Capítulo 22

El vuelo se retrasó por anomalías con el jet y se vieron forzados a hacer escala en París, veintiuna horas después y en contratiempo finalmente llegaron a Panamá, Pandora desesperada por ver a su hija, nunca se había separado de ella y está siendo demasiado duro.

Tristán, por su parte, mantenía oculto sus nervios y las ansias por llegar con su miel y finalmente salir del todo de esa duda que ha tenido desde que Pandora le confesó como había concebido a la niña.

Vaden, por otro lado, podía leerlos a la perfección, pero poco podía hacer. Pandora lo buscó llorando el día que llegaron a Japón, él se comportó como un amigo y le ayudó a liberar tensión aun cuando ella no le contó el motivo de su estado, con Tristán lo apoyó lo más que pudo cuando se distraía de la nada y no se atrevió a preguntar para no incomodar nada.

Cansado de verlos como dos extraños uno con el otro, decidió cortar con la tensión. Por mucho que se sonrían, se miren con amor y se den de vez en cuando uno que otro beso, es notoria la incomodidad en ambos.

―Dios, como me está matando la incertidumbre, necesito el chisme. ―Gruñó Vaden para él mismo. ―¿Ansiosos por ver a la niña? ―Pandora agrandó la sonrisa y dejó ver su felicidad, finalmente verá a su hija.

―Sí, aunque una vez llegamos tendremos que ocuparnos de la fiesta. ―Respondió Tristán ansioso como últimamente lo ha estado. ―No puedo creer que su cumpleaños lo hemos agarrado en vuelo, debe estar creyendo que no llegaremos a tiempo.

―Te dije que la llamáramos una vez tocamos tierra y no quisiste. ―Le reprochó Pandora.

―Lo sé, pero es mejor darle la sorpresa. ―Suspiró. ―Mientras Gloria, Vicky y tú se ocupan de la organización, Vaden y yo saldremos con la niña. ―Vaden alzó las cejas, ¿Será que finalmente le contará todo? Pensó con emoción.

―Por mí está bien. ―Aceptó de una vez. ―Claro, si a ti no te molesta. ―Pandora miró a su amigo y negó, es mejor que la niña esté distraída mientras ella con su amigo y Gloria se ocupan de todo.

―Está bien, así no la tendremos corriendo de un lado al otro queriendo tocarlo todo. ―Sonrió, su niña es inquieta. ―Además, Vicky me escribió, ya están en el lugar donde se hará la fiesta y también me confesó que hay dos camiones repletos de juguetes esperando por mí. ―Miró a Tristán.

―Son para los niños. ―Respondió mordiendo su labio inferior. ―Los de la niña solamente son la mitad de un camión y nada más. ―Pandora no le quitó ojo. ―No fui el único que compró, Vaden y mi padre también lo hicieron.

―¿Por qué tienes que hundirme contigo? ―Protestó Vaden, Pandora los miró a ambos y no pudo hacer más que carcajear, ¿Cómo no hacerlo cuando ve que tres hombres mueren por su hija?

―Deben darse cuenta de que Glenda los domina a su antojo. ―Negó divertida.

―Bueno, a mí no me molesta ser manipulado vilmente por una niña inquieta de ojos enormes y únicos. ―Tristán la miró a los ojos con una sonrisa tonta en los labios. ―De sonrisa brillante y carcajada chillona, en resumen, no me molesta estar a los pies de mi mini copia en versión femenina. ―A Pandora pareció parársele el corazón al escucharlo decir eso.

―Llegamos. ―Dijo cortando el momento, lo sabía, sabía que él no se quedaría, quieto, pero ¿Por qué decir que es su copia en femenino? Está bien, tienen parecido, pero no para decir que son una copia idéntica. ¿Qué más quisiera ella que eso fuera verdad? Aturdida y bastante confundida por las palabras de Tristán, bajó del auto y miró el enorme lugar el cual ya estaba decorada la entrada.

―¿Se puede saber qué está pasando? ―Vaden no se pudo contener más. ―¿Por qué has dicho eso? ¿Por qué Pandora ha reaccionado así? ¿Por qué coño todo está tan tenso entre ustedes? ―Tristán sacó el aire por la boca, ¿Por qué ella se comporta así? ¿Por qué no enfrentarlo y pedirle que le dé una buena explicación por sus referencias?

―Cuando llegue el momento te lo contaré todo, por ahora, te pido que me sigas sin preguntar nada. ―Vaden asintió, la seriedad de su amigo le indica que algo grande está por pasar.

―¡Llegaron! ―Glenda soltó la mano de Vicky y corrió con rapidez hacia su madre. ―Creí que no llegaban, te extrañé mucho, mami. ―Pandora tomó a su hija en brazos y se deshizo en mimos con ella, no le importó estar en público, no le importó que desconocidos la observan, no le importó nada más que abrazar, besar, y mimar a su hija hasta hastiarla.

―No quiero volverme a separar más de ti, no quiero dejarte nunca más sola. ―Glenda agrandó la sonrisa cuando su madre la miró con ojos brillosos por las lágrimas. ―Juro que has crecido desde que me fui. ―Le dio un beso en la nariz. ―Feliz cumpleaños mi niña grande. ―Repartió tantos besos como pudo hasta agotarla.

―Oh mami, solamente he cumplido siete años, solamente eran siete besitos. ―Besó su mejilla para calmarla.

―¡Papá! ―Pandora gimió cuando su hija se tiró de sus brazos, Tristán actuando de manera rápida la atrapó en el aire, con esa niña hay que estar siempre alerta. ―Te extrañé. ―Lo miró a los ojos. ―Le he preguntado a Data sobre un obsequio que deseo y me ha dado la respuesta. ―Bastián y Gloria, quien iban llegando, se quedaron quietos al igual que el resto.

―¿Cuál es ese obsequio? Si puedo dártelo, por supuesto que lo haré. ―Tristán agrandó su sonrisa y recordar las posibilidades de que sea su hija, alteró su corazón por el frenesí y la emoción.

―Quiero llamarme Glenda Bannister, Data me ha dicho que como no tengo papá, tú puedes darme tu apellido. ―Pandora dejó de respirar y todos lucieron asombrados. ―¿Sabes por qué me acerqué a ti? ―Tristán, al borde de la locura, negó aguantando las ganas de gritar que sí le daría su apellido. ―Porque deseaba que Rocket me ayudara a encontrar a mi papá, pero yo te quiero a ti como mi papá, así que no lo buscaré más. ―Tristán abrazó con fuerza a la niña mientras Pandora intentaba respirar antes de morir por falta de aire.

―Vaya. ―Bastián no pudo evitar sonreír. ―Realmente sabe lo que quiere. ―Vicky se dio aire con las manos después de limpiar sus lágrimas, ¿Cómo puede su pulguita hacer esas escenas de los más hermosas?