Cimientos de guerra

Capitulo 6. Encuentro inesperado

Han pasado ya dos semanas desde que Kevin contó a Marinep varias cosas con respecto a los representantes y de lo que se había enterado con respecto al líder de Antirda. Afortunadamente los días transcurridos han sido tranquilos, las peleas dentro de la institución desaparecieron completamente luego de conocer que efectivamente los líderes se encuentran allí y los enfrentamientos hacia ellos no se concretan directamente por el miedo de atentar contra una naturaleza ajena a sus vidas cotidianas por lo que terminan dimitiendo.

Hoy el cielo está nublado sobre esta tierra neutral, no sé cómo estará en los diferentes territorios <<Espero que Menrip no se moje con esta lluvia, su salud podría caer de nuevo>>  la lluvia torrencial es tan grande que debemos tomar rutas internas para entrar a clases, sus pasillos son mucho más largos ocasionando retrasos al destino pero no hay de otra manera, aunque Esteban y yo estamos aprovechando nuestro día libre para jugar en la sala de videojuegos.

—Oye Esteban.

— ¿Qué quieres? Harás que pierda — su mirada está sumergida en la pantalla del juego de pelea.

— ¿No tienes el presentimiento de que algo va a suceder?

— ¡Argh! — Esteban gruñe al desconcentrarse y al observar a la pantalla el fin del juego. — ¡Hey! Sé que no puedes confiar ahora en lo pequeños momentos de paz, pero quédate tranquila, por ahora nada va a pasar.

Al escuchar a Esteban no tengo otra cosa que tomar un profundo respiro para calmarme. Viendo a la puerta de vidrio del recinto un gran relámpago ilumina y resuena el cielo gris.

***

Erick fue convocado a una reunión con su gobernante en Ocania. Allí no estaba lloviendo aunque los cielos estaban tan oscuros como si de un momento a otro caería una gran tormenta, los vientos hacen revolotear las banderas de entrada al territorio, mucha gente recibe a Erick como si un rey estuviera llegando a visitarles desde una tierra lejana. El sonido de las olas que se vuelven con un rugir agresivo pueden ser escuchados en las costas.

La gobernante que le espera al final del largo puente entre el bosque denso de la institución y el territorio viste de manera tan elegante, portando un vestido floreado que si estuviese el cielo despejado destacaría como algo inigualablemente hermoso en la naturaleza; su cabello rubio que ondea con el salvaje viento, sus ojos castaños y su piel semi-bronceada le hacen ver una mujer con un fuerte carácter dominante, sin reflejar para nada la edad de treinta y cinco (35) años que tiene.

Erick se acerca a ella, sus ojos color miel se enfocan en los de ella, luego de un rato se inclina para plantar un beso en su frente.

—Estoy de vuelta madre.

—Es bueno que hayas regresado sano y salvo — su voz entre suave y cortante dejan ver lo preocupada que esta por su hijo.

—Eso debo decirlo yo, con todo lo que ha estado pasando en otros territorios, mantenerte segura por supuesto será la principal prioridad.

—No es necesario, por ahora podemos defendernos bien.

—Aun así no hay que confiarse.

Su conversación fluye de madre e hijo a gobernante y representante. Las personas que se encuentra alrededor pueden ver la química que hay entre ellos, para quienes no los conozcan pensarían que tienen riñas por cosas sin importancia. El viento azota con más fuerza ocasionando que las personas comiencen a retirarse pues una tormenta pronto ha de aparecer, de improviso en dirección al puente dos figuras encapuchadas empiezan su camino para acercarse a ellos.

Uno de ellos era pequeño y vestía blue jeans con una blusa morada con mangas largas resaltando su figura femenina. La otra figura era más alto lleva una gabardina negra, botas militares y guantes negros. Al acercarse a Erick este se coloca frente a su madre para protegerla estando a solo cinco (5) metros de distancia los pasos del hombre se detienen.

— ¿Quiénes son ustedes? — Erick pregunta con su habitual cara seria, atento a lo que pueda ocurrir.

—Venimos por la cabeza que está detrás de ti— la figura femenina habla.

—Por como veo uno de ustedes debe ser el líder de Antirda, pues bien, no dejaré que se salgan con la suya.

—No te entrometas ¿De acuerdo? — la figura masculina le habla a la mujer misteriosa y esta da pasos hacia atrás, luego este se dirige a Erick — ¿Quién pensaría que el líder de Ocania estaría en su territorio un día como hoy? se supone que debes estar defendiendo un caso.

—Veo que estas al tanto de mi horario, pero que lastima mi cliente se acobardó y se entrego sin defensa alguna. Que tonto.

—Bueno entonces hoy es un día fantástico, he venido para matar al gobernante y tú estás aquí. A esto es lo que yo puedo llamar como un encuentro inesperado.

—Encuentro inesperado, destino, casualidad, tal vez suerte, tómalo como quieras. No dejaré que cumplas tu propósito aquí — Erick levanta su mano y aparece su guadaña cuyo aspecto en la hoja se asemeja a la llamas y en la punta inferior radican dos rombos rojos.

—Hay que verlo — El hombre encapuchado hace aparecer también su guadaña de carácter más fino en su hoja medio curvada a medida que se acerca al mango conectada a una esfera plateada y al final terminan en un triángulo invertido con un copo de nieve en la punta. Erick al verlo confirma que es el líder de Antirda.



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En el texto hay: fantasia urbana, conflictos, escolar

Editado: 11.03.2021

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