Ciencia, Amor y Otras Genéticas

Capítulo 24

Tristán soltó un suspiro realmente complacido, despertar junto a la mujer que le ha dado lo más preciado de su vida es una gratificación que no cualquiera puede tener. ¿Cuándo pensó él en despertar junto a una mujer que lo ama verdaderamente y de la cual tiene una lealtad que jamás en la vida había recibido? ¿Cuándo pensó él que la vida finalmente lo recompensara y le pusiera en su camino a la desconocida que siempre fue dueña de sus pensamientos? ¿Cuándo pensó él en tener una familia tan preciosa como la que tiene?

Sonriendo recordó la insistencia de su padre, realmente le está muy agradecido por hacerle ese ultimátum, de no ser por él, quizás no le hubiera prestado la atención que su pandita se merecía y quizás él no hubiera estado con ella y jamás se habría dado cuenta de que esa rubita de ojos azules iguales a los de él es su hija.

―Mmmm. ―Pandora jadeó abrazándose más a su patán, nunca había dormido tan bien como lo hace cuando está con él en su cama. ―Dios, no quiero levantarme. ―Se quejó como siempre.

―La niña no tarda en meterse a la habitación. ―Le recordó acariciando sus curvas. ―Debemos ponernos algo de ropa. ―Pandora suspiró, le dijo mil veces que no la acostumbrara a eso, pero claramente él no le hizo caso y ahora la niña no deja de ir cada mañana a la habitación para meterse en la cama.

―¿Qué podía hacer? ―Miró esos ojos oscuros. ―Estábamos iniciando, esto era nuevo para ella y se sentía más cómoda con nosotros. ―Pandora rodó los ojos.

―Bueno, ahora está acostumbrada a la casa y a nuestra cama. ―Tiró del albornoz y se lo coloco, la noche anterior lo hicieron como dos locos.

―¿Te sientes bien? ―Tristán la miró a los ojos también colocándose el pantalón del pijama. ―Cielo, tu apetito sexu… ―Calló, Glenda ya estaba entrando como un vendaval a la habitación y tal como el demonio de Tasmania, se subió a la cama.

―Te gané. ―Dijo Rocket apareciendo en la pantalla, Tristán también le negó tomar control de la habitación, así que solamente lo hace cuando la niña está en la habitación.

―Por supuesto que no, entré antes de que aparecieras en la pantalla. ―Protestó la niña tirándose a los brazos de su padre. ―Te gané como siempre.

―Eres igual de tramposa que tu padre, de tal palo. ―Pandora sonrió, es como tener a dos niños berrinchudos en casa.

―¿Por qué no dejan de pelear siempre? ―Preguntó mirando la pantalla y con ello el patrón de voz. ―Si los separamos cada uno se vuelve loco, pero si están juntos no paran de intentar saber quien es el mejor. ―Negó divertida. ―Yo iré al baño, no tardo. ―Besó la cabeza de su hija. ―Buenos días, cielo. ―La saludó antes de bajar de la cama.

―Miel. ―Tristán interrumpió la discusión entre Rocket y su hija. ―¿Estás lista para lo de hoy? ―Glenda borró la sonrisa, no estaba muy feliz de cambiarse de escuela. ―Cariño, todo saldrá bien, lo prometo. ―Glenda bajó la mirada.

―En mi escuela, por mucho que me molestan mi maestra me defiende. ―Alzó la mirada para verlo a los ojos. ―En ese nuevo colegio los niños pueden ser más crueles, ¿Por qué no me dejan en mi vieja escuela? Prometo no quejarme más de las tareas aburridas que me ponen. ―Tristán suspiró.

―Miel. ―La acomodó en la cama para poder verla de frente. ―No tienes que temer, todo saldrá bien, verás que en el nuevo colegio todo será perfecto. ―Acarició los mofletitos de su hija con ternura. ―Tendrás muchos amigos, los profesores te amarán y serás realmente feliz, sin que nadie te moleste. ―Glenda no se convenció.

―¿Qué tal si son como los de la prensa? ―Sus ojitos se cristalizaron y en los de Tristán no había más que desconcierto. ―¿Qué tal si ellos también piensan que me has dado tu apellido por lástima? ¿Qué sucede si ellos piensan que me amas solamente porque mi madre es hermosa? ¿Qué pasa si ellos me lastiman con sus palabras malintencionadas? ―Tristán inmediatamente miró el patrón de voz en la pantalla.

―¿Le has mostrado las noticias?

―Por supuesto. ―Contestó Rocket sin remordimiento. ―Es quien me heredará, debo obediencia a Glenda Bannister, además me iba a reiniciar si no lo hacía. ―Glenda abrió los ojos de par en par.

―¡Eres un mal amigo! ―Chilló bajando de la cama.

―Y tú una mala dueña, me reiniciarías sin pisca de arrepentimientos, no te importó que intenté explicarte los motivos.

―Se supone que no le dirías nada a papá. ―Le reclamó molesta.

―Y se supone que tú no tocarías el tema. ―Pandora alzó las cejas al ver la discusión y se asombró más cuando su hija se marchó roja del enojo.

―Rocket. ―Tristán lo detuvo para que no se desconectara de la habitación. ―Es una niña, no puedes mostrarle las cosas, aunque te amenace.

―No puedo hacer mucho, es tan cruel como tú. ―Respondió Rocket. ―Además, ella merece saber la verdad, merece saber que eres su padre. ―Tristán miró inmediatamente a Pandora, por ella nadie sabe la verdad. ―Y otra cosa, las hormonas HCG de Flor de la adversidad, es superior a 25 mIU/ml.

―¡Rocket! ―No le importó el grito de Pandora, se desconectó de la habitación. ―Amor, espera. ―Lo detuvo antes de que se enojara. ―Te lo diría en la cena justo después de darle la noticia a Glenda de que eres su padre. ―Tristán se puso en pie. ―Lo supe apenas ayer, Rocket amenazó con decírtelo y por eso Stella me hizo una prueba en el laboratorio de la corporación.

―¿Estás embarazada? ―Preguntó lo obvio. ―Pandita, ¿Me darás otro hijo? ―Ignoró lo molesto que le pone que se haya hecho la prueba con Stella y no con él.

―Sí. ―Mordió su labio mientras sonríe. ―Creo que no debimos hacer el amor como locos el día de la fiesta en la que mostramos nuestro proyecto. ―Tristán se acercó a ella y la abrazó.

―¿Fuiste a Japón embarazada? ―La miró a los ojos con preocupación.

―Sí, justamente con cinco semanas. ―Inmediatamente, comprendió la mirada de su chico y sonrió. ―Lo sé, bebí alcohol, pero sé que todo está bien y…




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