Capítulo 30

Ha pasado una semana desde que Ulises aceptó la propuesta de Tristán, una semana en la que todos los científicos han sido testigos de la gran mentalidad de un Bannister. Tristán ha avanzado todo lo que ellos no pudieron avanzar en tres años, ahora pueden sacar su sangre y mantenerla viable mientras experimentan con ella.

Pandora, a pesar de que la última semana ha podido tener privacidad y Tristán la ha hecho sentir justo como cuando iniciaron, no puede dejar de sentirse triste y asustada por lo que le puedan hacer mientras ella está en la tierra.

Las cenas, los paseos, los recorridos por el planeta y las noches de pasión es la manera en la que Tristán se asegura de que su pandita jamás lo olvide, es la forma en la que él la mantiene en calma y la prepara para cuando deba marcharse sin mirar atrás.

Carola, quien ha estado en desacuerdo desde que Ulises le contó la propuesta de Tristán, no puede negar que la manera en la que el sujeto se desenvuelve en el campo de la química es impecable y admirable, lo que la hace pensar porque se dedicaba a la creación de nuevos androides y no en cosas más grandes.

―¿Puedes creerlo? ―Ulises desvió la mirada de la máquina que analiza la sangre de Tristán y miró a su compañera. ―En una semana él fue capaz de crear una fórmula que mantiene su sangre viable para poder ser estudiada. ―Negó con una pequeña sonrisa en sus labios. ―Es realmente inaudito todo lo que puede hacer sin esfuerzo.

―¿Ahora sí estás de acuerdo con la decisión que he tomado? ―La miró como el idiota que es, sonriendo y creyéndose que es el mejor del mundo.

―Solamente por la decisión. ―Le aclaró. ―Después de todo el sujeto Adán, fue quien puso las cartas en la mesa y aprovechó su oportunidad. ―La sonrisa de Ulises se borró en el acto.

―¿Estás diciendo que él me llevó a hacer lo que deseaba? ―Carola asintió con una gran sonrisa en sus labios.

―El sujeto Eva viajará hoy a la tierra y ahora mismo ambos están dando la vuelta por ahí sin ser vigilados. ―Se encogió de hombros. ―Saca tus conclusiones, colega. ―Burlándose de él, salió del laboratorio, Bastián se lo dejó claro, sus posibilidades de controlar a Tristán son nulas y aun así él se cree capaz de tenerlo en sus manos.

Pandora miró por la ventanilla del restaurante, la comida del lugar es bastante extraña, pero le ha tomado cierto cariño al sabor extravagante de todo. Tristán la admiró con una sonrisa en los labios, esa antipática es su todo y el saber que pronto estará a salvo lo deja en paz y con más posibilidades de alejarlos del peligro.

―¿Por qué me miras así? ―Se sonrojó como siempre que él la observa de esa manera tan embobada. ―Sabes que me incomodo un poco. ―Tristán mordió levemente su labio.

―Eres la antipática más hermosa que he conocido en mi vida. ―Pandora río, es un tonto. ―Eres la madre de mi hija y la mujer que me enseñó lo que realmente es amar. ―Acarició su mejilla. ―Y el saber que te sigo amando aún cuando me borran la memoria, me deja completamente seguro que te amaré a pesar de todo. ―Pandora intentó no llorar.

―No quiero dejarte aquí, quiero que vengas conmigo, podemos con ellos… ―Le imploró como otras veces. ―Podemos buscar la manera de resistir el suero y hacer uso de nuestro poder, podemos hacerlo. ―Tristán arrastró la silla y la colocó a su lado para poder abrazarla.

―Necesito que estés con nuestra hija. ―La miró a los ojos. ―Prometo que iré con ustedes, yo llegaré, no importa en qué circunstancias, quizás como un sistema de inteligencia artificial, quizás como un androide, un Cyborg o como una máquina asesina, pero te juro que, aunque te olvide, yo te recordaré. ―Pandora limpió sus lágrimas para no llamar la atención.

―Estás tramando algo, ¿Verdad? ―Tristán suspiró, ya no puede ocultarle sus planes, después de todo ella ya se irá y no podrán meterse más a su cabeza.

―La mente humana es más compleja que una artificial. ―Inició a explicarle. ―Los japoneses convierten un cerebro humano en tecnología, pero lo que ellos no saben es que la parte humana siempre prevalecerá. ―Pandora frunció el ceño. ―Mi padre encontró la manera de exterminar a la A.H.I y, por lo tanto, es posible acabar con esa organización.

―Tratarás de hablar con tu padre. ―Cayó en cuenta. ―Si lo logras, él te contará las cosas y tú podrás seguir con lo que él inició. ―Tristán asintió.

―Pero no puedo tenerte aquí y dejar a nuestra hija y nuestros amigos desprotegidos. ―Sonrió con ternura. ―Por eso necesito que vayas con ellos porque una vez yo inicie ellos buscarán lo que más me importa. ―Tras besarle los labios y disfrutar de ese contacto, se separó para mirarla a los ojos, necesita que ella se vaya sin cuestionarlo. ―Tú me ayudarás estando a salvo con nuestra familia, es la única manera en la que yo podré centrarme.

―Pero Ulises puede darse cuenta y esa mujer, ella…

―Lo puedo manejar. ―La cortó con una sonrisa. ―Me ganaré la confianza de todos ellos y cuando vea mi oportunidad destruiré a la A.H.I y toda esta organización de mierda. ―Pandora pasó saliva, él quiere arriesgarse estando solo, ¿Cómo es capaz de eso? ―Si no acabo con ellos, ustedes nunca estarán a salvo y no me lo puedo permitir.

―Pero, cielo…

―Te he contado mi plan. ―Volvió a interrumpirla. ―Necesito que cumplas tu parte y me apoyes, ¿Puedes hacerlo? ―Pandora, sin poder evitarlo se tiró a sus brazos, detesta tanto a Ulises que desearía desaparecerlo del planeta.

―¿Qué harás con Ulises cuando lo derrotes? ―Su confianza en él fue vital para la determinación que ya tenía.

―La A.H.I no es la única organización despiadada que existe. ―Sonrió con malicia. ―Si tanto quería ser como yo, lo logrará de una manera para nada humana y muy aberrante. ―Pandora se sintió feliz al escuchar eso, matarlo sería darle una salida, ese hombre debe pagar todo lo que hizo y provocó.

―Hoy me voy a la tierra. ―Suspiró reposando la cabeza en el hombro de su patán. ―¿Cómo voy a poder vivir sin extrañarte? Confío plenamente en ti. ―Aclaró. ―Pero temo que algo salga mal y no puedas escapar. ―Tristán besó la cabeza de su pandita, él mismo se ha estado cuestionando, pero no tiene más opción, debe acabar con el enemigo para asegurar el bienestar de los que ama.