Siete meses después. Ciudad de Panamá, Costa del Este, mansión Miel.
Tristán decidió mudarse de su piso en Punta pacífica para tener un hogar más de acuerdo con su situación. Tener una hija de diez años y que otro venga en camino lo hizo reconsiderar las cosas. Sus sueños fue siempre tener una familia y vivir en una casa que le brindara muchos momentos felices y es lo que hizo.
Desde el día que se comprometió con su pandita todo ha ido de maravilla, la felicidad en su hogar no hace falta y las locuras de sus amigos son cosas que están presentes todos los días. Tiene a una mujer maravillosa, una hija excepcional y una vida de envidia para cualquier otro.
Pandora esta vez despertó antes que su futuro esposo, al verlo profundamente dormido sonrió, ahora entiende por qué él dice que es satisfactoria verla dormir a ella.
―Gracias a Dios, estoy a punto de dar a luz. ―Susurró acariciando su barba. ―De lo contrario te mataría de tanto necesitarte dentro de mí. ―Besó sus labios.
―Eso no me molesta en lo absoluto. ―Al escucharlo rio, sin poder evitarlo, fue una ilusa al creer que estaba profundamente dormido. ―Es lo que más me encanta de este embarazo. ―Abrió los ojos para poder mirar a su preciosa mujer. ―Cuando nuestro hijo tenga un año, te volveré a embarazar. ―Pandora lo soltó de inmediato.
―Estás loco. ―Negó. ―No todos los embarazos son iguales y quiero dejar de tener bebés después de este. ―Tristán se sentó en el acto.
―Quiero un hijo más, solo eso. ―Pandora se paró de la cama, no piensa tener esa discusión cuando su vientre pesa, su vejiga está siendo presionada y sus pechos están el triple de su tamaño original.
―¿Puedo entrar? ―Glenda preguntó desde la puerta, ya sabe que no debe irrumpir en la habitación de sus padres sin pedir permiso, ella odia cuando hacen eso en la suya.
―Claro que sí, miel. ―Tristán ladeó la sonrisa cuando su mujer lo miró con advertencia. ―Necesitamos una opinión. ―Pandora lo señalo abriendo los ojos a tope.
―Ni se te ocurra. ―Tiró del albornoz que estaba en la cama. ―No le vas a tocar el tema a la niña. ―Glenda entró y sin mirar a nadie, se tiró a la cama boca arriba.
―El tío Vaden te está buscando vivo o muerto. ―Miró a su mano derecha para poder ver a su padre. ―Y Stella te busca a ti, está como poseída. ―Ahora miró a su madre del lado derecho de la cama. ―¿Realmente se escaparon para venir a casa? ―Tristán sonrió, él convenció a su mujer de escaparse y pasar la noche antes de la boda juntos.
―Sin duda tu padre no es una buena influencia para mí.
―¿Qué? ―Tristán la miró con fingida inocencia. ―Solamente quería mimar a mi mujer embarazada. ―Agrandó la sonrisa. ―Y hablando de embarazos, ¿Puedes creer que tu madre no quiere darte otro hermano? ―Glenda se sentó en la cama y miró a su madre.
―¿En serio? Creí que disfrutaban hacer humanos. ―Todos miraron la pantalla, si bien no le dieron un cuerpo a Rocket, si le dieron una imagen a la semejanza y arrogancia de él mismo. Piel blanca, cabello negro, ojos grises, nariz perfilada y grande, barbilla diamante, labios medianos y cejas pobladas.
―No voy a tener otro bebé. ―Los miró con seriedad. ―Y no está en discusión. ―Miró esta vez a su hija. ―Díganle a Stella que no tardaré en bajar. ―Se metió al baño, ya la pis se le está saliendo.
―Creo que perdimos esta vez. ―Glenda se encogió de hombros, realmente desea muchos hermanos. ―Ahora hay que poner las esperanzas en el tío Vaden y en Stella. ―Tristán carcajeó.
―Miel, creo que más esperanzas tenemos con tu madre. ―Besó la cabeza de su hija. ―Ve a decirles que no tardamos. Rocket, ve con ella. ―Glenda salió de la habitación para dejar a sus padres a solas.
Tristán entró al baño y su corazón se aceleró cuando vio a su mujer desnuda bajo el chorro de agua. Es realmente preciosa y única, su enorme vientre le da un toque especial, ¿Cómo no desear embarazarla nuevamente? Su pandita le da una felicidad tan única que siempre quiere más de eso.
―Creo que no ha sido buena idea hacer la boda y el baby shower en la misma fiesta. ―Pandora escurrió el agua de su cara para mirarlo. ―Nena, temo que te sobrecargues. ―Pandora tiró de él para que la acompañara.
―Vicky se ha encargado de todo, yo solamente debo disfrutar y ya está. ―Besó su pecho.
―Tienes que irte para prepararte para la boda. ―La miró a los ojos. ―Eso ya será estresante para ti, después debemos casarnos, posteriormente viene la fiesta y tendremos que estar pendiente a los invitados, ya eso es muy pesado, más tarde viene los juegos del baby shower y conociéndote querrás ayudar en todo. ―Pandora sonrió enternecida.
―¿Te has informado de cada cosa que se hará?
―Estoy muy nervioso. ―Confesó. ―No estuve ahí para el nacimiento de nuestra hija. ―Cerró los ojos por unos segundos para después bajar la mirada al vientre abultado. ―Perdimos a nuestro segundo hijo. ―Pandora pasó saliva, todavía no puede superar eso. Cuando recuperó la memoria fue lo que más le dolió recordar. ―Así que… estoy aterrado por todo.
―Oye… ―Lo obligó a mirarla. ―Todo saldrá bien, ya lo verás. ―Lo tranquilizó. ―No pienses en nada más, hoy nos casaremos y eso es lo que debe estar en tu cabeza, ¿De acuerdo? Quiero que disfrutes con los chicos, pero no vayas a llegar tarde a nuestra boda o te la verás conmigo. ―Tristán finalmente se relajó.
―Jamás haría tal cosa, mira que me escapé de mi despedida de solteros para raptarte. ―La carcajada de Pandora fue interrumpida por un jadeo. ―Así que me tendrás puntual. ―Sin más la besó, necesita a su mujer y la tendrá.
Gritos, personas caminando o corriendo de un lado al otro, estrés por los retrasos y ansiedad por donde se mire. La preparación de las chicas se ha visto interrumpida y atrasada cada cierto tiempo por los preparativos de la fiesta. La mansión está de locos y Vicky a punto de perder la cabeza o hacer que otro lo haga.
―Deberías tranquilizarte. ―Le pidió Stella. ―Todo saldrá bien. ―Le aseguró.
Editado: 08.07.2023