—No puede ser... ¿cómo puede ser esto posible? — tartamudeo de la impotencia, debí sospecharlo antes, debí haber distinguido su actitud, sus serias respuestas, estaba tan claro y no me di cuenta. No, puede que no lo supiera, tal vez y solo tal vez no quise hacerlo, no quería involucrarlo a él...
Sonidos de sus pasos están cerca de mí, colocándose a mi espalda para sujetarme de los hombros, con una de sus manos toma de mi mentón para que sus claros ojos estén en sincronía con mi cara, luego escucho su tranquila y grave voz — Aquí estoy Marinep— da una pequeña sonrisa. —No te haré daño, bueno solo con una condición ¿qué dices? —
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Este mundo en el que vivo se divide en 6 territorios, conformado por: la helada Antirda, el soleado Ocania, el lluvioso Irop, el desértico Afriz, el primaveral Esia y el tropical Amira. Cada uno de esas tierras con un gobernante, cada gobernante con el poder de dominar a un representante denominado líder, y este líder posee el poder del territorio.
Muchas guerras se han efectuado para el dominio de todos los poderes territoriales para levantarse como el más poderoso entre todos, es por ello, que los representantes de los poderes llegaron a una clase de acuerdo con sus gobernantes para que en futuras generaciones ellos no dieran a conocer a los portadores de tales atribuciones, con lo cual evitarían la muerte prematura del líder, pérdida de poder y guerra para su territorio, algunos aún reacios aceptaron a ello. Aunque la mayoría estuvo de acuerdo, el territorio de Amira tuvo una discusión interna que ocasionó que esta se dividiera en dos, denominados el norte y el sur, trayendo consigo conflictos internos bastante peligrosos.
Muchos años de paz se originó, pero ninguna paz es duradera en el tiempo, por lo que, mucho antes de los acontecimientos presentes, los gobernantes hambrientos de poder crearon una escuela en la que cualquiera que aplicara podría entrar, la única condición era que debía estar equilibrado con jóvenes de cada uno de los territorios por igual, originando disputas menores por encontrar maneras de conseguir a los representantes del poderío y entregarlos a su gobierno, claro que sin resultados satisfactorios.
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Ya en el presente, en las noticias de hoy en día llaman a tener cuidado al salir a la calle; varios heridos se encontraron en Afriz después de un ataque en sus calles, en Amira Sur sucedió lo mismo solo que en esta una mujer falleció luego de unas crueles batallas en reclamo de que habían sido enviados por el líder del lugar. Es posible expresar con lo visto en las noticias que las estupideces del ser humano de estar por encima de otro ser humano han llegado a niveles críticos de entendimiento… quizás si…
— ¡Oye! Tierra llamando a Marinep ¿Dónde estás ahora?— llega a mis oídos la voz de un hombre y al mirar a mi lado es mi amigo Esteban.
— ¿Oh? Esteban ¿Ya regresaste del baño? — Pregunto esperando que no se enfade por perderme en mis pensamientos y dejar a un lado el trabajo en pareja designado.
—Es bueno que tu mente haya vuelto al lugar donde pertenece— un tono de burla domina en su voz. —Pero te pido que te concentres, no quiero reprobar.
—Si… si— digo vacilante mientras observo por la ventana a un pequeño tumulto de estudiantes — ¿Y eso?
—Mmmm… ya sabes, quizás ya encontraron a quien molestar
Su voz tenía un tono juguetón haciendo juego con sus burlones ojos azules que no dejaban de observar a los chicos agrediendo entre ellos. No es como si fuera algo extraño, la búsqueda por encontrar a los representantes de los distintos territorios se ha vuelto ridícula. La cantidad de personas inocentes y sin poder alguno son lastimadas en el proceso.
—Esteban.
— ¿Qué quieres? — Me responde ahora sin levantar la vista de la hoja de estudio frente a él luego de que la pelea de abajo fuera detenida por los vigilantes del instituto.
— ¿Por qué las personas intentan estar sobre otros? ¿Qué ganan con eso? — Inquiero.
— ¿Eso es una pregunta planteada en este cuestionario de historia? — primero me mira dudoso a la par que busca la pregunta en la hoja.
— ¡No! — Mi alto tono de voz llama la atención de mis compañeros de clases y la reprimenda de la profesora. —Tsk… solo es una pregunta personal—
—Tal vez solo quieren demostrar que pueden marcar un pequeño poderío al igual que lo hacen los animales, o quizás al tenerlos bajo su control les hará sentir un mayor alcance de gobierno— su voz se vuelve seria y fría mientras habla al punto de sentir escalofríos. —Pero no pienses en eso— su voz vuelve a su forma alegre y despreocupada. — ¿Por qué mejor no terminamos este tedioso cuestionario y vamos a jugar videojuegos?
—*Suspiro* Lo siento, hoy pedí permiso para salir de los terrenos de la institución, debo ayudar a mi mamá con el cuidado de mi hermano mayor que hace unos días volvió a recaer por su enfermedad.
— ¡Que aburrido! — hace un pequeño puchero. —Bueno… será para otra ocasión.
Las campanas de la institución suena indicando el final del día, todos se dirigen a sus dormitorios, en mi caso voy directo al hospital más cercano. Al llegar veo que por la emergencia entran muchos heridos a causa de las diversas peleas callejeras, intento no prestarle demasiada atención y subo al piso donde se encuentra mi hermano, al entrar mi madre está parada al lado de la ventana mientras una enfermera retiraba la intravenosa del brazo de mi hermano.