Pandora permaneció callada, sabía cuál es su lugar y la primera impresión que ha dado al jefe no fue la mejor, pero ¿Qué podía hacer ella?
—Señor Newman. —Detuvo la marcha en cuanto el hombre le prestó atención. —Debo disculparme por lo sucedido minutos atrás. —No estaba acostumbrada a disculparse por defenderse de patanes, pero sabía que no estaba en el bar donde se gana la vida. —Es únicamente que...
—Tranquila. —Vaden la cortó con tono despreocupado. —Te estabas defendiendo, yo también hubiera hecho lo mismo. —Con un gran alivio sobre sus hombros, asintió correspondiendo la sonrisa del hombre. —Vamos, aún no hemos terminado el recorrido y falta lo mejor. —Su emoción es tan contagiosa que Pandora casi no pudo contener la suya.
Vaden la llevó hasta el área de reposo. Pandora alzó las cejas al ver a un grupo bebiendo café, otros jugando con sus bots y otros simplemente sentados mirando a la nada.
—Vaya... no creí que esto se podía hacer aquí. —Dijo mirándolo con asombro.
—Por supuesto que se puede, hasta la mente más brillante debe tomarse un receso de vez en cuando. —La invitó a internarse con un gesto de mano. —Así las ideas fluyen y hay más posibilidades de tener éxito. —Guiándola hacia un grupo de mujeres, se apresuró a presentársela.
Tristán desde el fondo los observó, ¿Cómo puede ser una persona de apariencia dulce, tan viperina? Se preguntó detallando minuciosamente su llamativo cuerpo y delicados rasgos. Ojos oscuros y saltones, cejas perfectas, pero escasas, nariz pequeña y perfilada, boca pequeña con labios gruesos, dentadura perfectamente organizada, dueña de una sonrisa blanca y llamativa. Su cabello cayendo en cascada sobre sus hombros y parte de su espalda, es una mezcla de liso y ondulado, su tez es trigueña y el dorado en ella la hace especial a la vista. Estatura mediana, cuerpo curvilíneo, piernas largas pies pequeños y manos diminutas con uñas cortas.
Su vestimenta le favorece, pantalón de tela ceñido a su cuerpo, camisa de botón resaltando sus pechos y los tacones ayudando a su estatura... No, se equivocó, es muy pequeña de estatura.
Aclarándose la garganta se prohibió observarla por más tiempo, ahora lo que debe hacer es sacarla de su laboratorio para no tener que lidiar con la pesadilla que es.
—Esperamos que para la competencia anual te nos unas. —Stella le dedicó una gran sonrisa. —Este año pensamos ganarles a los chicos. —Pandora la observó un poco confundida.
—Hacemos competencia, hombres vs mujeres. —Aclaró otra del grupo. —Por supuesto, nosotras llevamos más trofeos. —Le guiñó divertida.
—Oh por Dios... ¿No pueden estar si no es echándolo a la cara? —Vaden meneó la cabeza en negación. —Venga, Pandora, vamos a seguir antes de que te contagien la arrogancia.
—Venga ya, rarito, no te me agüites. —Bromeó Stella dejando escapar una pequeña, pero indiscreta risa.
Vaden miró a Pandora de reojo y sonrió al verla tan consternada. La chica es toda una antisocial, eso o es autista.
—No he podido evitar estudiarte. —Pandora lo miró en el acto. —Lo siento, es costumbre. —Se disculpó un poco avergonzado. —Creo que por eso me dedico a la programación de los bots, entiendo bastante el comportamiento humano y sé cómo darle personalidad a un robot. —Sonrió orgulloso. —El punto es que noté tu incomodidad al interactuar con varias personas a la vez y, no veo la cinta de autismo en tu muñeca o en tu bolso al dejarlo en los lockers. —Pandora, negó de inmediato.
—No soy autista ni tengo problemas con las personas, es simplemente que no me gusta ser social y ya está. —Su explicación le pareció ligeramente extraña a Vaden, pero decidió no continuar con la charla.
—Hemos llegado al despacho del jefe. —Pandora miró la enorme puerta de cristal oscuro y después miró a su acompañante buscando una explicación. —Me ha pedido que después del leve recorrido te trajera aquí, así que... —Señaló la puerta con un gesto de cabeza. —Tristán se ocupará de que vayas conociendo las instalaciones poco a poco. —Pandora quiso soltar la carcajada al escucharlo, ¿Está hablando del chico que no soporta el disgusto por tener a una estudiante como compañera? Este flipa de vez en cuando. Pensó divertida.
—Gracias, señor Newman.
—Oh, dime Vaden, pasaremos mucho tiempo juntos. —Dedicándole un guiño como despedida, se alejó de ella.
Pandora miró la puerta como si tras de ella hubiera un monstruo. ¿Para qué quiere verla el dueño? ¡Ella es solamente una practicante! Respiró profundamente para tranquilizarse y una vez supo que podía enfrentar al mundo, golpeó suavemente el cristal.
—Buenas tardes, señorita Radcliff. —Pandora pegó un brinco hacia atrás por el susto. —Perdone mi indecencia, no quise asustarla. —Con la boca hasta el piso inició a buscar al robot, pero todo indicaba que está sola.
—Vamos Data, haz pasar a nuestra invitada. —Una voz humana provino de detrás de la puerta.
—Sí, señor. —La puerta se abrió sola y Pandora flipó al ver el interior, aún no encuentra al robot, solo ve a un hombre rechoncho de cabello y barba blanca. —Bienvenida, señorita. —Sin poder acostumbrarse a escuchar sin ver al dueño de la voz, entró al despacho y la puerta se cerró tras de ella.
—Eh... bu... Buenos días. —Vaciló incapaz de dejar sus intentos por encontrar al robot, pero obtuvo el mismo resultado, ¡No hay uno!
—Bienvenida, señorita Radcliff, soy Bastián Bannister. —El hombre se acercó y le estrechó la mano a la confundida joven. —Data es un programa de inteligencia artificial, encontrará muchos de esos por aquí. —Explicó detallando la sorpresa en su gesto. —He estado siguiendo su trabajo, espero realmente que todo lo que ha visto hasta ahora sea de su agrado. —Pandora quiso gritar que todo es fascinante y como un sueño, pero al contrario, solamente asintió.
—Todo ha rebasado mis expectativas, aunque aún no me acostumbro a la tecnología tan avanzada. —Bastián sonrió.
Editado: 08.07.2023