Científicos, Hechiceros y Astronautas.

Astronautas – Incidente con la Irregularidad 889 4.

Irregularidad 893 – Acceso de clase A:

Se le asignó al Departamento de Investigación de Irregularidades Espaciales el análisis de la Irregularidad 893. Se trata de la cuarta de las cuatro gemas presentes en la Irregularidad 889. Denominada como Petrifilia.

Se trata de una gema cuyos colores son una combinación de tonos verde esmeralda y rojos. Distintas pruebas han revelado que presenta la capacidad de almacenar información biológica y artificial.

Otros análisis indicaron la presencia de microorganismos fosilizados en su interior, se cree que este objeto pudo ser el hogar de seres celulares antes de la catástrofe por la que pasó el planeta.

Se la ha encontrado en las profundidades de cañones, específicamente donde antes hubo lechos de ríos (actualmente secos). Es una de las propiedades marcianas más misteriosas y de la que menos información se pudo extraer, las pruebas continuaran.

 

Aquel padre ya se conocía de memoria cada rincón del cuarto de hospital, su mente poco a poco olvidaba como era su casa y tomaba este lugar como su nuevo hogar. Como todas las noches al salir del trabajo había venido hasta aquí, solo que esta vez traía consigo un maletín nuevo.

     El investigador Alejandro Rojas fue a la puerta para cerrarla despacio y colocarle el seguro para que nadie entrara, la habitación del hospital se encontraba poco iluminada ya que la luz principal estaba apagada; en su lugar permanecía una lámpara mucho más pequeña sobre una mesa de noche en una esquina del lugar.

     –Tengo algo amorcito –comentó el hombre dándose media vuelta para acercarse a la cama de hospital, su apariencia desarreglada generaba un aire opuesto al que pretendía dar: barbar larga y descuidada, figura encorvada, cabello grasoso y despeinado, y sobre todo las grandes bolsas grises debajo de sus ojos que parecían piel muerta ya.

     Una vez al lado del cuerpo inmóvil de su hija ella le observó con los ojos, el padre colocó el portafolio sobre una silla y pasó su pulgar sobre el escáner de huella dactilar para abrirlo. Un aire de otro planeta salió del interior a la par que se revelaban unos extraños objetos –Esto puede ser la solución a todos nuestros problemas –indicó levantando en alto el objeto para que pudiera verlo.

     Se trataba de un brazalete de un extraño metal desconocido color gris, pero lo que más resaltaba eran las cuatro peculiares gemas que tenía incrustado –Solo serán unos pocos días, hay que darle la oportunidad de curarte –se dirigió al brazo derecho de Magali mientras esta observaba inmutable toda la escena. La destapó de las sábanas de la cama y la levantó.

     –Tranquila, no dolerá –dijo colocándole el dispositivo marciano alrededor. Una vez con eso hecho volvió a dejar el brazo en su lugar y se pudo ver como la Irregularidad se ajustaba perfectamente al brazo de su nuevo huésped, las gemas brillaron con una mayor intensidad, como si le indicara al usuario que quería ser tocado.

     El investigador volvió a voltearse para sacar también el arete con una gema y colocárselo en la oreja a su hija –Perfecto –comentó orgulloso con los brazos como jarras. Su pecho se llenó de orgullo ante la gran idea que había tenido –Ahora solo hay que dejarlo trabajar –cerró el maletín para sentarse en una silla.

     Las horas pasaron y el hecho de ser de noche sumado a que no tenía nada para hacer dio como resultado que el padre terminara quedándose dormido en la silla, con una mala postura para su cuello. Si hubiera permanecido durmiendo así toda la noche sin duda le dolería gran parte del cuerpo cuando despertara por la mañana, solo que se terminó despertando mucho antes de lo esperado.

     Unos extraños sonidos guturales acompañados de respiraciones aceleradas hicieron que Alejandro se despertara en medio de la noche, aun con un pie en el reino de los sueños lo primero que hizo fue sacar su celular y comprobar la hora “04:23 AM” le había colocado la Irregularidad a su hija aproximadamente a las 10:00 PM –Solo pasaron unas seis horas –hizo el cálculo en su cabeza sin mucho esfuerzo y se tambaleó para volver a dormirse.

     Antes de que pudiera conseguirlo otra vez escuchó los extraños ruidos ahogados y fue entonces que recordó la razón por la que se había despertado en un primer lugar, lo escuchó por una tercera vez la cual le sacó todo el sueño e hizo que se levantara agitado de la silla. La razón de esto es que esos sonidos venían del costado donde estaba la cama de su hija.

     Sin perder tiempo se apresuró a prender la pequeña lámpara en la mesa de noche y corrió hacia su hija –Magui, Magui ¿Estás bien? ¿Qué sucede? –fue cuando lo notó. Yendo en contra de las palabras de los médicos y los análisis, los dedos de la mano donde tenía el brazalete se movían de forma desincronizada, similar a un bebe descubriendo de lo que es capaz de hacer con su cuerpo.

     Pero los sonidos venían de su boca, su lengua se movía y respiraba algo agitada intentando sacar las palabras que tenía atoradas hace bastantes días. Los ojos del investigador se volvieron cristalinos –Dime…

     –E…él ¿qu…qué l l le pa…sho?

     La inmensa alegría que el padre sentía desbordar de su interior se infectó de confusión – ¿Quién? ¿Te refieres al chico con el que estabas en el incidente? –su hija, con los ojos clavados en él, asintió ligeramente con la cabeza –Ay amor, lo siento muchísimo. Ese chico murió protegiéndote.

     A diferencia de las palabras ella sí pudo expresar perfectamente los lamentos acompañados de las lágrimas cayendo de sus ojos, Alejandro se limitó a tomar su mano y darle palabras de aliento y sin darse cuenta se había vuelto a quedar dormido.

     Por la mañana su celular había comenzado a vibrar en el bolsillo, era la alarma que había colocado para despertarse y le avisaba que ya eran las 06:00 AM y debía prepararse para ir al trabajo. Sin problemas el investigador la sintió y apagó, observó otra vez a su hija y al igual que él se había quedado dormida en algún momento de la noche. Las lágrimas de su rostro ya se habían marchado aunque dejaron testimonios en su ropa de hospital y sabanas húmedas.




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