Capítulo 31

Pandora se miró al espejo y recordó todo lo que había vivido desde niña y lo último que Ulises le obligó a vivir con esa realidad virtual de la que no sabe que es cierto y que es falso. Los recuerdos de la mirada de su niña, la sonrisa de su gordo y las bromas de su amigo la hicieron sonreír, Tristán confía en que ellos están bien y, por lo tanto, ella también lo estará.

―¿Feliz por volver a casa? ―Tristán la abrazó por la espalda, esa pequeña sonrisa que ha visto lo emocionó.

―Sí, pero seré más feliz cuando esté con ellos, junto a Rocket. ―Tristán alzó las cejas al ver sus ojos oscurecerse más de lo normal.

―Me prometiste algo. ―La giró para poder mirarla de frente. ―Te mantendrás tranquila con nuestra familia y esperarás mi señal para que entonces procedas. ―Pandora lo miró a los ojos por unos segundos y después lo besó para dejar el tema, lo ha pensado y no sería capaz de quedarse de brazos cruzados, ella puede ayudarlo y lo hará.

―Creo que debemos irnos. ―Intentó alejarse de él, pero Tristán se lo impidió. ―Cielo… ―Susurró por esa mirada tan severa que la tensa. ―No hagamos esto, me iré pronto y no quiero discutir, por favor… ―Le pidió cerrando los ojos para no sentirse juzgada.

―Prométeme que no harás nada, Pandora, prométemelo. ―Abriendo los ojos enfrentó esa mirada fría que tanto detesta.

―No voy a prometer algo que no cumpliré. ―Se soltó de él. ―Mi hija encontró a su padre y yo al amor de mi vida, ¿Cómo me crees capaz de dejarte solo y no intentar llevarte a casa?

―Te he dicho que tengo un plan. ―Le recordó en un gruñido. ―No podemos hacer las cosas a la ligera, la A.H.I. es la Matrix por decirlo así y es muy poderosa, no importa que seamos, ellos nos pueden acabar. ¡Nos han tenido por tres años y ni siquiera éramos consciente de ello! ―Los ojos de Pandora se cristalizaron, pero Tristán no se ablandó. ―Nos han borrado la memoria y como a nosotros a muchos, ellos nos pueden desaparecer, ¿Lo entiendes? Pueden hacernos ver como unos desconocidos incluso ante nuestra familia y amigos, ¿Quieres eso? ¿Quieres que nos aparten y nos dejen solos en el mundo sin saber que una vez lo tuvimos todo? ―Abrazándola finalmente, besó su cabeza. ―Quiero a salvo lo que más me importa en el mundo, eso me bastará para acabar con todo lo que nos amenaza. ―Pandora se aferró a él con fuerza.

―Debe haber una manera para que yo pueda ayudarte sin arruinar las cosas, ¡No soy una tonta! Tengo la capacidad para hacer lo que yo quiera y necesite.

―Lo sé. ―Sonrió. ―Sé, lo lista que eres y sé que criarte bajo las circunstancias en la que lo hiciste te hace más peligrosa para ellos y es por eso por lo que quiero que quedes fuera.

―Media hora para el lanzamiento de la nave Zelta 1. ―Pandora miró el altavoz y comprendió que ya no había tiempo.

―No me quiero ir, nuestra hija, si realmente existe, está bien, yo puedo quedarme ayudándote. ―Inició a dudar nuevamente. ―Podemos lograrlo más rápido si estamos juntos, sabes que es así. ―Lo miró a los ojos demostrando su temor.

―Pandita. ―Le tomó las mejillas entre sus manos y la miró a los ojos con ese amor que siente y vive por ella. ―Nuestra hija existe al igual que esa vida que recuerdas, si dudas, si temes, si te retractas a hacer lo que me prometiste, le estás dando la victoria a Ulises y no necesito eso. ―Ladeó la sonrisa. ―Aunque la verdad que su ego se infle más, lo hará todo más delicioso a la hora de verlo derrotado, pero no es el punto. ―Besó sus labios. ―Vamos, deseo revisar la nave mientras te preparan para el viaje. ―Pandora respiró profundamente para calmarse, él tiene razón, su familia está en algún lugar de la tierra y no puede dejarse llevar por el pensamiento de que todo es una trampa de Ulises. Confía plenamente en Tristán y él no hubiera permitido ese viaje de no estar seguro de las cosas.

Carola miró entrar a Pandora sola, eso le extrañó mucho, Tristán había estado pendiente a todo lo relacionado con el viaje y más cuando se trataba de ella. Pandora sabia justamente lo que la mujer pensaba, pero rápidamente dejó de estudiarla, se le hace una falta de respeto estudiar a las personas.

―Hola Eva. ―Pandora frunció el cejo, odia que la llamen por el nombre del experimento. ―Vale, ya lo he entendido. ―Se disculpó la mujer. ―Vamos Pandora, a la cápsula, necesitamos saber que todo está bien contigo. ―Pandora sin decir palabra subió a la cápsula de escaneo.

―¿Cómo puedes soportar a Ulises? ―La pregunta le extrañó, pero aun así sonrió para no molestarse al pensar en ese incapaz y prepotente hombre.

―Tengo qué. ―Suspiró. ―Es mi compañero y debemos hacer posible un excelente equipo. ―Pandora evitó sonreír, Ulises crea un odio en cualquier persona que trate con él.

―¿Sabes que traicionó a su propia hermana para capturarnos? ―Carola la miró y asintió, sabe todo lo sucio que hizo Ulises para que los de la A.H.I. lo tomaran en cuenta.

―No es el más ético, ni el más leal, pero es bueno en lo que hace. ―Se encogió de hombros.

―Vaya, has de tener mucho que perder para aguantarlo tres años y aun así alabarlo. ―Carola tensó la mandíbula. ―Protegeré a tu hijo una vez lo rescate de la Matrix, lo prometo. ―Carola se alejó rápidamente de Pandora para que no la viera llorar. ―No tienes que esconderte, si mi hija existe, yo también he llorado mucho por ella y fui capaz de soportar cada prueba que me puso la vida… o más bien la corporación. ―Carola la miró desde atrás. ―Eres una madre soltera y eso no te permitió aceptar participar en este experimento, pero eres la única química que asemeja a mi madre y ellos te dieron un ultimátum, uno del que no te podías librar, ¿Me equivoco?

―No tienes permitido estudiar a los científicos. ―Trató de poner voz seria y menos quebrada. ―Estás rompiendo la regla, Eva. ―Pandora sonrió.

―Ambas sabemos que por nuestros hijos estamos dispuestas a hacerlo todo. ―La miró en cuanto la mujer se colocó frente a ella. ―No pierdas la oportunidad de liberarte y vivir feliz con tu hijo. ―Carola no lo entendió y Pandora no se lo explicó, quedará de parte de ella unirse a Tristán en cuanto él le dé la oportunidad de hacerlo.