Capítulo 20

“―Ok… ok… hablemos de los misterios más populares de la ciencia. ―Tristán paró en seco al ver a Pandora rodeada de otros científicos y ella felizmente sonriendo y tan relajada como nunca.

―Vale, nombra el dichoso misterio y yo intentaré resolverlo con alguna ecuación que los deje con la boca abierta por lo perfecta y acertada que será. ―La contestación de Pandora lo dejó patidifuso, ¿Cómo es posible que ella esté tan relajada hablando con desconocidos después de lo que le contó? Al buscar con la mirada encontró a su mejor amigo con un botellín de sake.

―Los universos paralelos. ―Contestó otra científica. ―Yo me especializo en la física, por ende, estoy más relacionada con la teoría del bin bang. ―Pandora sonrió y asintió a su vez. Se giró mirando el tablero, pero antes de destapar el marcador, giró nuevamente así dándole la cara.

―Te diré una teoría conspirativa que tiene mi hija de menos de ocho años. ―Los miró a todos. ― Nada nos asegura que el universo en el que vivimos y que observamos “el universo visible” sea el único que existe. Al parecer, el espacio-tiempo es una extensión plana, infinita y no curva. Muchos científicos apoyan la hipótesis de que es posible que lo que llamamos universo sea solo uno entre infinitos espacios. Las leyes de la física cuántica dicen que la configuración de las partículas dentro de cada espacio es finita y que esta configuración debe, necesariamente, repetirse, lo que implica que hay infinidad de universos paralelos. ―Todos la miraron con un tanto de decepción. ―Eso es lo que sale al buscar en internet, ¿Cierto? ―Al verlos entender, ella sonrió. ―Bien, ahora también miraremos lo que es la entropía…

―Pandora. ―Tristán intervino, no puede dejarla hablar de más o seguramente los japoneses querrán quedársela. ―Es algo tarde, ¿Podemos irnos? ―Todos miraron con amabilidad a Tristán, menos un par de ojos que estaba a nada de salir de sus dudas.

―Oh, miren. ―Pandora lo tomó de la mano. ―Este es mi señor novio, un patán cuando no lo conoces, pero todo un caballero cuando finalmente se muestra. ―Tristán miró a Vaden y el hombre quedó en pie al instante.

―Bueno, colegas. ―Les dedicó una gran sonrisa. ―Fue un placer hacer negocios con ustedes y de paso demostrarles que Panamá tiene demasiadas mentes brillantes. ―Tras guiñarles, siguió a su amigo quien lleva en brazos a Pandora. ―Lo siento amigo, ella insistió en divertirse y la verdad no me podía negar.

―¡Debiste hacerlo! ―Detuvo sus pasos. ―Pudo hablar del proyecto antes de tiempo, ¿Cómo es posible que arriesgaras tanto?

―Vamos hombre, estaba tensa, ella necesitaba relajarse. ―Lo miró con incredulidad. ―Estaba llorando con descontrol y además no está mal que soltara tensión. ―Tristán maldijo, ¿Cómo es posible que quedó fuera de condiciones por tanto tiempo?

―Ve a descansar, más tardes debemos presentar nuestro proyecto. ―Vaden no dijo más nada, la verdad está un poco desconcentrado por el sake.

Tristán llegó a la habitación y metió a esa mujer que realmente lo enloquece de todas las maneras posibles en la tina, tiene tantas cosas para decirle y ahora ella huyó de él sin darle posibilidades a nada.

―Qué guapo eres. ―Lo miró sonriendo embobada. ―¿Sabes que todas quieren estar contigo? ―Tristán siguió bañándola sin prestarle demasiada atención, cuando tiene alcohol en la cabeza habla de más. ―Por eso yo les dejé en claro que te merezco, soy más inteligente y además tengo una pequeña hija que me ayuda a mantenerte a mi lado. ―Tristán esta vez sí que la miró.

―Estoy a tu lado porque te amo, no porque nuestra hija me obligue a estarlo. ―Pandora, sin poder procesar sus palabras, agrandó su sonrisa.

―Sí, es nuestra hija, de ambos. ―Río como si eso le ocasionara gracia. ―Ella tiene ojos azules eléctricos como los tuyos, cabello dorado y es inusualmente tierna. ¡Falsificamos la prueba de ADN y listo, Noelia que se vaya al carajo! ―Tristán bufó molesto, justo cuando es algo importante, ella da por hecha las cosas y decide ingerir alcohol para después hablar tonterías. 

―Es mi hija, Pandora, y ahora no puedo decirte nada por qué decidiste ingerir alcohol a pesar de la poca tolerancia que le tienes.

―Sí, es tu hija. ―Respondió sin más, sonriendo como lo había estado haciendo desde que la encontró.

―Es mejor que descanses. ―Negó sin poder hacer más que vestirla y meterla en la cama para que descansara”.

***

Esa era la oportunidad que tenían para hablar las cosas, era justo ese momento en el que él le hubiera contado las posibilidades de que era ese desconocido, pero ella actuó y sigue actuando como una cobarde, finge de todo para no seguir con el tema y él se dio cuenta de que solamente hay una manera para enfrentar las cosas y eso es ir con pruebas en manos, por eso decidió callar hasta volver a casa.

Tras mirar el lado vacío de la cama suspiró profundamente, miércoles en la mañana, el último día de la feria y no se siente capaz de conectar dos palabras. Ha estado distraído en las presentaciones, no es él mismo con todo lo que está pasando, esa posibilidad de que esa pequeña rubita sea su hija lo emociona a gran escala y no le importa más que terminar lo que está haciendo en Japón y marcharse a casa para salir completamente de dudas.

El sonido del móvil sobre la mesita de noche, lo sacó de sus pensamientos y con ellos de esa emoción que en cualquier momento lo hará explotar por guardársela para él solo.

―Papá, papá, papá. ―La vocecita chillona y en grito lejos de asustarlo, lo hizo inmensamente feliz a pesar de que casi pierde el tímpano. ―Papi quiere que yo vaya al colegio y no quiero, los exámenes son tontos, quiero quedarme en casa con Gloria.

―¡Piojita! ―El grito esta vez lo obligó a separarse el aparato del oído, ¿Cómo puede una criatura tan pequeña gritar tan alto y fuerte? Negó sonriendo. ―Dios mío, si antes me costaba encontrarla ahora mucho más en este piso. ―Protestó Vicky una vez logró quitarle el móvil a la niña. ―¿Cómo estás, guapo? Lamento que te haya despertado, ¿Qué hora es allá? ¿Las once de la noche?