Ciencia, Amor y Otras Genéticas

Capítulo 33

―Protocolo activado con la palabra “papá” con la voz de Tristán Bannister. ―Tristán dejó de intentar tomar el control de Bastián y miró la pantalla descolocado. ―Si no logro controlar el sistema, toda la información te será transferida y los archivos eliminados del programa. ―Tristán dio dos pasos atrás. ―Intentando retomar controles del sistema, uno por ciento… ―El corazón de Tristán no dejó de marchar con rapidez, el zumbido en sus oídos le hizo experimentar una sordera parcial.

―Papá. ―Cayó sentado a la silla en cuanto vio el rostro de su padre en la pantalla. ―¿Cómo es posible? ―Bastián sonrió al ver a su hijo tan consternado.

―Con la ciencia todo es posible, siempre te lo dije. ―Tristán pasó ambas manos por su cara y parpadeó un par de veces para estar seguro de lo que veía y cuando lo estuvo, negó sin poder creerlo.

―¿Cómo lo lograste? ¿Cómo es posible que estés ahí a pesar de ser controlado por la A.H.I.? ―Bastián agrandó su sonrisa.

―Ellos creyeron que me habían vencido, pero mi último plan era que me incorporaran como un programa más en sus archivos.

―Te dieron el acceso total a todo su sistema. ―Bastián asintió.

―La investigación que había estado llevando a cabo desde que decidí que no quería perderte, quince años atrás, se ha completado los últimos cinco años. ―Varios archivos iniciaron a salir en la pantalla. ―Sabía que vendrías a mí en busca de lo que necesitabas, toda la información te será transmitida en 3… 2… 1… ―Tristán gruñó por el dolor de cabeza, a pesar de que las cosas pasan rápido ante sus ojos, él es totalmente capaz de leer cada línea y entender cada tema. ―Tienes todo lo que necesitas de la A.H.I. y, por tanto, podrás terminar lo que yo inicié. ―Tristán miró las imágenes en la pantalla. ―Cuentan con exactamente cinco bases alrededor del mundo, las mismas están ubicadas en Rusia, Moscú. Inglaterra, London. España, Barcelona. Alemania, Múnich. Panamá, Ciudad de Panamá, siendo esta última la base madre. Ser un país pequeño y mayormente ignorado por todos, lo hizo perfecto. ―Tristán no lo podía creer, tenían la base madre justo frente a las narices.

―¿Por qué no me dijiste nada de esto? ―Le preguntó dolido. ―Yo hubiera podido ayudarte y ahora no estarías muerto.

―Quería que fueras feliz junto a Pandora y tu hija. ―Tristán se sintió furioso por perderlo. ―Este es mi precio por todo el daño que les hice a tu madre, a Pandora, a ti y a mi nieta, ya no hay marcha atrás. ―Le recordó. ―No tenemos tiempo y debo explicarte cómo proceder con la información que te he facilitado. ―Tristán dejó sus deseos por reclamarle de lado y se centró en lo que su padre le dice. ―Hay una nave en la ciudad vecina, cuando construí el planeta, le coloqué un sistema de autodestrucción que no podrá desactivarse una vez inicie el conteo. La nave puede ser abordada por más de cien personas y sus coordenadas ya están especificadas, por lo que debes acabar con todas las bases de la A.H.I. antes de abandonar el planeta. ―Tristán se maldijo, le borró la memoria a quien podía ayudarlo. 

―Conseguí que sacaran a Pandora de aquí, pero borré ciertas cosas de sus recuerdos y entre ella todo lo referente a la organización, no puedo contar con ella. ―Bastián no se preocupó.

―Tienes una hija, ella podrá ayudarte junto a Rocket. ―El gesto de su hijo le dejo en claro lo que pensaba, pero no había alternativa. ―Yo estaba solo, hijo, es por eso que no pude destruir la Matrix, me vi obligado a hacer que Ulises me atrapara para que me convirtieran en esto, lo hice porque sabía que tú continuarías con lo que yo inicié, confié en que tú lo lograrías porque tienes a otros que sin dudarlo te ayudarán. ―Tristán cerró los ojos por un momento, es justo lo que deseaba, que su padre lo ayudara, pero verlo convertido en un programa le duele más de lo que se imaginó.

―¿Qué pasará contigo después? ―Decidió hacer la pregunta que seguramente lo destruirá por su respuesta.

―Dejaré de existir en cuanto terminemos aquí y no. ―Lo cortó. ―No hay posibilidades de permanecer siendo un programa, de ser así, la A.H.I. podría utilizarme para defenderse contra ti. Soy el único que conoce con exactitud el proyecto Edén. ―Tristán se puso en pie, no es momento de lamentarse las cosas.

―Bien, para iniciar debemos acabar con las bases que están en la tierra, desde Panamá. ―Asintió. ―Para lograrlo alguien más debe ayudarme, por lo tanto, debo enviarle una señal a Rocket sin que los directivos ni Ulises se den cuenta. Eso no será fácil. ―Aceptó. ―Una vez que las bases sean destruidas, debo hacer explotar el planeta y salir de aquí con todos los humanos que han estado en contra de la A.H.I. desde sus inicios, en conclusión, los que están aquí en contra de su voluntad, pero ¿Qué pasará con el resto? —Lo miró. 

―Eso no importa, no son seres orgánicos, no puedes salvarlos a todos. —Se lo dejó claro, conoce el corazón de su hijo. —Además, no puedes olvidar que tienen solamente una semana para lograrlo. ―Tristán mordió sus labios. ―Sí, puedes usar la droga que has creado para tener un poco más de libertad.

―Pero los directivos no me lo dejarán fácil, quizás aquí no haya problemas para comunicarme con Rocket, ¿Pero qué sucede si se me escapa una señal?

―Una de tus características es que te puedes sincronizar y volverte parte de un computador. ―Tristán alzó las cejas atónito. ―Hijo, eres capaz de hacer grandes cosas, solamente deja de limitarte. ―Le mostró un archivo. ―Puedes conectarte a la central para bloquear cualquier señal y poder enviarle la información a Rocket sin que los directivos se percaten. 

―Si lo hago justo aquí, tendremos exactamente una semana, ¿Cierto?

―Ni un minuto más, ¿Estás listo para acabar con la organización que tanto daño ha hecho a la humanidad? ―Tristán lo miró fijamente.

―Tan listo que no veo el momento de verlo todo destruido y al maldito de Ulises, siendo utilizado como prueba de cualquier invento que se haga.




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