Capítulo 6

Pavor, eso sintió ella al escuchar esa voz y ese tono de sorpresa. ¿Por qué justo en ese momento se aparece la persona que más ha insistido por conocer todo de ella?

Pandora giró a su hija y alzándola por los aires, se la echó a su amigo a los brazos. Tapando la vista de la niña que gira su cabeza para tratar de ver al hombre que llamó a su madre. Pandora miró a su amigo con seriedad.

—Llévatela, iré con ustedes en un momento.

—Pero cariño, ¿No nos vas a presentar a tus compañeros? —Vicky se resistió mirando confundido a su amiga.

—Por favor, Víctor, llévate a la niña, ya iré con ustedes. —Mirándola a los ojos, comprendió sus palabras y sin más se alejó con la niña en sus brazos.

—¿Qué sucede? —Pandora giró y dio los suficientes pasos para acercarse a él y después mirarlo con gesto serio. —¿Ya es hora de la entrevista? —Tristán, totalmente descolocado por la escena que ha presenciado, gesticuló con la boca, pero las palabras no salían de ella. —¿Está bien, señor Baninister? —Negando un par de veces y asintiendo otro par más, se aclaró la garganta.

—Eh... yo... yo... —Miró sobre su cabeza y odió ver a aquel tipo jugar con la niña, ¿Cómo creyó incrédulamente que ella era soltera? ¡Tiene a toda una familia! Le dolió el hecho de saber que no podría expresar sus sentimientos hacia ella. —Es solo que venía a pedirte volver al trabajo. Vaden nos tiene el primer ejemplar para la personalidad del androide. —Egoísta, eso está siendo él en ese momento y no puede evitarlo, pero ¿Acaso puede culparse? Ellos no deberían estar ahí en primer lugar. —Debemos trabajar, ya lo sabes. —Pandora asintió, sabe bien que la entrevista no significa nada y que es un día totalmente normal.

—Bien, iré pronto. —Tristán le dio una última mirada al tipo que no le da chance para ver a la niña y se marchó. Ni siquiera le molesta la niña a pesar de que no le gustan los niños, le molesta más el saber que un hombre es dueño de su corazón y que ella aun así se dejó llevar por esos momentos cortos, pero tensos con él. ¿Acaso pensaba traicionar de esa manera al padre de su hija?

Toda la situación lo enferma, él mismo fue engañado por la mujer que amó gran parte de su vida y sabe perfectamente lo que se siente ser traicionado por alguien importante. ¿Acaso es ella ese tipo de mujer y solo muestra desconfianza como modo de protección a sus acciones?

Pandora giró sobre sus talones y se acercó a esos dos que son un total caos cuando están juntos y aburridos. Víctor y Glenda miraron a Pandora y ambos supieron que estaban en problemas.

—Creo que mamá está molesta. —Susurró Glenda sin dejar de ver a su madre.

—Sí, solo mira la vena en su frente. —Cuchicheó Víctor detallando ese rasgo que no se solía ver en ella.

—Los estoy escuchando a ambos. —Los cortó sin tacto. —Este es un lugar restringido, aquí no puede entrar cualquiera. No sé lo que hayan hecho para que los dejaran pasar, pero quiero que salgan de aquí y no vuelvan. ¿Lo han entendido? No podemos perder esta oportunidad. ¡Tristán Bannister los ha visto! 

—Solamente queríamos verte. —Glenda se sintió triste por la reacción de su madre. —Queríamos darte una sorpresa. —Metiendo la mano en su bolsillo, sacó un collar. —Papi lo compró para ti y solo queríamos que lo usaras en la entrevista. —Pandora, con el corazón encogido en su pecho, tomó el collar con un dije de robot. —Lo siento, fui yo la que insistió. —Tomando a su padre de la mano, tiró de él para marcharse.

—Cariño... —No dijo más, cuando su hija se siente herida hay que darle su tiempo o la situación la sobrepasa.

—Tranquila, nos vemos en casa. —Víctor le sonrió. —Oh, también trajimos esto. —Le tendió una bolsa con comida china. —Dentro hay dinero para que tomes la gaseosa, nosotros no pudimos desperdiciar la que trajo la comida. —Se encogió de hombros y se despidió tirándole un beso con la mano.

Pandora parpadeó varias veces para evitar que las lágrimas saltaran de sus ojos, no debió ser tan dura con su niña. El temor a fracasar y no llegar a mantener el puesto que se le dio, la tiene paranoica, pero, ¿Cómo puede culparse? Si estropea esto, sus vidas seguirán igual de miserables y dura que siempre. Además, no puede darse el lujo de que Tristán conozca más de ella.

Vaden frunció el ceño al ver a Pandora, al no ver a Tristán a su lado le dio mucha curiosidad. Se supone que su amigo iba por ella.

—Hola. —Pandora miró al hombre a su lado, pero no detuvo la marcha.

—Señor Newman. —Correspondió el saludo. Vaden evitó resoplar, desde el día que llegó de imprevisto al laboratorio y escuchó la plática entre él y Tristán no le habla.

—¿Puedes regalarme un poco de tu tiempo, por favor? —Detuvo su marcha y Pandora no tardó en detener la suya.

—Por supuesto, ¿Necesita algo con referencia al prototipo A1? —Al verlo negar, su confusión tomó lugar. —¿En qué puedo ayudarlo, entonces? —Vaden dejó salir un suspiro, la chica es realmente fría.

—De acuerdo, ya no puedo seguir con esto. Aquel día que entró al laboratorio y nos escuchó a Tristán y a mí hablar, le puedo asegurar que no es lo que usted...

—¿Cree? —La sonrisa sincera de Pandora le erizó la piel. —Señor Newman, no somos ni seremos amigos, usted solo fue el compañero que me ayudó los primeros días y créame, estoy agradecida, pero es todo. Su relación con el señor Baninister supongo va más allá de ser simples compañeros de trabajo y oiga, no es algo que me moleste. Soy venenosa, antipática e inflexible, lo sé, pero...

—Ok. —La cortó. —La voy a parar aquí. —La miró a los ojos. —Pistantrofobia, es su trastorno y sé perfectamente cómo son las personas con ese padecimiento y lo entiendo, pero también sé que poco a poco pueden confiar en los demás y debo aclararle que yo no soy su enemigo...

—Para burlarse de los demás no necesariamente debemos ser enemigos. —También lo cortó. —Si desea disculparse por lo que pasó ese día, no tiene de que preocuparse. Yo no soy rencorosa, señor Newman, yo solo me doy cuenta de a quien mantener cerca y a quien no. Es todo. —Sonriéndole, continuó su camino.