Cimientos de guerra

Capitulo 14. Contraataque

Ese chico se había acercado a ellos como si no estuviese pasando nada frente a ellos, dejando sobre los representantes una responsabilidad más, en la cual debían elegir una opción o la otra pudiendo afectar a una o varias personas. Los ataques a Norilex no cesaban en ningún momento, sin embargo esta no retrocedía con ningún ataque infringido hacia su dirección.

El tiempo se prolongaba en horas en donde el enemigo se volvía cada vez más fuerte. Marinep tomando una decisión,  si retirar el sello de poder en su guadaña sería la mejor opción para poder alejar a Norilex de los alrededores del recinto principal dejando espacio para que Erick y Kevin puedan atacar.

Sus manos tiemblan ante el pensamiento de que si falla no pudiendo completar su cometido sería perjudicial para todos, pues una vez  que sea liberado el sello tendrá solo un par de horas en incremento de su poder antes de colapsar por varios días.

Marinep ve a los dos líderes luchando contra la líder de Esia y sabe que no es momento de dudar, las personas que confían en ella están dando todo de sí.

—Es el momento— dice espabilándose sacudiendo su cabeza. — ¡Sello de ave, vuela!

Un blanco resplandor abraza toda la edificación tras de ella, aves de color marfil vuelan dejando tras de sí una escarcha purpura que tras tocar todo a su paso es cubierto por cientos de escudo capaces de soportar cualquier tipo de ataques. Kevin al ver las aves revoloteando en lo alto del recinto llama la atención de Marinep.

— ¡Princesa! ¿Por qué lo hiciste? — Pregunta alarmado. —Sabes lo que pasará si no podemos detenerla a tiempo.

—Se que lo lograremos, además es la única manera de luchar sin reservas, sin mencionar que el líder de Antirda está seguro que podemos aguardar hasta que llegue la ayuda, es por ello que debemos prevalecer.

—Princesa… ¿Qué has decidido? — pregunta Kevin dejando notar en su voz una ligera preocupación.

—No diré que la salvaré a como dé lugar, eso sería muy hipócrita de mi parte, en su lugar apuntaré a que haremos lo posible. Si debemos acabar en definitiva con ella en el proceso para defender a otros no deberemos dudar.

La preocupación de Kevin iba en aumento por las palabras de Marinep, no obstante no había razones para no entender su lógica como acertada. No pueden darse el lujo de dudar en lo que debe hacerse, busca con la mirada a Erick una confirmación decisiva, este asiente, así que para hacer frente al problema los dos fijan sus guadañas en la grama liberando sus respectivos sellos siendo rodeados  por el color de su poder correspondientes, amarillo para Erick y marrón para Kevin.

Norilex balancea su guadaña preparándose para reanudar su asalto en contra de las llamaradas de Erick que detienen sus ataques de largo alcance y evitando las arremetidas de Kevin que intenta noquearla o cansarla. De esta manera transcurre fácilmente media hora y esta viéndose en desventaja lanza un grito lleno de frustración, sintiendo la ira elevarse dentro de ella empuña duramente su guadaña clavándola al suelo liberando con esta acción el sello como una ola expansiva de color rosa, ocasionando que la generación de flores, enredaderas espinosas y otras se vuelven más agresivas y algunos abarcando un tamaño descomunal.

Erick al ver la escena que se desarrolla corre para abarcar abiertamente todos los rebrotes y chamuscarlos. Una de las nuevas enredaderas se avienta contra él pero este salta para esquivarle, al caer siente un dolor agudo en el abdomen, su vista se nubla al mismo tiempo que se torna oscura,  cada inspiración de aire son como puñaladas en sus pulmones sintiendo que se desmayara de un momento a otro.

Al tratar de incorporarse un liquido viscoso y caliente mancha su blanca camisa con un rojo oscuro, al corroborar con su mano el área descubre que su herida se ha vuelto a abrir y para complicar la situación pequeñas esporas venenosas danzan a su alrededor. Kevin se percata de lo que sucede, prueba ir en su ayuda creando animales de arena y piedra con el objetivo de distraer a Norilex; sin efecto alguno, ya que, la creación de vegetación sobrepasa con creces a las suyas evitando que este se acerque a su amigo.

Marinep busca algo para contraatacar, al ver las piedras las toma envolviéndolas con su poder para luego lanzarlas hacia la chica enloquecida como granadas, esta se defiende pero la explosión que ocasionan causa que ella retroceda por la fuerza de repulsión deteniendo momentáneamente sus ataques y el avance hacia la persona herida, dirigiendo su mirada a la dirección de donde provenían las piedras.

La líder de Amira Sur se prepara para enfrentarla pero a pesar de los ataques infligidos no viene hacia ella como tenía pensado, si no que en cambio manda sus plantas a su encuentro para ir ella hacia el herido Erick que yace desprotegido.

— ¡Erick! —. Marinep grita pero a los oídos de Erick solo escucha un silbido lejano. — ¡Erick! ¡Erick muévete! Cielos esto no tiene caso,  no puedo dejar este lugar… ¡Kevin! — dice mientras busca un respaldo en él.

—Lo sé, intento abrir un camino entre estas odiosas plantas que cada vez son más molestas.

Norilex se acerca al líder de Ocania arremetiéndole una patada, este la detiene con sus brazos, su cuerpo tiembla ante el golpe pero no es suficiente para derribarle, ella retira su pierna para tomar el impulso para otra patada que al igual que antes vuelve a detenerla.



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En el texto hay: fantasia urbana, conflictos, escolar

Editado: 11.03.2021

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