Pandora Radcliff, fue abandonada por las personas en las que más confiaba y quienes se supone velarían por su seguridad.
Sola y desprotegida experimentó una vida realmente difícil entre orfanatos y casas de acogida. Situación que la volvió extremadamente recelosa con su vida privada y desconfiada con todo ser humano.
Ahora, a punto de graduarse de la universidad, debe realizar sus prácticas en la empresa de robótica mundialmente conocida. Las Corporaciones Bannister es un sueño para cualquier profesional y un imposible para un estudiante.
Pandora Radcliff, es una chica privilegiada por su mentalidad bastante desarrollada y su astucia un tanto peligrosa. Su manera sigilosa de ser le crea oportunidades que son de aprovecharse y su aura misteriosa suele llamar la atención de todos.
Tristán Bannister, es un chico resentido con la vida y sobre todo con las mujeres. Hombre de treinta años que vive sin límites y que jamás deja nada sin descubrir.
Su padre es el dueño de las corporaciones Bannister, empresa que se dedica a la nanotecnología. Crean y exportan toda clase de tecnología de uso cotidiano.
Bastián Bannister, cansado de ver a su hijo llevar una vida desenfrenada, decide obligarlo a trabajar y a explotar su capacidad de inventar.
Tristán no tiene más opción que obedecer a su padre y sin más alternativas por ser el heredero, acepta iniciar a trabajar en las corporaciones.
Lo que parece algo aburrido, se convierte en algo extremadamente interesante.
Un encuentro explosivo, una niña con aparente dulzura, pero al contrario tiene una lengua viperina, una atracción que no se puede explicar y que oculta tratándola mal, solo será el inicio de la compresión de la ciencia, el amor y de las otras tantas genéticas.
***
Pandora se desperezó para adquirir las energías que necesita todas las mañanas para salir de la cama, trabajar de noche le consume mucha energía. La puerta abriéndose de golpe y los pequeños, pero rápidos pasitos la hicieron reír.
—Mami, mami... no quiero. —Trepó a la cama y se escondió bajo las sábanas. —Papi quiere ducharme para llevarme al colegio, por favor... dile que yo ya soy inteligente y muy lista, no lo necesito. —Pandora con una gran sonrisa, alzó las sábanas y la abrazó.
—Cariño, debes ir al colegio, aun cuando eres muy inteligente debes asistir. —La niña de cabello rubio oscuro y ojos azules negó frenéticamente.
—Los niños de mi edad son tontos. —Colocando esa mirada tierna a la que nadie se puede resistir, hizo un puchero. —Además solo nos ponen a colorear y no me gusta. —Pandora carcajeó por esos ojitos de cachorro adorable.
—Cielo, tienes seis años, ya estás en primer grado. Prometo que esta vez te enseñarán más que a pintar y hacer figuras.
—¡Por Dios santo! —Vicky entró agitado a la habitación, el piso no es grande, pero a esa pulguita hay que buscarla en cada rincón, por lo bien que se esconde.
—¡No! ¡No! ¡No! —La niña empezó a chillar entre risas al ver a su papi acercarse a la cama. —Papi no... no... —Carcajeó cuando se vio volando por los aires.
—Mamá debe meterse al baño para asistir a la universidad y tú, mi pulguita escurridiza, debes imitarla para asistir al colegio. —Pandora llena de alegría por el follón que tienen esos dos, se sentó en la cama.
—Gordo. —Se puso en pie. —Ve a dormir, has de estar cansado. Yo me ocuparé de ella y la llevaré al colegio. —Vicky negó.
—Yo estoy bien, la noche no fue tan pesada, además... —Agrandó la sonrisa. —Hoy recibirás la gran noticia.
—No estés muy seguro. —Dejó caer los hombros. —Yo entré a esa universidad por una beca, quizás le den el puesto a otra persona. Ya sabes, a una que tenga padres poderosos.
—Mami es más inteligente que todo el mundo. —La niña la miró desde los brazos de su padre. —Serían unos tontos si no te eligen a ti.
—¡Glenda! —Víctor reprendió a su hija. —Tendré que hablar con la maestra para que domestiquen a esas mini bestias de boca sucia.
—Vic... —Ahora fue él quien salió regañado. Glenda inició a carcajear, ama cuando su mami los mira así.
—Vale, lo siento... —Suspiró. —Pero esta pulguita tiene razón. No sería muy inteligente no seleccionarte a ti para hacer las prácticas en ese lugar de ensueños. —Glen bajó de los brazos de su padre.
—Iré a ducharme. —Los miró a ambos. —Quiero que descanses papi y también quiero que mamá llegue a tiempo. —La niña corrió al baño.
—¿Puedes creerlo? Seis años en un abrir y cerrar de ojos. —Vicky totalmente emocionado, se llevó las manos al pecho por las acertadas palabras de su amiga.
—Tenemos a toda una princesa. —La miró ahora riendo con diversión. —Hoy deberíamos celebrar y...
—¡No! —Lo cortó. —Sabes lo que pienso de las celebraciones, no lo haremos. —El hombre se cruzó de brazos.
—No pasará lo mismo que hace siete años atrás. —Le aseguró. —Ahora somos más maduros.
—No, no iré a un club a celebrar nada. —Se negó con rotundidad. —Ahora tengo una niña que cuidar. ¿Lo recuerdas?
—Tenemos. —La corrigió. —También pagamos niñera, ¿Recuerdas? —Pandora resopló con cansancio.
—Gordo, estoy muy cansada, hoy es mi noche libre y me gustaría descansar, quedarme aquí con los dos viendo pelis y comiendo palomitas. ¿Podrías darme ese gusto? —Víctor aceptó su derrota.
—De acuerdo. —Arrastró los pies a la salida. —Ya está el desayuno, dúchate y ven a comer. No olvides que hoy irás a trabajar y no a estudiar. —Pandora corrió y lo abrazó por la espalda.
—Te amo. —Susurró sin soltarlo. —Permitiré que te encargues de la niña, pero por favor, no limpies la casa, lo haré yo cuando vuelva. Tú descansa.
—Lo haré, mi diosa griega. —Sonrió mirándola. Desde que su amiga dejó el mundo él la llama como ella solía hacerlo.
***
Tristán se miró a través del espejo del ascensor, la juerga de la noche anterior le está pasando factura. Sus ojos rojos y hundidos anuncian su trasnoche.
Editado: 08.07.2023