Capítulo 34: Un amor para siempre.
Cuatro años habían pasado desde aquella mañana en la que Miranda y Dereck finalmente se declararon su amor sin reservas. Ahora, estaban a punto de dar el paso más importante de sus vidas: decir sus votos matrimoniales. El camino no había sido fácil, pero cada obstáculo los había unido más, fortaleciendo su relación de una manera que ninguno de los dos hubiera imaginado.
La relación de Miranda y Dereck había madurado con el tiempo. Después de aquella mañana en la que Miranda le confesó su amor, Dereck supo que quería pasar el resto de su vida con ella. Sin embargo, no quería apresurar las cosas. Sabía que Miranda necesitaba tiempo para sentirse completamente segura, y él estaba dispuesto a esperar.
Tres años después de aquel momento, Dereck decidió que era el momento adecuado para proponerle matrimonio. Lo hizo de una manera que reflejaba su personalidad y su historia juntos. Fue en la playa, el lugar donde se habían dado su primer beso y donde Miranda lo había buscado desesperadamente aquella noche en la que casi lo pierde. Bajo un cielo lleno de estrellas, Dereck se arrodilló y le entregó un anillo que había elegido con mucho cuidado.
—Miranda, tú eres mi presente, mi futuro y todo lo que quiero en esta vida. ¿Quieres ser mi esposa? —preguntó, con una voz que temblaba ligeramente por la emoción.
Miranda, con lágrimas en los ojos, asintió y lo abrazó con fuerza. —Sí, Dereck. Sí, quiero ser tu esposa.
Uno de los mayores desafíos para Miranda y Dereck había sido la aceptación de los padres de ella. Al principio, no estaban convencidos de que Dereck fuera la persona adecuada para su hija. Les preocupaba su pasado y su apariencia de rebelde. Sin embargo, con el tiempo, Dereck demostró que era un hombre responsable, amoroso y comprometido.
—No te voy a mentir, al principio no estaba seguro de ti —le dijo el padre de Miranda durante una cena familiar—. Pero has demostrado que eres un hombre de palabra. Y lo más importante, has hecho feliz a mi hija. Eso es todo lo que un padre puede pedir.
Miranda sonrió, sintiendo que finalmente su familia estaba completa. Su madre, por su parte, le dio un abrazo a Dereck y le susurró al oído: —Cuídala, porque si no, tendrás que vértelas conmigo.
Mateo y Walter fueron elegidos como padrinos, mientras que Beca fue la madrina. Cada uno de ellos tenía un papel especial en la vida de Miranda y Dereck, y sus personalidades contrastantes añadían un toque único a la ceremonia.
Walter, siempre bromista, no podía resistirse a hacer comentarios graciosos durante los preparativos. —Dereck, ¿estás seguro de que quieres hacer esto? Una vez que digas "sí, acepto", no hay vuelta atrás. ¿Estás preparado para compartir el control remoto por el resto de tu vida?
Dereck se rió, pero Mateo, más serio, lo miró con advertencia. —Si en algún momento dejas de hacerla feliz, te las veras conmigo. Ya sabes que no tengo problema en demostrarte que soy más fuerte de lo que parezco.
Dereck levantó las manos en señal de rendición. —No se preocupen, chicos. Miranda es mi vida, y no pienso arruinarlo. Es la mujer con la que quiero formar una familia, la familia que nunca tuve.
Beca, por su parte, estaba emocionada por ser la madrina. —Finalmente, alguien me da un papel importante en una boda —dijo, riendo—. Pero en serio, estoy tan feliz por ustedes dos. Son el ejemplo de que el amor verdadero existe.
El día de la boda llegó, y todo estaba perfectamente organizado. La ceremonia se llevaría a cabo en una iglesia decorada con flores y con una vista impresionante del atardecer. Miranda lucía radiante en su vestido blanco, mientras Dereck esperaba en el altar, nervioso pero feliz.
Cuando Miranda comenzó a caminar hacia el altar, todos los presentes contuvieron el aliento. Era una imagen que parecía sacada de un cuento de hadas. Dereck no pudo evitar sonreír al verla, recordando todo lo que habían pasado juntos para llegar a ese momento.
El sacerdote comenzó la ceremonia, y cuando llegó el momento de los votos, Miranda y Dereck se miraron a los ojos, sabiendo que cada palabra que pronunciarían sería un compromiso para toda la vida.
—Dereck, tú llegaste a mi vida en un momento en el que no sabía si podía volver a confiar en alguien. Pero contigo, todo fue diferente. Me hiciste sentir segura, amada y valorada. Prometo amarte, respetarte y apoyarte en todo lo que hagamos juntos. Eres mi mejor amigo, mi compañero y el amor de mi vida —dijo Miranda, con lágrimas en los ojos.
Dereck tomó su mano y respondió: —Miranda, tú eres la razón por la que creo en el amor. Contigo, he aprendido a ser mejor persona, a soñar en grande y a luchar por lo que quiero. Prometo amarte, cuidarte y hacerte feliz todos los días de mi vida. Eres mi todo.
Mientras pronunciaban sus votos, Miranda recordó algunos de los momentos más importantes de su relación:
Miranda recordó como lo conocio;cómo llegó al local donde tocaría la banda de Dereck..Como se fijo en la apariencia de Dereck: llevaba tatuajes en su cuerpo, una argolla en el lóbulo de su oreja, y se notaba que era fuerte.
Recordo su primer beso aquel dia en la playa, bajo un cielo lleno de estrellas y muchas cervezas, sonrio, Miranda recordó cómo se sintió en ese momento, como si el mundo entero desapareciera a su alrededor.
Recordo la noche en la que le confesó su amor y demostro su amor en el apartamento de Dereck, después de una larga noche de búsqueda.Le dijo que lo amaba, y Dereck supo que no podía vivir sin ella
Llego el momento de los anillos,Cuando Walter llevaba los anillos al altar, tropezó con el borde de la alfombra y casi los tira al suelo. —¡Cuidado con los anillos! —gritó Beca, riendo—. Si los pierdes, te toca comprar unos nuevos.
Todos rieron, y Miranda y Dereck se miraron, sabiendo que este era solo el comienzo de su vida juntos.
Después de la ceremonia, todos se reunieron para la recepción. Durante la ceremonia, los invitados no pudieron evitar hacer comentarios divertidos y emotivos. Cada uno de sus amigos tuvo la oportunidad de hablarle a los novios desde un micrófono.