Tristán no dijo palabra, simplemente salió tan rápido del laboratorio que Pandora fue la única que pudo verlo. ¿Por qué su hijita va en ese auto? ¿Por qué no la llamaron del colegio? ¿Acaso su hija está en peligro? Dejándose de hacer preguntas, salió de su shock y se puso en pie.
―Rocket, desconéctate. ―Una vez pudo tomó el USB y salió del lugar para buscar su bolso e ir a casa, ese auto va en esa dirección y su amigo junto a Gloria están ahí.
―Pandora, ¿Tienes un momento? ―Ulises detuvo sus pasos, pero Pandora pareció no escucharlo. ―Señorita Radcliff, ¿Puedo hablar con usted? ―Pandora fue consiente de la presencia del hombre y finalmente le dio la cara, si el ascensor hubiera estado ahí, hubiese pasado de él completamente.
―Lo siento, señor Brighton, en este momento no tengo tiempo, tendrá que ser para después. ―El ascensor llegó antes de que Ulises pudiera preguntar que estaba pasando.
―¡Rayos! ―Maldijo al verla irse, pero inmediatamente se relajó, todos sus desplantes y toda la arrogancia y superioridad de Tristán se pagarán cuando estén rogando por ayuda. Con una leve sonrisa se alejó del lugar saboreando lo que pasará.
Pandora corrió por recepción, no había rastro de Tristán, ¿Cómo es que era tan rápido? Se preguntó buscándolo por todos lados, al no tener resultados, decidió salir del edificio para buscar la manera de irse a casa.
―¿Pandora? ―Vaden miró a su amiga con las cejas alzadas, casi se lo lleva con ese empujón. ―¿Qué sucede? ―La preocupación cubrió su rostro al ver el semblante tenso de su amiga.
―Debes llevarme a casa, vamos. ―Tiró de él. ―Creo que todos están en peligro y Tristán se ha ido solo, también pueden lastimarlo. ―Vaden no preguntó más y tomando la mano de su amiga, se apresuró a llegar a su auto. ―Rocket, quiero que me digas como está mi hija. ―Ordenó una vez lo conectó. ―infórmame de Tristán.
―Glenda se encuentra en casa. ―El corazón de Pandora dejó de latir por varios segundos, han llegado a casa.
―¿Quién está con ella? ¿Quién es el que ha sacado a mi hija de su escuela? ―La desesperación de Pandora provocó que Vaden acelerara a fondo.
―No lo sé, el responsable ha podido cubrir su rostro y no puedo saber su identidad. ―Pandora apretó los labios para no llorar.
―Tris… Tristán…
―Él ya está llegando al edificio. ―La tranquilizó. ―Vaden, pondré una ruta alterna para que podamos llegar poco más de tres minutos después de Tristán. ―Vaden miró el mapa en la pantalla del auto y aceleró sin importarle romper las reglas.
―¿Deberíamos llamar a la policía?
―No. ―Vaden no dudó en responder. ―Debemos llegar antes. ―Sacó el aire por la boca antes de dar un volantazo para poder tomar la curva. ―Una vez subamos al piso, tú te ocuparás de conectar a Rocket, así sabremos la situación y Rocket podrá sellar el edificio completo mientras avisa a las autoridades correspondientes. ―Maldijo una y otra vez, ¿Por qué llevarse a la niña? ¿Por qué ir a la casa? ¿Acaso están tentando contra su amigo y su familia? ¿Tiene que ver la desaparición de Bastián con lo que está pasando? Tantas preguntas lo enloquecieron. ―Debo llegar cuanto antes. ―Aceleró un poco más.
Tristán se tiró del coche una vez lo aparcó y corrió a recepción, todo parecía estar bien, pero la recepcionista no estaba en su lugar y el portero tampoco, en otra circunstancia eso hubiera sido normal, pero no ahora que un desconocido ha entrado al edificio con su hija.
Tristán no se detuvo a averiguar la ausencia del personal, montó al elevador y al introducir la clave rogó para que esa persona no se le ocurriera cambiarla y corrió con suerte, el ascensor se puso en movimiento. Él ni siquiera se cuestionó como supo donde estaba su hija, no se preguntó cómo había corrido tan deprisa ni como hizo que el auto condujera más rápido, sus pensamientos están en acabar con quien se atrevió a tocar a su miel, a la mujer que lo crio y a su amigo.
―Miel, ¿Dónde estás? ―Corrió al interior de la casa. ―Gloria, Víctor, ¿Dónde están? ―Los buscó como loco hasta llegar a la sala de estar.
―¡Papá! ―Tristán sintió que su hija le abrazó las piernas, pero fue incapaz de moverse, su mirada fija con el responsable del susto que ha tenido lo tiene petrificado.
Vaden junto a Pandora llegaron exactamente tres minutos después que Tristán, ambos no repararon en nada, fueron directo al ascensor y con ello al piso de Tristán. Pandora vomitó un par de veces y otras amenazó con desmayarse, pero logró controlarse.
―¿Hija? ―Vaden la tomó por el brazo y la detuvo antes de que pudiera echarse a correr, todo se ve demasiado bien y silencioso.
―Debemos tener cuidado. ―Le advirtió. ―Ve a conectar a Rocket, yo recorreré la casa y de escuchar algo fuera de lo normal, sal de aquí, ¿Entendido? ―Pandora temblando de pie a cabeza y deseando ver a su hija, asintió conteniéndose, de no conectar a Rocket están en un mayor problema.
Vaden se internó al lugar en silencio, primero se desvió a la cocina, pero todo estaba tranquilo y organizado como siempre, al salir decidió ir al despacho de su amigo, pero la risa de su sobrina proviniendo de la sala de estar lo hizo cambiar de opinión y sin pensarlo mucho, corrió al lugar.
―¡Carajos! ―Susurró incrédulo al ver a su amigo sentado con su hija en brazos.
―No los encuentro. ―Pandora se acercó a su amigo, quien estaba parado en la puerta. ―¿Vaden? ―Confundida por su estado, lo echó a un lado y dio un paso al frente. ―Oh Dios. ―Inició a sollozar, al verlos a todos bien. ―Estaba tan asustada, creí que les estaba pasando algo malo. ―Vicky rápidamente se acercó a su diosa y la abrazó.
―Tranquila, todo está bien, calma. ―Besó su cabeza. ―Vamos, entren. ―Vaden pasando saliva, los siguió y se sentó junto a Gloria.
―Mami, mi abuelito fue por mí al colegio. ―Glenda miró a su madre llena de felicidad. ―Me compró un helado y me regaló esto. ―Le mostró una Tablet. ―El abuelito me ha dicho que lo siente por haberse ido de esa manera, papá y tú lo perdonarán al igual que yo, ¿Verdad? ―La seriedad de Tristán al mirar a su padre era algo acojonante, ¿Cómo se atrevió él a ir por su hija después de haber desaparecido sin dejar rastro?
Editado: 08.07.2023