Cicatrices Que Nos Unen

Capítulo 28: Un nuevo comienzo.

Capítulo 28: Un nuevo comienzo

Luego de una hora, Dereck se encontraba al frente de la casa de Miranda. Toca la bocina para que ella sepa que ya está afuera esperándola. Mientras espera, recrea en su mente los eventos del día anterior. Piensa que debió evitar que Miranda bebiera tanto, que cuando sintió que se acercaban demasiado, debió buscar un pretexto para alejarse. Pero no, él, como siempre, actuó por impulso y le regresó el beso, aun sabiendo en el estado en el que ella se encontraba. Golpea el volante del auto y se dice a sí mismo: "La embarrada que hice por bruto". Luego recuesta su frente en el volante, sintiendo el peso de la culpa.

Unos segundos después, tocan el vidrio de la ventana. Dereck baja la ventana y ve a Miranda, quien le pregunta con una sonrisa:

—¿No piensas quitarle el seguro a la puerta, me dejaras aquí parada?

Dereck sonríe, sintiéndose un poco avergonzado, y abre la puerta. —Lo siento, estoy un poco lento después de todo lo que bebimos anoche. Y me siento un poco distraído.

Miranda sonríe, pensando que quizás su distracción se debía al beso que habían compartido. Así que, tomando valor, le pregunta:

—¿Se puede saber por qué o quién te tiene tan distraído?

Dereck la mira con una expresión que dice "no deberías preguntar, es más que obvio", pero solo se guarda ese pensamiento. En lugar de responder, le pregunta:

—¿Cómo te sientes?

—Con dolor de cabeza —responde Miranda, frotándose las sienes.

—No debiste haber tomado tanto —dice Dereck, con un tono de preocupación—. No estás acostumbrada.

Miranda se encoge de hombros y sonríe. —La estaba pasando bien.

Dereck señala su bolso en el asiento trasero. —Allí hay analgésicos y una lata de energizante.

Miranda le agradece con una sonrisa. —Gracias. Siempre te preocupas por mí.

—Lo hago porque te quiero —dice Dereck, sin pensarlo dos veces.

Miranda lo mira detenidamente, detallando el color de sus ojos, los tatuajes en su brazo, su cabello y sus labios. En ese momento, siente un leve aceleramiento en su corazón y un vacío en su estómago al recordar el beso de la noche anterior. Dereck, pensando que no debe volver a actuar por impulso, decide encender el auto y le pregunta:

—¿A dónde te gustaría ir? ¿O prefieres que vayamos a buscar a Beca o Walter?

Miranda le dice que hace un momento habló con la madre de Beca, y esta le dijo que Beca aún dormía. Además, Walter la quiso matar cuando le atendió la llamada.

Dereck, un poco triste, dice casi inaudible: —¿Así que yo era tu última opción?

Miranda lo escucha y responde rápidamente: —No, desde que me levanté, mi primer pensamiento fuiste tú. Pero creí que estarías molesto conmigo.

Dereck niega con la cabeza y le dice: —Vamos a desayunar. Yo invito.

Miranda sonríe, sintiendo que tal vez las cosas no están tan mal como pensaba.

Desayunan en un local cerca del apartamento de Dereck. Casi en silencio, lo que más hacen es darse miradas cómplices. Miranda toma su teléfono y le escribe un mensaje a Beca: ¿Ya estás despierta, floja?

Beca le responde rápidamente: Sí, ya estoy despierta. ¿Dónde estás?

Miranda le escribe: Desayunando con Dereck.

Beca le envía muchos emojis de corazón: ❤️💕💖💘💗💓💞💝💟😍🥰. Miranda no puede evitar reírse al ver la explosión de corazones en su pantalla.

Dereck, que la mira sin saber con quién habla, se preocupa pensando que podría ser con Gael. Con un tono molesto, le pregunta:

—Te ves contenta. ¿Con quién estás hablando que te hace reír tanto?

Miranda nota la seriedad en su voz y le dice: —Es Beca. Tiene ese don de jugarse en cualquier momento.

Dereck siente un alivio inmediato al saber que no es Gael. Miranda, viendo su expresión, decide cambiar de tema.

—¿Podemos ir a tu casa después de comer? Estamos cerca —pregunta Miranda.

Dereck duda por un segundo. No quiere estar a solas con ella, temiendo que la conversación sobre lo sucedido la noche anterior sea inevitable. Tiene miedo de que todo haya sido por el efecto del alcohol y que Miranda se arrepienta. Pero finalmente accede.

—Claro, vamos —dice Dereck, levantándose de la mesa.

Salen del local y se dirigen al auto. Miranda le escribe a Beca: Nos vemos en la casa de Dereck en un rato.

Beca responde rápidamente: Allá estaré. No hagan nada que yo no haría. 😉

Miranda ríe y guarda el teléfono, sintiendo que la complicidad entre ellos está más viva que nunca.




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