Cinco cartas

Tres de Noviembre

No puedo creer que ya haya pasado un año desde que nos conocimos y que de vuelta sea otoño. Un año perfecto en el que has estado en cada aspecto de mi vida, pasando por días buenos y días malos. Puedo decir que llegaste en el momento exacto para salvarme de muchas maneras, incluso de peligros a los que no vi venir, y sé que lo seguirás haciendo. Cambiaste el rumbo de mi vida y siempre estaré agradecida por ello.

Aún recuerdo nuestras primeras pláticas largas y tranquilas en nuestro parque favorito, sentadas en la que ahora considero “nuestra banca” a un lado de la fuente. Recuerdo cómo nos quedábamos horas hablando del mismo tema sin sentido, riéndonos de lo que sea, yo miraba fijamente tus ojos cafés para intimidarte y tú ponías tu mano en mi rodilla para ponerme nerviosa. A pesar del tiempo, sigo recordando cada detalle, pues esos momentos en el otoño fueron los mejores de mi vida.

Nunca podré explicarte lo mucho que te amo, porque lo que siento por ti sobrepasa por mucho el mundo de las letras o las imágenes y está más allá de este plano, en un nuevo universo donde el centro eres tú. ¿Y cómo no quererte? Si tienes esa belleza que no puedes quitarte, aunque lo quieras. Si haces que las cosas cursis tengan sentido. Tú llegaste en ese instante en el que deseaba salvación y que todo acabara. Aunque al inicio pensara que no estaba lista o que no merecía lo bueno que me estaba pasando.

Me gusta cuando salimos a pasear por la ciudad y tomas mi mano al cruzar la calle. Apreció que tengas paciencia para explicarme las cosas que no entiendo y cómo nunca me haces sentir mal por no saber algo. Me gusta mucho cuando me cuentas historias de cuando eras niña y también cuando me dices que le hablaste a alguien sobre mí. Me encanta cuando caminamos juntas a casa, comiendo, hablando o hasta jugando como niñas, imaginando qué haríamos si solo existiéramos las dos en todo el mundo. A veces estar contigo se siente así.

No eres solo un momento bonito en mi vida, eres la persona por la que perdería mis miedos solo para ser lo que te mereces y tener la oportunidad de tocar tu mano, escuchar tu voz, ver tu cara y sentir que estás bien con la idea de que yo esté en tu vida. Debo confesar que me intimida todo lo que me das, porque no sé si voy a poder corresponderte a la misma altura. No sé si voy a poder darte todo lo que te mereces o si voy a poder ser suficiente para ti. Dame tiempo para aprender formas de expresarte mi amor, pues a pesar de que lo intento, nunca puedo hacerte entender lo que en verdad siento. Quisiera que los días de escuela nunca se acabaran, para poder verte todos los días o que el camino de regreso a casa fuera más largo, para poder darte más besos y abrazos, platicarte más detalles de mis sueños o simplemente sentirte a mi lado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.