Cicatriz

Suposiciones

No había pegado un ojo toda la noche, su papá había aparecido y con suerte ella podía salir de esta situación. Brenda no quería hablar con nadie y no paraba de llorar. Esto solo nos preocupaba más.

Y ahí nos encontrábamos a las cinco de la madrugada en unas sillas que habían en el pasillo de aquel hospital, Shelley y Corey se habían quedado dormidas, y yo por más que intentaba conseguir el sueño era imposible, pues siempre escuchaba el grito de un bebé, el lamento de alguien más o las voces provenientes de las encargadas de limpiezas. Cada mínimo ruido hacía que me mantuviera alerta, después de todo el hospital era una de los últimos lugares a los que iría. Encendí la pantalla de mi celular y aproveché para revisar los mensajes... No había absolutamente nada, a excepción de mensajes de mamá, unos que ya había visto.

Noté como unos pies se hacían presentes, entonces desvíe mi mirada del celular para ver de quién se trataba, aquella figura se encontraba en frente de Corey quién la miró unos segundos para luego seguir con su camino.

—¿Hola? —Saludé en busca de respuestas... Y vi como se percató de mi presencia causando que aquella figura diera un pequeño salto haciendo que girara su cabeza para poder mirarme.

Aquella figura lleva un abrigo junto con unos pantalones de telas bien holgados, ambos color gris. Lleva el pelo escondido debajo de su capucha, no tengo idea de si la he visto alguna vez. En cuanto volteó y dejó ver su cara me di cuenta de que era una chica, la cual tenía ojos color amarillos, de tés india y un poco alta, los años que tengo viviendo aquí nunca le había visto, vuelvo y destaco que lo admito no soy de salir de casa pero ya en el instituto le hubiera visto o al menos escuchado de ella, sin duda no tenía ni idea de quién era, pero si pude reconocer a la perfección aquella cicatriz. La misma que había visto en el rostro de Aidan, lo que más llamó mi atención es que esta no estaba en el lado del rostro o se veía una herida reciente, era todo lo contrario era muy obvio que era una cicatriz demasiado llamativa la cual no solo era idéntica a la de Aidan sino que esta era la misma cicatriz y estaba en el mismo lugar que la de Aidan...

No sabía que haría en aquel momento pues aún estaba perdida en mis pensamientos. Desde que llegó Aidan empecé a ver a estas personas. Será que ya había quedado completamente loca ¿Acaso estos eran los síntomas?

Mientras me reprochaba a mi misma cuestionando que podía estar loca, muy en el fondo sentía que había algo más, que estás personas no podían aparecer de la nada o simplemente estaba exagerando todo, estás tontas suposiciones, tal vez esto no era para tanto simplemente estaba juzgando a las personas. Así que tome en cuenta mi última suposición, ignorando mi pensamiento de querer seguirle y dejándole desaparecer por aquel extenso pasillo el cual empezaba a llenarse de pacientes, médicos y enfermeros.

—¿Estás bien? —dice Shelley dejando salir un largo bostezo para luego mirar en dirección a donde me encontraba.

—Todo bien —contesté dudando de mi respuesta.

— Pues qué bien, muero de hambre —dice Shelley para luego poner una mueca de desagrado—, ¿puedes quedarte por nosotras Corey?

—Claro siempre y cuando me traigan el desayuno —dice Corey para luego acomodarse un poco más en aquellas sillas.

Nosotras asentimos empezando a caminar, no tenía ni idea de dónde iríamos ya que la cafetería se encontraba cerrada. Dirigiéndonos a la puerta de salida.

Al empujar aquella puerta sentí un enorme frío el cual arropó todos mis huesos causando que mi piel quedara totalmente erizada.

El sueño ahora se hace presente, mis párpados se sienten muy pesados y cada paso que doy es una constante lucha entre no caerme y quedar dormida, de ser así Shelley se vería obligada a dejarme ahí, pues ella no tenía las fuerzas para moverme, no pude evitar sonreír entonces volteé a verla determinadamente.

Shelley es muy alta, con un abundante pelo negro y lacio, ojos marrones claros, piel morena, labios carnosos, nariz fina y unos ojos con abundantes pestañas, su cuerpo es muy llamativo gracias a lo fanática que es cuando de hacer deportes se trata y esa motivación que tiene de asistir al gimnasio. Pero sobre todas las cosas es de carácter fuerte, sí se ríe contigo dalo por hecho de que eres su amiga, pero no por eso cambiaba su personalidad, aunque para muchas personas era una chica cruel y descarada, para el que de verdad le conoce sabe que tiene una personalidad encantadora.

—¿De qué te ríes? —dijo extrañada, pero gracias a un puesto de comida rápida fui salvada— ¡Ya encontré donde podemos desayunar! —exclamó, sin duda tenía mucha hambre.

—¡Hey! ¿Qué desean?

—Buen día —dice Shelley estrujando su cara—. Queremos cuatro hamburguesas para llevar.

Mi abdomen empezaba a rugir por causa del hambre, lo que provocó que agarrara con mis manos mi abdomen y me encogiera un poco. Al subir la vista me percaté de que la chica de pelo rosado se encontraba del otro lado de la calle, arrugue mi ceño y volteé a ver a Shelley la cual estaba de espaldas esperando su pedido, volví a mirar al frente dándome cuenta de que la peli rosa se había perdido entre la gente.

—¿No es un poco rara esa chica? —pregunté.

—¿Qué chica? —comentó Shelley.

—La chica de pelo rosa que se encontraba en la fiesta en casa de Klen, la que salió del baño justo después de que tú entraras —expliqué.

—Que raro, no me fijé —dice un poco extrañada.



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En el texto hay: misterio, romace, accion

Editado: 26.04.2023

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