Dos días en los que no ha dejado de pensar en la bailarina, dos días en los que su olfato parece no percibir más que el perfume de esa antipática mujer que no sale de su cabeza.
No le ha preguntado nada al respecto, ¿Cómo hacerlo? Hay muchas mujeres que usan ese perfume, ¿Por qué sería ella esa bailarina? No tiene más evidencia que esas pequeñas manos que solo vio por un instante.
Furioso por no pensar en más que esa bailarina y en Pandora, resopló levantándose de la cama, debe prepararse para la entrevista que se les hará en el laboratorio.
Tras sentarse, recorrió su lujosa habitación llena de la más reciente tecnología y por primera vez en mucho tiempo se sintió solo.
—Buenos días, Tristán. —Rocket se activó. —La ducha está lista y Gloria ha preparado tu desayuno favorito, solamente falta una acompañante, ¿Cuándo piensas buscarla? Pandora es muy agradable y a tu padre parece gustarle. —Tristán se puso en pie en medio de un gruñido.
—No digas más, Rocket, no debí proporcionarte tanta inteligencia.
—Pero lo hiciste y hasta ahora soy tu mejor proyecto.
—Y arrepentido estoy.
—Pandora, no me hubiera dicho eso. —Le reclamó.
—Entonces vete con Pandora y déjame en paz.
—Si pudiera lo haría, lo sabes. Dame un cuerpo y es todo. —Tristán miró la cámara, se siente traicionado.
—Me decepcionas. —Gruñó y entró al baño, ya se está retrasando bastante y pelear con Rocket no le hará más que rabiar.
Después de darse una ducha caliente, Tristán se envolvió una toalla al rededor de las caderas y salió directo a su clóset, sin pensarlo mucho, sacó un traje Armani en negro, una camisa blanca y antes de tomar la corbata, decidió no ponérsela.
Una vez listo, se colocó su perfume Polo Black de Ralph Lauren y acomodó un mechón de pelo fuera de lugar. Mirándose desde varios ángulos, se aseguró de estar perfecto y cuando estuvo totalmente seguro de que todo estaba bien, decidió bajar al comedor.
—Buenos días, señor. —La mujer que se encarga del departamento le saludó con una sonrisa.
—Buenos días. —Correspondió el saludo no muy animado.
—¿Nervioso? —Tristán tomó la tasa de café que le tendía Gloria.
—No, la verdad es que entrevistarán a mi compañera, yo solo me aseguraré de que no se metan con ella. Ya sabes cómo son los periodistas. —La mujer colocó un plato de frutas con yogurt frente a él. —Gracias.
—Pandora es una buena chica. —Tristán cerró los ojos al escuchar a Rocket. —Debes conocerla, Gloria.
—Yo te programé para cosas interesantes, no para meterte en las conversaciones con temas que a nadie le importa. —Gloria se echó a reír, esos dos pelean como perros y gatos.
—¿Es importante Pandora? —La pregunta de la mujer lo descolocó, ¿Por qué le pregunta eso a él?
—¿Importante? Claro, encendió el androide sin que explotara y no solamente eso, hizo que transmitiera la información que ella quiso. —Gloria ladeó la sonrisa.
—Debería darse una oportunidad, enamorarse rápido no es malo, ni significa que todos lo lastimarán. —Poniéndose en pie le sonrió. —Su madre solía decir que amar y enamorarse era parte de la vida, pero hacerlo, aun cuando te lastiman, es parte del alma. —Tristán desvió la mirada. —Ame sin miedo y no reprima lo que siente, usted es un buen hombre, de corazón tierno y de sentimientos puros. —Tristán no la miró, se limitó a iniciar su desayuno.
Siempre fue débil ante la mirada de algunos hombres, enamorarse rápido, ser detallista y darlo todo por una mujer parece no encajar en un mundo de machistas y se dio cuenta de que esos machistas tenían razón. Uno da todo por ellas y ellas te cambian por el que peor las trata.
Glenda y Vicky corrieron a la sala para esperar los resultados en Pandora. Ambos miraron emocionados en dirección al pasillo y cuando finalmente la vieron salir, ambos soltaron un “Wao” con asombro.
Pandora sonrió al verlos tan satisfechos con su imagen y dio una vuelta para que la apreciaran más. Un vestido negro liso, manga tres cuarto ceñido al cuerpo y un largo hasta arriba de las rodillas. Un cinturón dorado que resalta su pequeña cintura combinado con unos zapatos de tacón de aguja en dorados también.
—¿No es mucho? —Acomodó su cabello suelto a su espalda. —¿Debería quitarme el maquillaje? —Vicky se acercó a ella junto a Glenda.
—Estás hermosa, mami. Los señores de la prensa no dejarán de verte. —Víctor estuvo de acuerdo con su pulgita.
—La niña tiene razón, ¡Estás increíble! Todos en el trabajo te van a elogiar. Es un outfit profesional, glamuroso, sexy y sofisticado, tu maquillaje muy natural y te va perfecto. ¿Por qué no dejas de dudar? —Le metió un mechón de pelo tras la oreja. —Hoy es un gran día para ti, ¡Te van a entrevistar! —Aplaudió en compañía de la niña.
—Ya dejen de aplaudir, me siento muy nerviosa. —Miró a su amigo. —¿Seguro que te llevarás a la niña? Podemos hablarle a Priscila para que cuide de ella y...
—Papi irá conmigo. —Los celos en la vocecita de Glenda los divirtió. —Él y su amigo quieren que los acompañe, ¿Verdad papi? —Vicky le guiño en complicidad.
—No te preocupes, Juan está emocionado por conocerla, creo que es tiempo. —Pandora entendió la situación y asintió.
—Espero que se diviertan mucho. Ven aquí. —Tomó a su hija en brazos. —Si por algún motivo Juan no te cae bien, por favor... no seas celosa y no se lo pongas difícil, ¿De acuerdo? Él es muy importante para papi. —Glenda miró a Víctor y después a su madre.
—De acuerdo mami, trataré de no reclamar mi autoridad. Papi y tú son míos. —Ambos rieron, saben que le hacen un daño a la niña criándola tan desconfiada del mundo, pero es lo mejor que pueden hacer. Ellos mismos sufrieron toda su vida y lo único que desean es que su hija no sufra lo que ellos.
—Bien, mi terroncito de azúcar. —Dándole un sonoro beso en la mejilla, se la tendió a su amigo. —Es hora de irme, la entrevista será en la tarde, así que debo trabajar. —Sonrió mirando a esas dos personas que tanto ama. —Todavía no puedo creer que conseguí el trabajo. —Los ojos se le cristalizaron. —Ya no tendrás que trabajar tantas horas. —Acarició la mejilla de su amigo. —Y tú, mi princesita hermosa, podrás tener tu kit de robótica educativa, ¿Estás emocionada?
Editado: 08.07.2023