Cicatriz

Toda una tentación

Estaba muy contenta por los pocos amigos que tenía, confiaba en ellos solo no podía abrirme a ellos por completo. Pero me alegraba de que ellos contaran conmigo y me dieran todo el apoyo y cariño. No podría pedir algo mejor que eso.

Shelley, Corey y Brenda. Las tres chicas populares de la escuela acompañadas por la chica odiosa y todo lo opuesto a ellas. Todos siempre se preguntaban el por qué ellas andaban conmigo o yo andaba con ellas. Pues a simple vista ellas eran diferentes a mí y yo al igual que ellas y en parte lo era. Pero lo que siempre nos mantiene es la lealtad, hablas mal de una, hablas mal de todas ¡Oh, y tú nunca querrías hacer eso cariño!

Dejé escapar una media sonrisa por este loco pensamiento de mis amigos que hacía mientras servía un helado de unicornio a una pequeña niña.

—Como que alguien se levantó con el pie derecho hoy.

Mike y Klen, mis dos apoyos masculinos, nos volvimos muy unidos gracias al trabajo en estos dos meses. Siempre los vi en la escuela pero nunca pensé que llegaran a ser tan cool. Siempre hablábamos de música, los mejores lugares de comida, conciertos, cosas básicas. Pero con esos pequeños detalles, aunque no demostrara mucho, todos hacían que en mi corazón se encendiera una pequeña chispa de felicidad.

—Hoy hay fiesta en casa Klen ¿vienes? Más adelante le digo a Shelley, Corey y Brenda.

—No sé, me siento muy cansada. —No mentía, pero también estaba consciente de que mi cansancio no era tan grande. Pero simplemente prefería perder el tiempo en cualquier cosa que involucre mi cama y comida.

—¡Oh, vamos! No seas así Malia somos muy jóvenes tenemos diecisiete años, a esta edad no podríamos ni siquiera pensar en negarnos a una fiesta.

—Sí, Malia deja de ser aburrida —dice Mike haciendo un puchero, cosa que encontré rara y no pude evitar explotar a carcajadas.

—No les prometo nada pero trataré de hacer lo posible.

Se había acabado la hora de trabajo y cada uno nos dirigimos a nuestros respectivos hogares para prepararnos para la fiesta.

Solo hice llegar para tirar todo a la cama y encender mi laptop, quedando sentada por varias horas allí. Dos semanas y no veía a ese chico salir de su casa. Cada vez que intentaba buscar con mi mirada era inútil. No quería convertirme en acosadora pero de vez en cuando fingía ver algo interesante en mi laptop y aunque podía ver algo en total comodidad desde mi cama prefería sacrificar mi espalda por horas, pues el espacio de la ventana no era tan grande y mis almohadas no cabían y me hacían sentir cómodamente mal.

Tenía la esperanza de poder verlo, no me importaba perderme de esa tonta fiesta.

Pero ¿Por qué tanto afán? Ni siquiera lo conozco. No es como que él va a salir, me va a ver y va a decir; hola soy tu vecino y tengo esta cicatriz en la cara porque me hace ver malo e intimido a la personas y eso es genial.

Sonreí por la estupidez que acababa de pensar. Simplemente me rendí y fui a tomar una rica y larga ducha. Después de todo era cierto, yo no lo conocía y él ni siquiera sabía que existía y esperar a que él saliera era de locos pues nunca lo hacía y ¿Por qué esperar a alguien que no conoces?

Me auto analicé a mi misma y sin dudarlo llegué a una conclusión. Mi problema no era conocer a la personas ni socializar, mi problema era entrar en confianza totalmente. Pues llegué a tener varias experiencias con muchas decepciones y decidí reservarme todo. Es difícil pero debo intentar ser un poco más abierta con las personas.

A veces pienso que soy como una botella de vino, es como si los problemas fueran el vino y yo la botella. Cada vez que guardaba todos los problemas y situaciones dentro de mí me iba llenando, ahora estoy tan llena que el corcho está a punto de salir volando o peor aún, puede que el corcho no salga volando y que la botella sea quien explote.

El tiempo había pasado, me había vestido totalmente normal con un suéter holgado negro y unos pantalones del mismo color, la noche es un poco fría así que sin dudarlo coloqué uno de mis abrigos favoritos de tela súper gruesa de algodón.

Entonces me vino a la mente la pregunta de todos.

¿Por qué uso ropa que no iba conmigo?

Me miré al espejo, no me veía provocativa pero si me sentía cómoda y me hacía sentir totalmente confiada.

Esto era lo que realmente me importaba. Además todos tenemos que usar la ropa que nos guste así sea que alguien más diga que esas cosas no combinan o que esta falda o esta blusa está muy corta. Siempre he pensado que hay que vestirse como quieras y te sientas libre, que no sea por moda o por llamar la atención. Que sea por como te sientes contigo mismo al usar esa ropa, no por lo que opinen los demás.

Antes de salir de casa lo pensé varias veces. Pues afuera estaba un poco frío y mamá acababa de hacer chocolate caliente el cual inundaba toda la casa con su aroma.

Quedarse en casa era toda una tentación pero mamá insistió en que saliera ya que muy pocas veces lo hacía e incluso hasta ella se sorprendía cada vez que le mencionaba las fiestas. Dice que no sabe a quién salí ya que ella era toda una reina cuando de fiestas se trataba.

 



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En el texto hay: misterio, romace, accion

Editado: 26.04.2023

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