Ciencia, Amor y Otras Genéticas

Capítulo 7

El tan esperado día llegó, un viaje quizás bastante incómodo le espera con su jefe.

Los últimos días la relación entre Pandora y Tristán es bastante tensa por el malentendido. Él no puede ni siquiera mirarla y ella no cuenta con la capacidad de acercarse a él y preguntárselo.

Después de todo, ¿Por qué le preocupa que él haya cambiado? Eso es lo que se pregunta Pandora, siempre que los deseos de saber que sucedió, están por ganarle.

Tras soltar un suspiro y obligarse a dejar de pensar en la incómoda situación con su jefe, decidió salir de la cama. Estar libre por la noche es estupendo, despertar descansada por tener las horas de sueño que se necesita, es aún mejor.

Como todos los días, los pasitos rápidos inundaron el pasillo y brevemente la habitación. Glenda, con una enorme sonrisa, se tiró a los brazos de su madre.

—Mami, mami... hay que ducharnos. —Inició a tirar de ella. —Hoy has prometido llevarme de paseo. —Pandora se resistió con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.

—Cariño, se dice buenos días. —Glenda posó sus enormes ojos azules en los de su madre oscuros y dulces.

—Buenos días, mami. ¿Puedes por favor levantarte para que me lleves a pasear? —La carcajada de Pandora no se hizo esperar.

—¿Cómo eres tan inteligente a tu corta edad? —La niña, sonriendo abiertamente por lograr que su madre se levantara de la cama, se encogió de hombros.

—Supongo que todo me lo han enseñado papi y tú. —Saliendo de la habitación, Pandora echó un vistazo a la de su amigo, el pobre debe trabajar mucho para poder resistir el mes y aparte de eso poder pasear con la niña.

—Cielo, ¿Puedes adelantarte al baño? Yo te alcanzaré en un momento. —Dándole un beso en la frente, se dirigió a la habitación de su amigo.

—Papi está despierto, quiere ir con nosotras. —Tras sonreírle a su hija, siguió la marcha.

—Hola. —Susurró parada desde el umbral de la puerta. Víctor, quién tenía los ojos cerrados con su gesto de cansado, los abrió y cambió inmediatamente el semblante. —Deberías descansar, yo puedo ir sola con la niña.

—Iré también. —Se apresuró a decir. —Se puso muy triste cuando le negaste ir contigo, además. —Se levantó olvidándose de su agotamiento. —Pronto iniciarás a trabajar y tendrás poco o nada de tiempo para nosotros. Debemos aprovecharte mientras estés en práctica. —Pandora caminó hasta él y lo abrazó.

—Lamento que me despidieran. —Víctor se separó un poco de ella y la miró a los ojos.

—Estoy más enojado por haberme ocultado la verdad, sabes que te hubiera podido ayudar. —Le reprochó. —Pero lo que sí me entristece es que tengas vergüenza, te ganas la vida honestamente. No te debería importar lo que tu jefe o cualquiera piense al respecto.

—Vic, sabes lo que suponen cuando escuchan “𝓟𝓸𝓵 𝓔𝔁𝓸𝓽𝓲𝓬” Creen que nos desnudamos por dinero, que damos placer por dinero. No podía arriesgarme. —Lo miró implorante. —¿Puedes entenderme? Por favor. —Incapaz de seguir enojado, asintió.

—No te preocupes. —Sonrió. —¿Dónde está la niña? —Frunció el ceño al no oírla.

—Oh Dios. —Se quejó cerrando los ojos. —Iré con ella. —A pasos apresurados, se dirigió al baño y al entrar, encontró justo lo que esperaba. Su hija usando el maquillaje. —Glenda, hemos hablado de esto. —Inició a quitárselo.

—Pero mami, no tengo reacción alérgica. Solo quiero estar bonita. —Hizo un puchero que no fue lo suficientemente eficaz para ablandar a su madre.

—No me gusta que lo utilices. —La miró a los ojos. —Eres hermosa tal y como eres, no lo necesitas, sin contar que eres apenas una niña. No puedes utilizar maquillaje. —Un poco molesta por no poder hacer cosas de grande, se metió al baño seguida de su madre.

—Quiero ser una niña grande, ya no quiero ser pequeña. —Sus protestas no eran más que escenas graciosas para Pandora.

***

Tristán miró a su amigo con advertencia, ya está cansado de escuchar lo mismo día tras día y no lo tolera ni un poco más.

—Vamos, amigo, no me mires así. —Vaden le dio un sorbo a su bebida. —Estás sufriendo porque quieres, ¿Por qué no le preguntas directamente?

—¿Quizás, tal vez, a lo mejor porque todo está claro? —Rodó los ojos. —Vaden, la chica tiene pareja y tiene una hija. ¿Para qué seguir preocupándome por ella? Bien sabes que esas pequeñas criaturas no son de mi agrado.

—Oh, vamos amigo, no seas así. —Río. —Los niños no son malos. —Soltando un profundo suspiro, dejó el botellín de cerveza de lado y miró fijamente a su amigo. —Tristán, la evitas siempre y eso está afectando el proyecto. Ni siquiera pudieron alegrarse por la personalidad del androide y eso me molesta muchísimo.

—Vale, lamento eso, pero odié que me mirara tan feliz cuando sabe lo que está haciendo. ¡Ella aceptó esa rara cercanía entre los dos teniendo esposo!

—¿Qué tal si solo es el padre de su hija? —Lo cuestionó. —¿O qué tal si únicamente es su amigo? Ya sabes que estamos en un tiempo donde los amigos son tan cercanos que hasta hijos tienen. —A Tristán se le hizo una tontería. —Bien, escúchame. —Se acomodó en su puesto. —Hoy deben marcharse, ¿Por qué no viajan en auto? Así tendrás el suficiente tiempo para hablar con ella. Piensa en esto, ¿Qué sucedería si consigues que ella hable de su vida? —Tristán lo pensó, sería estupendo que ella se abriera a él, pero sabe que es imposible.

—No voy a conducir más de cinco horas con esa antipática a mi lado. ¿Sabes lo incómodo que se ha vuelto nuestra convivencia?

—No, amigo, solo tú la has vuelto incómoda. —Relajándose, miró la ciudad. —Ya te di una idea, está de tu parte si seguirla o no, pero eso sí, deberías llamarla para que salgan de una vez por todas. —Vaden miró la hora, ya marcan las quince horas. —Llegarían a las ocho o nueve de la noche, piénsalo amigo... —Tristan, maldijo, no debería dejarse llevar por ese tonto, pero no puede evitar desear estar con esa mujer en un espacio tan cerrado aun cuando la ha estado ignorando todos estos días.




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