Cimientos de guerra

Capitulo 5. Secretos

El chico que acaba de entrar al salón es un chico medianamente alto, tez morena, sus ojos son de un color castaño oscuro, cabello cobrizo todo desordenado que le da un aspecto fresco a su introvertida actitud. Su camisa entre abierta y fuera del pantalón con su chaqueta al hombro aporta a su apariencia de un gánster mal arreglado.

—Soy yo— digo sin levantarme de mi asiento esperando ver cuál es su reacción.

— ¡¿Tú?! — tira su chaqueta sobre un estudiante, puede que uno de sus compañeros. —Eres más hermosa de lo que dictan los rumores.

— ¿Perdón?

—Desde que se difundieron los rumores quise encontrarme contigo pero hace una semana tuve problemas con mi territorio y no pude llegar si no hasta ahora.

—Oye ¿Quién eres? — Esteban se interpone entre ambos.

—Que malos modales los míos. Soy Kevin de 8vo año en la institución y…— mira a Esteban de arriba hacia abajo como un escáner en busca de objetos metálicos escondidos. Luego se queda mirando a sus ojos por un buen rato, pasa de él y se enfoca en mi con una cara de total decepción — ¿Este es tu novio?

— ¡Por supuesto que no!

Ambos gritan en una conmoción que puede comprarse a una alarma de incendios. Sus caras se vuelven rojizas como tomates muy maduros. Kevin al ver sus reacciones no puede contener la risa, esta es tan escandalosa que Marinep, Esteban y todos los presentes lo miran con desacierto. Marinep y Esteban quieren que los escuche, quieren que Kevin los escuche, que sepa de una vez sobre su equivocada apreciación sobre ellos. Sin éxito no tienen más opción que esperar con vergüenza el momento que deje de reírse.

Luego de un rato Kevin jadea en busca de aire, mientras coloca su mano izquierda en su abdomen y con la derecha limpia las lagrimas que se asoman por sus ojos. Kevin toma asiento, se relaja un poco colocando su cabeza hacia atrás y tomando una gran bocanada de aire.

— ¿Ya dejaste de burlarte? — Esteban estaba visiblemente enojado con sus orejas aun rojas.

—Nosotros no somos novios, solo somos buenos amigos, es todo— añado.

—Ya veo, se ven bien juntos no puedo negarlo, pero yo creo que ella se vería aun mejor conmigo— las chicas del salón comienzan a gritar y a susurrar cosas sobre su apariencia, aunque para Marinep estos chismes no llegaron a sus oídos.

—Sigue soñando.

Kevin esboza una sonrisa muy picara, mira a todos los estudiantes que observan con asombro, dudas y atención el acontecimiento que se desarrolla. No es normal que un estudiante de grado avanzado hable tranquilamente con estudiantes que tienen poco tiempo dentro de la institución, por lo que el joven moreno es como la aguja en el pajar más grande de un granero. Veo a Esteban en un tinte nervioso al ver que Kevin se acerca demasiado, toma mi mano y planta un pequeño beso como un caballero que ha encontrado a su princesa.

— Marinep, a partir de este momento yo Kevin líder de Afriz estaré de tu lado para luchar la guerra que pronto habrá de manifestarse en consecuencia de nuestras revelaciones de identidad.

—Si sabias que revelarse traería problemas ¿Por qué entonces…?

—Ah… eso fue una orden de mi gobernante.

— ¿Tu gobernante te dijo que hicieras la paz conmigo?

—Bueno más o menos, la verdad es que me dijo que hiciera pases con todos al fin de evitar ir a la guerra.

Antes de seguir con nuestra platica Kevin levanta su mano para silenciarme, con uno de sus dedos me hace señas de mirar alrededor, al hacerlo veo que aparte de Esteban estando muy sumergido en la conversación, diviso a todos mis compañeros de clases estudiándonos con toda su total atención, como si estuvieran viendo una telenovela, por lo que me susurra al oído.

—No es bueno seguir teniendo este tipo de conversación en este lugar. Ven a buscarme a las nueve de la noche (9:00 pm) en el invernadero ¿Te parece?

—El invernadero a esa hora ya está cerrado ¿Cómo entraremos? — le hablo en voz baja.

—Yo me encargo de eso, debes venir sola. Por más que tu amigo sea muy unido a ti, no debe inmiscuirse en asuntos en el que los civiles pueden salir lastimados.

Al terminar de hablar se levantó, se estiró dejando entrever que posee un cuerpo entrenado, me mira y me guiña un ojo para luego recordarme que no olvidara nuestra cita.

Esteban me preguntó muchas veces que es lo que estábamos susurrando y al no decirle nada se pone muy furioso, de camino a la cafetería me encontré con norilex que de mala gana esta choca contra mí, Joselin que vio la escena desde lejos preguntó si había algún problema, al ver la negativa de mi cabeza se relaja un poco y me da una sonrisa seguida de un fuerte abrazo, después se despide de mi desvaneciéndose en el camino que lleva a los puentes.

Los puentes que rodean en esta institución están cegadas por inmensos arboles que al entrar evita que otros vean por cual camino irás, es por esta forma que no se sabe de qué territorio proviene cada estudiante, claro está que ese conocimiento es solo conocido por aquellos que trabajan de directivos en dicho instituto.

Los estudiantes más avanzados son los únicos que pueden dejar la institución sin notificación alguna con tal de que a su regreso haya un informe con respecto a su ausencia repentina. En el quinto año permiten a los estudiantes escoger su vocación profesional para luego ser dirigidos en el sexto a sus respectivas materias y en el séptimo pasantías.



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En el texto hay: fantasia urbana, conflictos, escolar

Editado: 11.03.2021

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