Punto de vista de William Necrono:
Despierto en lo que parece ser una cueva...
Escucho voces provenientes del exterior.
Me pongo de pie y me acerco sigilosamente.
Puedo ver a dos hombres con armadura y un hombre encapuchado discutiendo...
"El niño se queda conmigo", dice el hombre encapuchado.
"¿Por qué proteges a ese niño? No tienes por qué hacerlo", responde el hombre de la armadura roja.
"No se los volveré a repetir", advierte el hombre encapuchado.
En ese momento, aparece el caballero con el casco llamativo.
"Señor Agraón, este tipo no nos quiere entregar al niño. ¿Qué hacemos?", pregunta el caballero de color rojo.
"¿Tú eres el que está a cargo de estos hombres?", le pregunta el hombre encapuchado.
"Así es, mi nombre es Agraón. Les pido amablemente que nos entreguen al niño", responde Agraón.
"No se lo daré. Ya tienen lo que buscaban, ahora váyanse o no volverán a casa", les advierte el hombre mientras
un fuerte viento agita los árboles.
El hombre con el casco llamativo retrocede.
"Bien, quédate con el niño. No lo necesitamos. Sirve que le hago un favor", dice el caballero Agraón.
"Ahora váyanse", insiste el hombre.
Sin decir una palabra, los tres caballeros se van.
Ahora que lo recuerdo, mi madre estaba conmigo antes de desmayarme. ¿Dónde está?
El hombre que estaba hablando se acerca a mí.
"Vaya, ya despertaste", me dice.
"¿Quién eres? ¿Y dónde está mi madre?", le contesto asustado.
"Tu madre... Me acerqué a ella para ayudarla, pero se negó por alguna razón y me pidió que te cuidara..."
Mi madre... Se la llevaron de nuevo a su reino... Ella sabía que si escapaba conmigo, nos seguirían buscando... Y yo estaría en peligro...
Aun asi...
"¡Debemos rescatarla!" Le digo mientras caen lagrimas...
"No puedo hacerlo. Si lo intento, enviarán a más de esos caballeros a buscarnos", Dice esto mientras pone su mano en mi hombro.
Maldición... Maldición... Mi padre probablemente pereció contra aquel hombre llamado Agraón.
Miro hacia el hombre y uso mi ojo para ver su nombre...
¿Qué? No funciona... Es imposible.
Doy un paso hacia atrás.
"Tu ojo no funciona conmigo. Tengo una protección contra esos ojos", dice el hombre.
"¿Sabes de mis ojos... Quién demonios eres?", le pregunto.
"Soy la bendición que te dio Deidra. Me conocen como El Llamado del Viento", responde presentándose.
Así que la bendición se trataba de esto... De alguna forma, Celeste ya sabía que esto sucedería... Mis visiones son realmente recuerdos de vidas pasadas...
"¿Sabes algo sobre la Diosa Celeste?", le pregunto.
"Se podría decir que soy un seguidor", responde amablemente.
"¿Por qué?", inquiero para saber más sobre él.
"No te lo diré. Ahora que estás despierto, es hora de irnos", responde.
"Irnos... ¿hacia dónde?", pregunto confundido.
"Iremos hacia el reino de Valentine, donde estarás a salvo de los caballeros del Rey Vordaz", afirma.
Mis manos comienzan a temblar y me cuesta respirar...
"Está sucediendo de nuevo", susurro.
"¡William!"
Cientos de recuerdos inundan mi mente,
"Te encontre" "Las Profundidades" "Beidrius" "Rey" Son los que mas se repiten. De pronto se detienen y comienzo a despertar.
...
Despierto y estoy tumbado en el suelo.
"¿Fue solo un sueño?", digo en voz baja.
"No lo era", me responde el hombre.
Me siento impotente de no poder hacer nada para ayudar a mi madre...
"William, la posición en la que te encuentras puede ser algo triste para alguien de tu edad, pero no te preocupes... Cuando tengas la edad suficiente, podrás reunirte con tu madre. Después de todo, ella es una princesa", intenta tranquilizarme el hombre.
Este sujeto tiene razón, no todo está perdido... Si me vuelvo más fuerte, podré salvar a mi madre. Pero con este cuerpo, tardaré mucho en crecer...
No tengo mas opcion que arriesgarme a ir con el, estoy en una posicion en la cual no puedo hacer nada... Maldicion.
"Bien, iré contigo. Pero antes de partir, tengo que saber tu nombre real. No me creo eso de 'Llamado del Viento'. ¿Cómo te llamas?", le pregunto determinado.
El hombre se queda en silencio por un momento, pero accede.
"Me llamo Elfrid, y te protegeré hasta que Celeste diga lo contrario", dice mientras clava su espada en la tierra.
Elfrid... Él me protegerá. Por fin, tiene sentido ese recuerdo...
"Gracias, Elfrid. Aprecio mucho tu ayuda", le agradezco sinceramente.
"No tienes por qué agradecerme. Ahora pongámonos en marcha. Tenemos que llegar al reino de Valentine", dice Elfrid mientras termina de tallar el nombre en la roca.
Aún no sé de qué reino está hablando, pero por ahora debo seguirlo. Moriría si estuviera solo en este bosque. Pero una cosa es segura, cuando tenga el suficiente poder para vencer a un caballero, regresaré a este bosque y buscaré ese reino donde se llevaron a mi madre.
Y así, la larga mañana llega a su fin.
Renacimiento... FIN.