Cien por Cien

Capítulo veintinueve

Usted tiene seis mensajes no leídos

Seis mensajes no leídos de Hunter

Vine a acampar como te prometí, es que me dieron de alta, bueno, debo seguir yendo a terapia y quedarme en casa, pero qué más da. Te espero aquí.

Hunter. 18:16.

Val, creo que te avisé muy tarde...

Hunter. 18:29

Es un buen momento para decirte que esa noche en la fiesta de mi universidad... ¿Recuerdas que al día siguiente me preguntaste si habías dicho algo estando ebria? Me dijiste que te gustaba Finn. Tu versión ebria lo sabía y tú no. Bueeeeno, quiero disculparme por menospreciar su conexión. Finn es afortunado.

Hunter. 18:32

Me siento muy mal. Cometieron un error dejándome salir de la clínica.

Hunter. 18:41

Quiero agradecerte por todo. Estar aquí me hizo recordar a mamá. Quizá nunca te dije, pero ella siempre me llevaba a los ríos, a las montañas... Mirábamos la naturaleza. No sé vivir sin ella, Val. Pero te diré algo, una canción, mamá la escuchaba siempre en la radio. "Quiero que los sueños que queden por nacer se cumplan poco a poco al Cien por Cien".

Hunter. 18:50

Sí, definitivamente creo que me agradas.

Hunter. 18:51

Dile a papá que revise dentro de la mochila que estaba dentro de la carpa. Hay un papel para ti, uno que me gustaría que leas.

Hunter. 18:52

***

Hace una hora pensé que en esta hoja escribiría una canción contigo, algo rápido y tonto para tocar con la guitarra, pero una carta para ti me parece mejor. No te preocupes, no es una carta para lamentarme, ni para hablar sobre mí. Esto es sobre la vida.

En tu vida habrá muchos tipos personas. Unos están para quedarse. Otros, solo están de pasada, pero ambos te dejarán lecciones valiosas. Todos se suben al tren de tu vida, es solo que unos deberán bajar antes de lo esperado. No te voy a mentir, sentirás su pérdida, el vacío que dejarán en uno de los vagones dolerá, pero que sería de la vida sin dolor, sin aprendizaje.

No, la vida no te pide que olvides a los que se bajaron de tu tren, recuérdalos, recuérdalos siempre con amor, porque si estuvieron, aportaron, para bien o para mal; algo dejaron en ti y en tu corazón. No serías la persona que eres sin los pasajeros de tu tren. Cuídalos, pero, sobre todo, cuídate, cuídate mucho.

Tú subiste a mi tren. Subiste tarde, cuando me estaba quedando sin ganas de seguir avanzando. Me habría gustado encontrarnos antes... Me voy con la feliz idea de que fui parte de tu tren. Gracias por estar en el mío.

 

Él  dejó mi tren muy pronto. Se fue en la estación equivocada.




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