miranda, creo que deberíamos hablar de esto cuando estés sobria.
Pero Miranda no lo escuchó. En un impulso, se acercó a él y lo besó. Fue un beso cálido, suave, que llenó el corazón de Dereck de una inmensa alegría. Por un momento, todo parecía perfecto.