Científicos, Hechiceros y Astronautas.

Científico – Galileo y los Secretos de la Telequinesis en Italia 6.

Un dolor palpitante golpeaba el interior del cráneo de Alonzo provocando que durmiera incomodo toda la noche, a eso había que sumarle lo apretado que su cuerpo estaba dentro de la ducha por lo que tenía dolores en varias partes a la vez.  A pesar de todo eso lo que realmente hizo que él se despertara fue el sonido de llamada y vibración del celular a su lado, específicamente estaba sobre la tapa cerrada del inodoro y al vibrar aumentaba su nivel de molestia.

     Soltando pequeños e incomprensibles sonidos de queja de su boca el panadero abrió los ojos, el sonido de su celular solo aumentaba más el palpitar de su cabeza lo que lo ponía más de mal humor. Aun así, esta furia se esfumó rápidamente cuando vio en la pantalla del celular que quien llamaba era su madre –Hola –contestó al temeroso del que dirían sus padres.

     Diferente a lo que esperaba un suspiro de tranquilidad se escuchó del otro lado –Por fin despertaste Alonzo, ya me preocupaba.

     –Lo siento –fue una palabra que salió en modo automático de su boca al escuchar eso último.

     – ¿Por qué cerraste tu puerta con seguro? Toque varias veces para despertarte y solo te escuchaba roncar así que tu padre y yo nos adelantamos a la panadería.

     –Está bien –se limitó a decir.

     Rápidamente la calma del otro lado de la llamada volvió a concentrar preocupación –No me respondiste la pregunta ¿te quedaste hasta tarde tomando en el bar acaso? Ya te dije que no me gusta que hagas eso.

     Le dolía la cabeza y su madre ya estaba molestando desde muy temprano, normalmente solo hubiera aceptado de forma sumisa y respondido de manera predeterminada con lo que sabía que su madre querría escuchar. Solo que eso no fue lo que hizo en esta ocasión, entre la jaqueca de su mente se filtró el recuerdo de anoche de aquel chico con tanta confianza en sí mismo y poca preocupación de la opinión ajena como para andar de noche desnudo si es lo que quería.

     Inspirado en eso la respuesta que dio se alejó de su rutina –Bueno mamá, tranquila ¿Qué te pasa? Te escucho muy alterada.

     Su madre dejó salir otro soplido y dio una respuesta que Alonzo no esperaba obtener –Lo siento, es solo que me preocupo mucho. Esta mañana cuando desperté vi todos los mensajes en el grupo de WhatsApp de la ciudad, hablaban de la aparición de gente desnuda con raros poderes y cosas así.

     –Entiendo esa preocupación, pero estuve toda la noche en casa, no salí a beber y a la mañana pudiste confirmar que estaba en casa. Relájate, me preparare e iré a la panadería.

     –Ese es mi niño, te estarán esperando unas facturas calientes.

     Alonzo cortó la llamada y su celular pasó a mostrar la pantalla de bloqueo, en esta él pudo ver la hora “09:40” –Sí que me desperté muy tarde ¿Cuánto bebí anoche? –tal vez su cuerpo se hubiera acostumbrado, casi, a la extraña posición en que dormía. Pero al moverse para intentar levantarse las partes peor acomodadas gritaron de dolor y lo hicieron temblar un momento.

     Después de que logró ponerse de pie tomó la sabana y almohada que usó para dormir y arrastró los pies hasta su cuarto, al notar un inquilino en su cama se llevó la mano libre al rostro –Todo lo de anoche no fue un sueño, fue real –se lamentó –¿Qué se supone que haga ahora? ¿Lo hecho de la casa? –al principio estaba convencido de eso hasta que se percató de otro detalle.

     El joven de cabello rojo del laboratorio de Auroa dormía muy plácidamente en su propia cama, estaba roncando y tenía la boca abierta. Además de eso la sabana de la cama estaba tirada en diferentes lugares demostrando que se movió demasiado cuando dormía, una pierna y parte de su cintura estaban expuestas, recordando de esa forma que su invitado estaba desnudo y no había traído ropa.

     –Aun así –se quedó viéndolo dormir un rato más –Estando despeinado y todo, no es feo –rápidamente se tapó la boca y recordó las revistas de chicas desnudas que su papá escondía –Recuerda eso, recuerda eso –se repitió acercándose al chico para colocarle la mano en un hombro y sacudirlo suavemente mientras repetía –Oye, despierta ya.

     Luego de unos intentos logró conseguir que su invitado abriera los ojos –Ouh ¿Buenos días? ¿Qué tal dormiste?

     –Horrible.

     –Genial, yo muy bien –tenía una gran e ingenua sonrisa.

     –Mira… –se puso más incómodo –Tengo que ordenar mi cuarto y prepararme para ir a trabajar así que tendré que pedirte que te vayas.

     –Ouh, está bien –se levantó de la cama y reveló otra vez su desnudes, su linda desnudes.

     El chico de muchas pecas y despeinado cabello se puso muy colorado de golpe, casi del mismo color que el pelo de su invitado –Oye, espera, espera ¿Qué vas a hacer ahora?

     –Realmente no lo tengo claro, lo veré sobre la marcha.

     Alonzo no podía dejar de verle el pene – ¿Y vas a irte así nada más? Una cosa es en plena noche donde no hay nadie pero ya es de mañana.

     Su invitado levantó la cabeza al techo, como si obtuviera información de algún lado –Es verdad, la ropa es molesta pero de día si o si tendría que usarla. Según las leyes de este país puedo ir preso por exhibicionismo.

     –Eso pasa en todos los países del mundo, pero está bien. Creo que tengo algo de ropa vieja, puedo dártela en vez de tirarla.

     Una linda sonrisa apareció en el rostro de su invitado –Eso es muy generoso de tu parte, me obligas a deberte otro favor. Qué raro… mi memoria no tiene mucha información sobre gente buena –revisando en la información de gente “buena” que su cerebro obtenía encontraba muy pocas en comparación a la gente “mala” pero entre ellos destacaban tres personas: alguien rubio y con rulos, una persona morena y otro con un peculiar cabello negro y blanco. Cuando terminó de hablar su estomagó gruño.

     Alonzo no sabría explicar porque pero hizo algo sin pensarlo –Iba a ir a desayunar con mis padres pero si tienes hambre puedes desayunar aquí, yo lo hare también –no sabía porque lo hacía, tal vez solo para seguirle llevando la contraria a sus padres y prefirió aferrarse a esa opción antes de pensar en otras cosas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.