Cicatrices Que Nos Unen

Capítulo 30: Confidencias en el parque.

Capítulo 30: Confidencias en el parque.

A la mañana siguiente, Miranda y Beca se encontraron en la cafetería donde pasarían sus mañanas trabajando. Miranda atendía unas mesas y Beca otras, pero a pesar de estar ocupadas, no dejaban de intercambiar miradas cómplices de vez en cuando. Llegada la hora de la salida, Beca se dirigió a su amiga con esa franqueza que la caracterizaba.

—Oye, ¿no piensas contarme lo que pasó entre tú y Dereck? —preguntó Beca, sin mucho tacto pero con una sonrisa juguetona.

Miranda la miró y se sonrojó al instante. —Bueno, sí, pero no aquí. Busquemos un lugar tranquilo para hablar.

Beca no tardó en sugerir: —¿Por qué no vamos al parque?

Miranda asintió, y juntas se dirigieron al parque cercano. Al llegar, encontraron un banco bajo la sombra de un árbol y se sentaron. Beca, con esa mirada inquisitiva que siempre tenía cuando quería respuestas, alzó una ceja y preguntó:

—Entonces, ¿qué pasó ayer? Porque lo de antes de ayer lo vi, pero ayer parecía que había algo más.

Miranda respiró profundamente, sabiendo que no podía ocultarle nada a Beca. Comenzó a contarle con lujo de detalles su conversación con Dereck, cómo él le había confesado sus sentimientos y cómo ella le había dicho que también sentía algo por él, aunque no estaba segura de si era amor.

—Y luego... —Miranda hizo una pausa, sintiendo que su corazón latía más rápido al recordar—, nos besamos.

Beca abrió los ojos como platos, esperando más detalles. Miranda continuó, describiendo cómo el beso había sido suave al principio, lleno de ternura y complicidad. Pero luego, cuando Dereck la besó por segunda vez, fue más intenso, como si todas las emociones que habían estado reprimiendo salieran a la luz en ese momento,fue un beso de verdad.

—Fue... increíble —confesó Miranda, sonrojándose aún más—. Sentí como si el mundo se detuviera. Nunca había sentido algo así.

Beca celebró con una sonrisa de oreja a oreja. —¡Ya me lo imaginaba! Ustedes no dejaban de mirarse toda la tarde. Era obvio que algo había pasado.

Miranda se rió, pero luego su expresión se volvió más seria. —No sé si es amor, Beca. Se siente diferente a lo que sentía con Gael.

Beca la miró con curiosidad. —¿Más intenso o menos?

Miranda se encogió de hombros. —Solo diferente. Con Gael era... no sé, intenso al principio, pero también más caótico. Con Dereck es más tranquilo, pero igual de emocionante e intenso.

Beca asintió, entendiendo lo que su amiga quería decir. —Tal vez es porque con Dereck hay más confianza. Ya lo conoces, sabes cómo es. No tienes que adivinar sus intenciones.

Miranda sonrió, sintiendo que las palabras de Beca resonaban en su interior. —Sí, tal vez tengas razón.

Después de un rato más de conversación, ambas decidieron que era hora de irse a casa. Se despidieron con un abrazo, y Miranda se quedó pensando en todo lo que había compartido con Beca.

Mientras caminaba hacia su casa, Miranda no podía dejar de pensar en el beso que había compartido con Dereck. Cada vez que lo recordaba, sentía un calor en el pecho y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Era como si ese momento hubiera quedado grabado en su mente, repitiéndose una y otra vez, llenándola de una mezcla de felicidad y nerviosismo.

Al llegar a su casa, recibió un mensaje de Dereck: ¿Cómo te fue en tu primer día de trabajo?

Miranda sonrió al leerlo y respondió rápidamente: Bien, aunque me extrañó que no escribieras antes. ¿Y tú? ¿Cómo estuvo tu día?

Dereck respondió casi de inmediato: Bien, pero también extrañaba escucharte. Sé que te dije que nos veríamos hoy, pero se me presentó algo y voy a estar ocupado el resto del día. ¿Nos vemos mañana?

Miranda sintió cómo su corazón latía más rápido al leer su mensaje. Por un momento, un pensamiento intrusivo cruzó su mente: "¿Y si Dereck está evitándome? ¿Y si me hace lo mismo que Gael?" Recordó cómo Gael la había dejado de lado sin explicaciones claras, y un pequeño miedo se apoderó de ella. Pero luego sacudió la cabeza, como si quisiera alejar esos pensamientos negativos.

—No, no es lo mismo —se dijo a sí misma en voz baja—. Dereck no es Gael.

Recordó que Dereck no solo trabajaba, sino que también ensayaba con la banda y había terminado recientemente la universidad. Además, sabía que estaba buscando un segundo trabajo. Era comprensible que estuviera ocupado.

Después de unos minutos de reflexión, Miranda respondió al mensaje: Claro, nos vemos mañana.

Y así, con el corazón lleno de esperanza pero también de emociones encontradas, siguio su dia con normalidad. Aunque una parte de ella todavía sentía esa pequeña inseguridad, otra parte sabía que Dereck era diferente. Él siempre había estado ahí para ella, y no había razón para dudar de él ahora.

Miranda decidió distraerse un poco. Puso música, se sirvió una taza de helado de chocolate y se sentó en el sofá con un libro. Aunque su mente seguía dando vueltas alrededor de Dereck, sabía que lo mejor era confiar en lo que estaban construyendo juntos. Después de todo, el amor no se trataba solo de besos y momentos mágicos, sino también de paciencia, comprensión y confianza.

Y con esa idea en mente, Miranda se relajó.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.