Científicos, Hechiceros y Astronautas.

Científico – Galileo y los Secretos de la Telequinesis en Italia 4.

Las estrellas y la luna del cielo nocturno avanzaban al ritmo del tiempo, casi como si acompañaran a un joven con la piel al aire en su recorrido. Para aquella persona era muy extraño lo que sentía en su cerebro, por un lado, recibía un torrente de información “rara” y por el otro sentía que tenía muchos huecos en su memoria < ¿Quién soy? > se cuestionaba <Hablo italiano, tengo una Habilidad Estrella, pero el hogar de los Nebula Trails está en Argentina, no en Europa> era como si conociera todo sobre el mundo que lo rodeaba pero nada sobre su mundo interior.

     Las calles se encontraban muy oscuras, había muy pocas farolas que iluminaran y la luz del cielo no ayudaba demasiado. Para su suerte sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad y parecía conocer los caminos y orientarse perfectamente en este lugar <Solo siento que pase de no estar a estar> pensaba mientras caminaba sin preocupaciones y se observaba la mano, sus ojos bajaron a un brazo y luego a su pecho.

     Podía sentir el frio de la noche impactar contra su piel aunque eso no le producía nada, llevó su mano al centro del pecho para sentir lo real que era su piel, su ser. Seguido la movió un poco para sentir uno de sus pectorales, no estaba muy marcado pero al apretar con algo de fuerza su cerebro percibía la sensación

     –Primero siento y luego existo –se dijo a sí mismo. Bajó su mano al abdomen para poder sentirlo también, se había puesto más fría y contrastaba con su tez cálida, luego siguió bajando hasta su entrepierna. Tenía el concepto de humano, de vida y sentía que encajaba perfectamente con eso.

     Las hileras de árboles a ambos costados comenzaron a desaparecer para abrirle paso a una zona hecha de cemento y metal, era un largo espacio rectangular donde la luz abundaba mucho más. El joven de pelo rojo volteó su cabeza en esa dirección atraído por la luminiscencia como si fuera un insecto y decidió acercarse.

     Buscando dentro de su cerebro encontró información al respecto, todos los negocios ubicados en fila y cerrados tenían la misma función –Florerías, claro, hay un cementerio cerca. Buena decisión de negocios.

     Lo único que tenía en mente ahora es que quería adentrarse más en la ciudad, en el silencio penumbral logró sentir como su cuerpo hacia sonidos, los relaciono con que tenía hambre y su cerebro volvió a darle una respuesta –Debería haber una máquina expendedora de comida no muy lejos de aquí.

     Antes de retomar su camino hacia ese lugar lo distrajo algo, giró su cabeza al origen del nuevo sonido y se encontró una criatura fascinante y majestuosa. Así como él se acercó a la luz fuera de las florerías un gato salió de entre los locales para hacerlo también, específicamente apareció del techo y con un elegante salto bajó al suelo para caminar con elegancia. Soltó otro maullido, parecía algo agitado.

     Aquella persona se llevó las manos a la boca –Hermoso –no sabía porque pero entre el torrente de información que recibía destacaba una fascinación hacia estos animales felinos. El gato siguió acercándose más y más poniendo nerviosa a la persona y con una confianza algo inusual incluso se frotó en su pierna desnuda –Que lindo –fue lento con sus movimientos cuando decidió agacharse y acariciarlo también – ¿Qué estás haciendo por aquí pequeño?

     Más temprano que tarde él recibió una respuesta, de entre los negocios escuchó otro sonido mucho más fuerte. Se trataba de un perro ladrando con furia que se asomaba de entre las sombras, la piel del gato se erizo molestó y soltó un sonido más parecido a una aspiradora que un maullido mostrando sus dientes afilados.

     –Tranquilo, no hace falta que hagas esto –intentó decirle al can pero no obtuvo respuesta, seguía ladrando con su vista fija en un objetivo.

     Pasaron los segundos y el animal no lo aguantó más, salió corriendo a máxima velocidad hacia la presa que se ocultaba entre las piernas del muchacho de pelo rojo – ¡No! –exclamó imaginándose lo inevitable, algo que quería evitar.

     Entonces, sin que se diera cuenta sus ojos marrones volvieron a cambiar a un torbellino de colores: verde, azul y morado. Asistido por el procesamiento de cálculo casi instantáneo de la red sináptica a la que estaba conectado su subconsciente realizó los cálculos necesarios, su Habilidad Estrella derivada de la telequinesis le permitió manipular a nivel subatómico los campos electromagnéticos de las partículas, modulando su intensidad y dirección pudo crear una estructura de fuerza que repelió al depredador salvaje.

     Una pared de cristal de los mismos colores que sus ojos se había formado repentinamente, el perro impactó contra ella liberando un sonido seco y cayó inconsciente al suelo. Pero el gato no sabía que esto iba a ocurrir y como no había logrado obtener la protección de aquel humano decidió correr por su vida para escapar de la amenaza.

    

     Era bastante tarde por la noche cuando una pareja regresaba en su auto, ambos habían estado tomando en el bar del pueblo, así que en realidad ninguno estaba apto para conducir. Pero eso no los iba a detener para poder llegar a su casa, solo tenían que tomar una calle que no estuviera muy transitada.

     Estaban acercándose al cementerio Laurentino, específicamente pasando por los negocios de flores cuando fue que lo vieron. La mujer en el asiento del copiloto fue la primera en percatarse y llamar la atención de su marido, este desvió la mirada del frente para un costado –Cariño, mira. Hay alguien desnudo en medio de la noche.

     El hombre lo observó y al verlo se molestó –Que enfermo asqueroso – aunque rápidamente su atención se desvió del trasero de aquella persona al observar la barrera de energía tricolor que liberaba una luz hipnótica – ¿Qué mierda?

    

     Girando su cabeza para la espalda el humano artificial notó como el gatito salía corriendo hacia la calle, seguramente buscando refugio en la cima de los árboles que había del otro lado. Sin embargo, entre el miedo del animal y la distracción del hombre ninguno de los dos se percató de lo otro.




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